Sentido común, afila el hacha, notas predicación
domingo, 2 de junio de 2024
Hola. Hoy quiero iniciar platicando sobre el uso del sentido común. Este se desarrolla por la interacción que tenemos con objetos y personas. En el caso de objetos, si tenemos una bicicleta que al usarla y darle mucha velocidad se le disloca la cadena, entonces el sentido común nos dice que debemos bajar la velocidad y tenemos la opción después de arreglar el mecanismo. Pero, en el caso de la convivencia con personas, resulta en ocasiones una tanto más complicado. Pues ya sea que estas están “descompuestas”, o lo estamos nosotros y nos resulta complicado admitirlo.
Nuestras acciones tendrán consecuencias inmediatas o en el futuro, no podemos escapar a esto. La próxima vez que se encuentre con un amigo, regálele una sonrisa, un saludo, sea amable y respetuoso. De esto también se trata el sentido común, no descomponga lo que funciona bien. Ahora vemos el siguiente versículo…
Eclesiastés 10:10 Dios Habla Hoy (DHH)
10 Si el hacha se desafila y no se la vuelve a afilar, habrá que golpear con más fuerza. Vale más hacer las cosas bien y con sabiduría.
De lo anterior lo invito a usar su sentido común, las relaciones humanas requieren de mantenimiento. En este trabajo, con los años he escuchado continuamente de “relaciones que han perdido el filo”, que se han desgastado entre padres e hijos, entre matrimonios y así puedo continuar añadiendo. Entonces viene la segunda parte del versículo “golpear con más fuerza”. Después de años de desgastar las relaciones interpersonales, del mal trato que hemos dado a otras personas, hacemos el reclamo de que no nos valoran como deberían. Por ejemplo, padres buscando el amor de hijos a los que dejaron en abandono físico o emocional.
Si nunca ha usado un hacha, pero al menos ha usado el cuchillo cebollero de la cocina, entonces debe entender a lo que se refiere el versículo cuando se habla de no volver a afilar. Pero, por increíble que parezca, hay quienes optan por tomar “prestado” el de alguien más en lugar de reparar el propio (las relaciones). He escuchado durante la predicación a alguien decir: “pero si afilamos de continuo el hacha esta también se desgasta”. Yo le respondo: ¿esto no es tan solo un pretexto para no darle tiempo a su familia debido a que el trabajo, o algo más, lo tiene entretenido y desgastando su filo en algún otro lado? ¿Si el hacha se acaba desgastando al punto de no poderse más afilar voy y compro otra?
La vida del hacha, si no se usa con sabiduría, se acortará antes de lo deseado. Así mismo es la vida, adquiera entonces una buena hacha, úsela bien y con sabiduría.
Si usted ha leído hasta aquí entonces usted quiere saber dónde obtener una buena vida. Leamos el siguiente versículo…
2 Corintios 5:20 Traducción en lenguaje actual (TLA)
20 Cristo nos envió para que hablemos de parte suya, y Dios mismo les ruega a ustedes que escuchen nuestro mensaje. Por eso, de parte de Cristo les pedimos: hagan las paces con Dios.
Yo veo aquí dos opciones: si nosotros somos los enviados de Dios para hablar de parte suya, entonces debemos estar afilados de continuo y aprender a no desgastarnos. No es pretexto que el que predica la palabra de Dios tenga en casa su infierno local por no darle tiempo y mantenimiento a la familia o a otras relaciones. Y, si somos quienes escuchan por primara vez el mensaje, entonces la invitación es a hacer las paces con Dios y esto implica controlar nuestra lengua (lo que hablamos) y acciones con quienes convivimos.
Proverbios 16:24 Traducción en lenguaje actual (TLA)
24 Las palabras amables son como la miel: endulzan la vida y sanan el cuerpo.
Nuestras acciones tendrán consecuencias inmediatas o en el futuro, no podemos escapar a esto. La próxima vez que se encuentre con un amigo, regálele una sonrisa, un saludo, sea amable y respetuoso. De esto también se trata el sentido común, no descomponga lo que funciona bien. Ahora vemos el siguiente versículo…
Eclesiastés 10:10 Dios Habla Hoy (DHH)
10 Si el hacha se desafila y no se la vuelve a afilar, habrá que golpear con más fuerza. Vale más hacer las cosas bien y con sabiduría.
De lo anterior lo invito a usar su sentido común, las relaciones humanas requieren de mantenimiento. En este trabajo, con los años he escuchado continuamente de “relaciones que han perdido el filo”, que se han desgastado entre padres e hijos, entre matrimonios y así puedo continuar añadiendo. Entonces viene la segunda parte del versículo “golpear con más fuerza”. Después de años de desgastar las relaciones interpersonales, del mal trato que hemos dado a otras personas, hacemos el reclamo de que no nos valoran como deberían. Por ejemplo, padres buscando el amor de hijos a los que dejaron en abandono físico o emocional.
Si nunca ha usado un hacha, pero al menos ha usado el cuchillo cebollero de la cocina, entonces debe entender a lo que se refiere el versículo cuando se habla de no volver a afilar. Pero, por increíble que parezca, hay quienes optan por tomar “prestado” el de alguien más en lugar de reparar el propio (las relaciones). He escuchado durante la predicación a alguien decir: “pero si afilamos de continuo el hacha esta también se desgasta”. Yo le respondo: ¿esto no es tan solo un pretexto para no darle tiempo a su familia debido a que el trabajo, o algo más, lo tiene entretenido y desgastando su filo en algún otro lado? ¿Si el hacha se acaba desgastando al punto de no poderse más afilar voy y compro otra?
La vida del hacha, si no se usa con sabiduría, se acortará antes de lo deseado. Así mismo es la vida, adquiera entonces una buena hacha, úsela bien y con sabiduría.
Si usted ha leído hasta aquí entonces usted quiere saber dónde obtener una buena vida. Leamos el siguiente versículo…
2 Corintios 5:20 Traducción en lenguaje actual (TLA)
20 Cristo nos envió para que hablemos de parte suya, y Dios mismo les ruega a ustedes que escuchen nuestro mensaje. Por eso, de parte de Cristo les pedimos: hagan las paces con Dios.
Yo veo aquí dos opciones: si nosotros somos los enviados de Dios para hablar de parte suya, entonces debemos estar afilados de continuo y aprender a no desgastarnos. No es pretexto que el que predica la palabra de Dios tenga en casa su infierno local por no darle tiempo y mantenimiento a la familia o a otras relaciones. Y, si somos quienes escuchan por primara vez el mensaje, entonces la invitación es a hacer las paces con Dios y esto implica controlar nuestra lengua (lo que hablamos) y acciones con quienes convivimos.
Proverbios 16:24 Traducción en lenguaje actual (TLA)
24 Las palabras amables son como la miel: endulzan la vida y sanan el cuerpo.
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