El tema del día de hoy es acerca de cuando las situaciones de la vida aparentan siempre estar en nuestra contra. Algunas personas cuando hablan de sí mismas nos narran una serie de sucesos desafortunados a lo largo de muchos años, les escuchamos expresar que la mala suerte les persigue y que pocos días felices han visto. Mi poca experiencia de la vida me ha hecho concluir que en la mayoría de los casos la gente atrae hacia su camino una respuesta a decisiones mal tomadas en el pasado (consecuencias) pero también hay ocasiones donde no podemos explicar la razón de las desgracias que algunos llegan a experimentar. Es aquí donde podemos llegar a concluir que la voluntad de Dios puede estar actuando de manera que no la comprendemos pero que es para un bien a futuro.
 
En la biblia nos encontramos descrita a grandes rasgos la vida de Jacob y sus doce hijos, pero de entre ellos él amaba más a José por tenerlo en la vejez (Genesis 37:3), se nos dice que incluso le hizo una túnica de diversos colores que lo distinguía de sus hermanos. Si pensamos acerca de Jacob en la vejez de manera muy humana entonces podemos llegar a entender que era un anciano muy disminuido comparado con quien fue en su juventud donde experimentó la fidelidad de Dios. Entonces recordemos algunos eventos que marcaron su vida:

• Soñó con una escalera al cielo por donde subían y bajaban ángeles (Génesis 28:11-12)
• Dios le prometió descendencia y tierras (Génesis 28:13-15)
• Peleó con un ángel (Génesis 32:24-29)

Los años pasarón pero lo anterior fue siempre de tiempo presente para Jacob, seguro usted conoce a algún anciano lleno de dolencias, angustias y cansancio que recuerda de continuo sus experiencias pasadas. Pero este anciano tuvo un hijo en su vejez que le llenaría de alegría y “vida”. Debido a esto los hermanos que eran mayores le llegaron a tener envidia y lo vendieron como esclavo mientras a Jacob le hicieron creer que estaba muerto.
 
Una historia así de compleja es difícil de analizar en un tiempo corto y le invitamos a que estudie su biblia para mayor entendimiento pero por el momento centrémonos en ese anciano llamado Jacob que perdió a su pequeño hijo: el pasar de los años no cura las heridas en el alma, usualmente vivimos con ellas hasta acostumbrarnos o bien Dios nos traiga consuelo pero esto ocurría muchos años después.
 
El actuar de los hermanos de José podemos llegar a pensar que fue consecuencia de que Jacob no amó por igual a sus hijos, pero lo que ellos hicieron fue de adultos y la mentira de la muerte de José la sostuvieron por muchos años. Veamos los siguientes versículos:
 
Génesis 42:36-38 Dios Habla Hoy (DHH)
36 Entonces Jacob les dijo: —Ustedes me están dejando sin hijos. José ya no está con nosotros, Simeón tampoco, ¡y ahora me van a quitar a Benjamín! ¡Y siempre el perjudicado soy yo! 37 Entonces Rubén le dijo a su padre: —Deja a Benjamín a mi cuidado, y yo te lo devolveré. Si no te lo devuelvo, puedes matar a mis dos hijos. 38 Pero Jacob contestó: —Mi hijo no irá con ustedes. Su hermano José ha muerto y sólo queda él. Si le pasa algo malo en el viaje que van a hacer, ustedes tendrán la culpa de que este viejo se muera de tristeza.
 
Esta historia se complica mucho más cuando algunos años después, siendo ahora el segundo al mando en egipto, José regresa a la vida de Jacob y sus hermanos, en un principio sin que lo reconocieran, y se resume en la intención de José de proteger a su familia sin guardarles ningún tipo de rencor pero con la precaución adecuada hacia sus hermanos y el deseo de volver a ver a su padre Jacob.

Entonces podemos al menos separar dos tipos de personas: las primeras serían creyentes que observan la vida como José en rectitud y ejemplo sin importar lo que ocurra alrededor solo buscan agradar a Dios y no saben guardar rencores; el segundo tipo de personas sería como Jacob padre de José que entienden y han recibido las promesas de Dios pero a lo largo de sus vidas toman malas decisiones, el conflicto interno les hace preocuparse y desgastarse todo el tiempo.
 
Nuestro ideal hoy en día es dejar de permitir que el miedo nos orille a tomar malas decisiones y aprender a depender de Jesús para buscar su auxilio ante las dificultades y recordar que aunque en ocasiones todo aparenta estar funcionando en nuestra contra entre más conozcamos de Dios más podremos darnos cuenta en qué dirección van sus planes.
 
Romanos 8:28 Dios Habla Hoy (DHH)
28 Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito.