La vida es un don de Dios, notas predicación

domingo, 23 de junio de 2024


El tema del día de hoy es respecto a de dónde proviene nuestra motivación para predicar. Queremos comenzar con las siguientes palabras: nuestra motivación es lo que nos impulsa a saber cuánto esforzarnos y dónde detenernos. Cada persona alrededor del mundo necesita cuestionarse en ciertos momentos qué es lo que le hace salir de la cama temprano y comenzar su día, algunos encuentran como respuesta el seguir durmiendo pero otros con prisa salen de esta a preparar todo lo que necesitan para realizar alguna comisión. ¿Qué le motiva a usted a salir adelante cada día?

  • Los hijos.
  • La pareja.
  • El trabajo.
  • La escuela.
  • La diversión.
  • Un enfermo.
Dependiendo de nuestra respuesta será la prisa y entusiasmo que depositamos, está claro que en ocasiones solo la responsabilidad de cumplir con algo es lo que nos mantiene caminando hacia adelante pero sin gozo. Llegar a conocer el porqué realizamos ese algo en particular nos puede ayudar a compensar el sentimiento de fracaso cuando las cosas no marchan bien o incluso evita que abandonemos. ¿Qué cosas son las que las personas evitan o terminan abandonando?
 
La respuesta es exactamente los puntos anteriores, la desilusión que puede alcanzarnos cuando nos esforzamos por hacer bien las cosas y al pasar el tiempo no vemos mejoras. Los creyentes también experimentan dificultades que les hacen sentir cansados y desanimados pero la motivación para seguir adelante no pueden ser los puntos anteriores, para nosotros Cristo es más que suficiente para comprender nuestro propósito y el significado de nuestras acciones. Veamos los siguientes versículos:
 
Hechos 20:22-24 Traducción en lenguaje actual (TLA)
22 »Ahora debo ir a Jerusalén, pues el Espíritu Santo me lo ordena. No sé lo que me va a pasar allá. 23 A dondequiera que voy, el Espíritu Santo me dice que en Jerusalén van a meterme a la cárcel, y que van a maltratarme mucho. 24 No me preocupa si tengo que morir. Lo que sí quiero es tener la satisfacción de haber anunciado la buena noticia del amor de Dios, como me lo ordenó el Señor Jesús.

 
Las anteriores palabras las escribió el apóstol Pablo y en estas se plasma su sentir acerca de un momento de su vida donde la situación no se encontraba bien, podemos a través de estas entender qué le motivaba a continuar (el Espíritu Santo) y aunque experimentaba incertidumbre (No sé lo que me va a pasar allá) y razones tenía para tener miedo (van a meterme a la cárcel, y que van a maltratarme mucho) termina Pablo expresando que no le preocupaba si tenía que morir, aunque nos parezca un tanto radical su expresión es de entenderse el nivel de compromiso y amor a los caminos de Dios (Hechos 9:6).
 
Los padres por ejemplo llegan a expresar estar dispuestos a hacer todo por el amor que le llegan a tener a sus hijos, por otro lado encontramos gente que se desvive atendiendo negocios incluso que no son suyos de tal manera que cada quien decide qué tiene mayor prioridad en su vida. Algunos entregando todo por una empresa terminarán después de un tiempo decepcionados cuando esta los sustituye o les muestra que no les tiene aprecio y más bien solo eran un número en la nómina, aun la familia puede llegar a decepcionar.
 
Por tanto, aunque humanamente son muchas las cosas en las que podemos encontrar motivación suficiente para continuar con nuestros días, en todas encontraremos un límite que nos llevará al cansancio o la decepción después de algún tiempo, pero en el llamado de Dios esto no ocurre pues no hay nada en realidad que nosotros estemos haciendo, Dios lo hace todo y nosotros solo nos prestamos como instrumentos, si alguien algún día se expresa de haberse agotado sirviendo a Dios es porque en realidad no le permitió hacer a Dios su obra y esto es algo que en realidad sí llega a pasar aunque esto resulta ser un tema para tratar después.
 
Todo creyente tiene preocupaciones pero no debería experimentar falta de motivación en cuanto a lo que se refiere a cómo vivir y que hacer, pues lo único que nos debería ocupar es llevar el mensaje por todos los medios posibles de lo que Dios ya está haciendo en nuestras vidas y lo que está por hacer en las personas que están por recibir el evangelio.
 
Eclesiastés 3:13 Palabra de Dios para Todos (PDT)
13 pues Dios quiere que todos coman, beban y disfruten de su trabajo. La vida es un don de Dios.


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