El tema de hoy son las oportunidades, entonces empecemos por definir esta palabra y esta se entiende como “ocasión favorable”, lo cual nos da a entender que algo se presenta en ocasiones a nuestra vida de manera que nos ofrece “favor” o un buen resultado. Es muy probable que todos estemos buscando oportunidades en el trabajo, la escuela, la familia y más cosas para mejorar nuestra vida.
 
Las oportunidades para cambiar nuestra vida a favor es una constante en la oración de la mayoría de los creyentes. ¿Cuáles son las cosas por las que pides a Dios una oportunidad?

Mientras que los creyentes observan las necesidades propias como una prioridad en ocasiones la misma desesperación a la problemática y un corazón dolido nos puede llevar a buscar puertas equivocadas. Veamos los siguientes versículos:
 
Mateo 6:7-8 Dios Habla Hoy (DHH)
7 »Y al orar no repitan ustedes palabras inútiles, como hacen los paganos, que se imaginan que cuanto más hablen más caso les hará Dios. 8 No sean como ellos, porque su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan, antes que se lo pidan.
 
En los versículos anteriores se nos habla de palabras inútiles al acto de imaginar que repetir palabras llamara la atención de Dios. Hagamos una pausa aquí para denotar que el versículo no hace referencia a abandonar la oración mas bien a aprender a confiar que Dios conoce de nuestra necesidad. Entonces ¿a qué podríamos llamar orar adecuadamente? En el mismo capítulo se encuentra la oración conocida como el padre nuestro por si es de su interés siendo que nuestro tema es acerca de las oportunidades.
 
Ahora podemos añadir que si usted no ora en lo privado (Mateo 6:6) y tiene ya algunos años como creyente, entonces tenga cuidado de no acudir a la iglesia con la idea que solo allí Dios le escuchará. Aunque efectivamente este es un lugar donde podemos orar, su vida de fe se debe extender más allá de acudir al templo ocasionalmente. Los milagros de Dios pueden ocurrir también fuera de los muros de la iglesia.
 
Jesús fue voluntariamente a la cruz para que usted ahora tenga una relación directa con Dios. (Mateo 27:51) y ahora debemos insistir que NO estamos enseñando que deje de congregarse sino que aprenda a tener una relación con Dios en todo lugar. Mientras que usted busca que las bendiciones desciendan del cielo cada que acude a la iglesia hay quienes se esfuerzan haciendo lo necesario para alcanzarlas sabiendo que Dios conoce de la necesidad y facilitará los medios (Mateo 6:8).
 
En una ocasión Pedro y Juan fueron al templo, leamos acerca de lo ocurrido a continuación:
 
Hechos 3:1-2 Traducción en lenguaje actual (TLA)
1 Un día, como a las tres de la tarde, Pedro y Juan fueron al templo. A esa hora los judíos acostumbraban orar. 2 Todos los días, un hombre que nunca había podido caminar era llevado a una de las entradas del templo, conocida como Portón Hermoso. Ese hombre pedía limosna a la gente que entraba en el templo.
 
El texto anterior nos narra que era un horario en el que se acostumbraba a orar por tanto veámoslo como una costumbre religiosa donde varios simpatizaban para reunirse. Los creyentes hoy en día también acuerdan días para orar reuniéndose en algunas iglesias y esto necesita ser un acto voluntario, mientras que algunos acuden con la mejor de las intenciones a buscar la presencia de Dios también tenemos a quienes acuden a socializar y a las vendimias.
 
Está claro que en este punto cada quien acude al templo buscando distintas oportunidades, un hombre que nunca había podido caminar lo llevaban a una de las entradas del templo la cual tenía por nombre el Portón Hermoso, desconocemos muchos datos de este hombre pero la prioridad de él y quienes le llevaban a dicho portón era que le ayudaran las almas piadosas que acudían al lugar.
 
En la vida tomaremos caminos que nos acercan a Dios, a los hombres, o al mundo, ¿a dónde lo lleva su camino el día de hoy? Dependiendo de donde nos encontremos es la ayuda que podemos recibir de Dios, de los hombres o del mundo.
 
El hombre que nunca había podido caminar pero que acude frecuentemente a las puertas del templo la única ayuda que recibió fueron las “sobras” de dinero, quizá en ocasiones la gente al pasar junto a él le evitaban y no lo miraban. Su necesidad real estaba más allá de lo que el hombre común puede ofrecer. Veamos el siguiente versículo:
 
Hechos 3:6 Traducción en lenguaje actual (TLA)
6 Sin embargo, Pedro le dijo: «No tengo oro ni plata, pero te voy a dar lo que sí tengo: En el nombre de Jesucristo de Nazaret, te ordeno que te levantes y camines.»
 
Si usted piensa que el milagro está en que este hombre se levantara y caminara entonces está omitiendo el “nombre de Jesucristo de Nazaret” que se escribiría muy dentro del corazón de él. Hoy en día las personas pueden llegar a llenar los templos pero en lo más profundo NO son impactados por el nombre de Jesucristo, se encuentran como este hombre viviendo de limosna espiritual. Veamos los siguientes versículos:
 
Hechos 3:7-8 Traducción en lenguaje actual (TLA)
7 Enseguida, Pedro lo tomó de la mano derecha y lo levantó. En ese mismo instante, las piernas y los pies de aquel hombre se hicieron fuertes 8 y, de un salto, se puso en pie y empezó a caminar. Sin más, entró en el templo con Pedro y Juan, caminando y saltando y alabando a Dios.
 
El hombre que nunca había podido caminar usó sus primeros pasos para entrar a alabar a Dios. El podría haber corrido muy lejos inmediatamente de aquel lugar que le traería malas memorias y humillación a comprar elotes pero decidió quedarse allí a alabar como testigo. Pedro y Juan aprovecharon la ocasión para predicar de Cristo. Algunos otros que acudieron al templo solo miraron sorprendidos (Mateo 6:12).
 
¿Cada nueva oportunidad que le pedimos a Dios, qué propósito tiene? Que su palabra sea predicada y su nombre alabado.
 
Salmos 108:4 Reina Valera Contemporánea (RVC)
4 pues tu bondad es más grande que los cielos; ¡hasta las nubes llega tu verdad!