Todos hemos escuchado o conocido de gente exitosa a la que de un día a otro le cambio lo que llaman la – suerte – y, aunque es un tema muy amplio para entender el porqué, a algunas personas en el trayecto de la vida pareciese que todo les he regalado o arrebato por Dios (Job 1:20-22) en el sentido común sí que existen puntos que señalan la mejoría de lo que antes llamamos -- suerte --.
 

Entonces, ¿dónde está el atraer a la -- suerte --?

• Escuela, estudios, capacitación.
• Los astros, horóscopos y magias.
• Ética, costumbres, forma de vivir.
• ....

 
Mientras tratamos de aperturar este tema se me vienen a la mente muchos personajes en la biblia a quienes les podríamos atribuir — suerte — pero particularmente está el Faraón y Moisés del libro de éxodo. Los imperios y monarquías son formas de mandato sobre el pueblo no escogidas por las mayorías, se heredan generación tras generación con las riquezas y privilegios. En tiempos del feudo las tierras y las personas eran básicamente todo propiedad del señor feudal, los siglos pasan y hay quienes aun se quieren comportar así. Veamos el siguiente versículo:
 
Éxodo 5:1 Palabra de Dios para Todos (PDT)
1 Después, Moisés y Aarón fueron a hablar con el faraón y le dijeron: —El SEÑOR, Dios de Israel ha dicho: “Deja que mi pueblo vaya al desierto para que celebre en mi honor”.
 
Moisés y su acompañante hay quien dice que probaban su suerte al presentarse ante el Faraón y clamar por la exigencia “ —El SEÑOR, Dios de Israel ha dicho: “Deja que mi pueblo vaya al desierto para que celebre en mi honor”.(Éxodo 5:1b)” desde un punto bíblico-histórico conocemos bien esta narrativa y el desenlace es probable que usted también lo conozca pero en aquel tiempo Moisés necesitaba lo que nosotros llamamos FE, él necesitaba confiar en las palabras que Dios le había encomendado transmitir.
 
La biblia NO narra si Moisés en cada visita posterior con el Faraón estaría tembloroso de nervios pero algunos estudiosos de la biblia nos dicen que era tartamudo (Éxodo 4:10, Éxodo 4: 14–16; Éxodo 6: 12, Éxodo 6:30, Éxodo 7: 1–6) de allí que Aarón le hacía de vocero, ¿será que la — suerte — nos permite acompañarnos de personas habilidosas en nuestras carencias?
 
Por otra parte al Faraón que nació y creció en condiciones privilegiadas y que aun ante el pueblo de Egipto se hacía llamar dios, por un descuido de su hasta ahora holgada vida estaba por acabársele la — suerte — veamos el siguiente versículo:
 
Éxodo 5:2 Palabra de Dios para Todos (PDT)
2 Pero el faraón dijo: —¿Quién es el SEÑOR? ¿Por qué tengo que obedecerle y liberar a Israel? No conozco al SEÑOR y no voy a liberar a Israel.
 
Dios a través de los “suertudos” de Moisés y Aarón se decidió a revelar su plan al Faraón, pocos hombres hasta ese entonces podrían decir “Dios me hablo”. También el Faraón pudo argumentar diciendo “no te creo, Moisés, eres un mentiroso” pero su respuesta demuestra la condición de muchos hombres hasta nuestros días.
 
En aquel tiempo el plan de Dios era liberar al pueblo de Israel y en nuestros días es liberar a los hombres de todo el mundo del poder del pecado pero en lo fundamental el problema sigue siendo el mismo y es frecuente escuchar parafraseadas estas palabras: “¿Quién es el SEÑOR? ¿Por qué tengo que obedecerle?, No conozco al SEÑOR”.
 
Conocemos del Señor hoy en día a través de Cristo y esta es nuestra — suerte — pero para quienes no llegan a conocerlo es difícil que comprendan todo lo que se están perdiendo y para quienes lo niegan en un acto de “rebeldía” en muchos ámbitos de su vida llegan a experimentar frustraciones análogas a las del Faraón.
 
Entonces, ¿existe la suerte? Esto es algo que no podemos responder a nivel de biblia en esta lectura pero lo que sí es que Dios tiene un plan para el mundo y para cada persona en lo individual y es allí donde si cada uno de nosotros nos apegamos a lo que tiene preparado para nosotros entonces todos los eventos en nuestro horizonte serán para nuestra bendición.
 
Isaías 46:10 Palabra de Dios para Todos (PDT)
10 Yo conté el final desde el comienzo y mucho antes de que sucediera. Yo afirmé: “Mi plan se cumplirá y haré todo lo que yo quiero”.