La semana pasada, el tema fue acerca de la muerte y en lo que nos deberíamos ocupar como creyentes. Ahora queremos hablar del cielo y por qué desearíamos pasar la eternidad allí. Hay muchas cosas que desconocemos acerca de este asunto, y las cosas que nos narra la Biblia sobre este lugar físico resultan ser algo crípticas. Sin embargo, sabemos que es un lugar donde hay:

• Alabanza.

66 :1 Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?

• Consuelo.

• Regocijo.

• Descanso.

 
Se hablan más cosas acerca del cielo, pero nos queremos centrar en las anteriores porque si usted se detiene a observar verá que entre los versículos todo se relaciona con tener paz. Esto es intencionado, porque recordemos que las Escrituras buscan despertar en nosotros un verdadero anhelo por ir a aquel lugar que es totalmente distinto de lo que vivimos aquí.

Nuestra realidad, en todas las épocas de la humanidad, está caracterizada por la ausencia de una paz verdadera. Simplemente, cuando sale de su casa y verifica haber cerrado las puertas, cuando camina por la calle y cruza de una banqueta a otra al ver a un desconocido, o cuando abraza firmemente su bolso contra usted en el transporte público, en cada uno de estos ejemplos podemos ver que vivimos sin paz. Probablemente también está pensando que asegurar el sustento y la vivienda nos arrebata la tranquilidad y tiene razón. Pero no dejemos de lado la situación de decadencia actual (pecado) que nos acompaña como sociedad. Veamos el siguiente versículo:

Apocalipsis 21:4 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
 
Hay muchas cosas que acontecen en estos instantes a la humanidad y que definitivamente no habrá en ese cielo prometido por el evangelio. Todo lo que nos afecta de manera temporal y nos lastima no será más allí donde nos espera Jesús. Entonces, el cielo empieza a ser un lugar muy atractivo, sobre todo para aquellos que hemos experimentado una vida de muchos sufrimientos. Y es en este instante que me surgen dos preguntas: ¿Cree que conoce a alguien que necesite saber de lo que hoy platicamos? ¿Conoce a alguien que aparente que la vida le da la espalda? Entonces a ellos compártales que cuando la voluntad de Dios se cumpla todo va a mejorar, y el cielo nos aguarda sin prisa.
 
Romanos 8:18 Dios Habla Hoy (DHH)
18 Considero que los sufrimientos del tiempo presente no son nada si los comparamos con la gloria que habremos de ver después.