Tu vara y tu cayado, notas predicación

domingo, 25 de febrero de 2024


El día de hoy hablaremos de dos aspectos que el creyente necesita tener presente en su andar diario mientras esperamos que nuestro Señor vuelva. Cada día es un milagro para quienes comprendemos lo poco o nada que controlamos los eventos que ocurren a nuestro alrededor, la mano del creador ciertamente tiene el mando de todo y en ocasiones no logramos entender mucho de los hechos que ocurren con tan solo mirar las noticias.

A lo largo de lo siglos podemos decir que pocas veces hemos visto intervenir de manera directa a Dios en los eventos de la humanidad y aunque pareciese para algunos algo frecuente, bastaría con observar los tiempos e intervalos en la biblia: como última actualización tenemos la vida de Jesús hace aproximadamente dos mil años lo cual nos debería hacer reflexionar porque algunas personas les resulta complicado fiarse de las “santas escrituras”, pero no olvidemos que el siguiente gran evento bíblico está próximo y que es su regreso, con las tecnologías que se encuentren vigentes de algo nos enteraremos (Filipenses 2:10-11, Hechos 1:9-11, 1 Tesalonicenses 4:16-17). Veamos los siguientes versículos:

Mateo 24:25-27 Traducción en lenguaje actual (TLA)
25 Ya antes les había dicho a ustedes 26 que si otros vienen y les anuncian: “¡El Mesías está en el desierto!”, no vayan. Y si les dicen: “¡El Mesías está escondido allí!”, no lo crean. 27 Cuando yo, el Hijo del hombre, venga, no me esconderé. Todos me verán, pues mi venida será como un relámpago que ilumina todo el cielo.


1 - Paciencia y fe
La interpretación de las anteriores palabras al menos nos pueden dejar claro que será entonces un gran acontecimiento. En el pasado han habido hombres que esperaban ver al Mesías y solo a pocos se les concedió (Lucas 2:25-49). La vida del creyente requiere de paciencia y fe (Hebreos 11:1) y son estos los tiempos en que debemos aprovechar para festejar nuestra libertad por tan solo creer sin ver (Juan 20:29).

El camino recorrido está lleno de pruebas y el enemigo ha sido paciente para verlo tropezar pero Cristo sin haberlo visto lo ha fortalecido en cada ocasión que ha doblado sus rodillas aunque quizá no como usted lo esperaba. Hay algo seguro y es que mientras estemos haciendo lo encomendado él nos acompañará hasta el fin del mundo (Mateo 28:19-20).

En el libro de Éxodo 15:22-23 nos encontramos con Moisés y el pueblo caminando del Mar rojo con rumbo a Shur pero por tres días no encontraron agua en el desierto; pensemos en que un evento así ponía en peligro sus vidas y la desesperanza traería consigo quejas, una botella de agua no sería suficiente para el pueblo pero sí un motivo para peleas entonces podemos decir que necesitaban de un milagro de “dimensiones bíblicas” para saciar la sed de cientos y así llegaron aun lugar donde había el líquido vital, ahora parecía que todo se estaba solucionado pero los giros en la vida los hizo descubrir que el agua no servía (era amarga).

2 - Posición y responsabilidad

¿Acaso habrá algún creyente que no haya experimentado la decepción? Encontrar agua era la solución a todos los problemas urgentes de Moisés y el pueblo andando por el desierto, pero aunque Dios pone la respuesta a nuestros problemas en ocasiones se requiere ir un paso más adelante para entender completamente sus planes.

En Éxodo 15:24-25 Moisés tuvo que orar porque las aguas encontradas por ser “amargas” no eran la solución sino el inicio de muchos problemas ante un pueblo que continuamente se quejaba y que en su mentalidad no sabía depender de Dios. No leemos que el pueblo se organizara para orar, fue Moisés quien busco orando una respuesta de parte de Dios.

Todo creyente necesita comprender su posición y responsabilidad mientras que la congregación o la familia no sepan buscar a Dios. Usted no necesita ser miembro del grupo de alabanza o el pastor para que Dios lo escuche, lo que necesita es entender que el “pueblo” lo necesita mientras no se les enseñe cómo doblar las rodillas y pedir al Padre, a Moisés le llevó toda la vida y no tuvo muchos avances con su allegados pero ¡ánimo! que no somos Moisés.

Dios desea que en esta etapa que se encuentra experimentado algún tipo de necesidad sepa acercarse a Él, las aguas amargas de la vida las puede endulzar si tan solo sabemos cómo buscarle.

Salmos 23:4 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
 
 

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