La voluntad del que me envió, notas predicación
domingo, 28 de enero de 2024
El tema del día de hoy es acerca de la última cena y cómo nos acerca a Dios. Cada congregación tiene su forma de practicar este memorial y el tema no es discutir si agregan o quitan elementos o cada cuando lo realizan pero sí es claro que se realiza con cierta frecuencia en todas las comunidades cristianas a partir que Cristo lo establece. Entonces reflexionemos, ¿quiénes la llevaron a cabo por primera vez? Veamos los siguientes versículos:
Lucas 22:14-20 Dios Habla Hoy (DHH)
14 Cuando llegó la hora, Jesús y los apóstoles se sentaron a la mesa. 15 Jesús les dijo: —¡Cuánto he querido celebrar con ustedes esta cena de Pascua antes de mi muerte! 16 Porque les digo que no la celebraré de nuevo hasta que se cumpla en el reino de Dios. 17 Entonces tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, dijo: —Tomen esto y repártanlo entre ustedes; 18 porque les digo que no volveré a beber del producto de la vid, hasta que venga el reino de Dios. 19 Después tomó el pan en sus manos y, habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo: —Esto es mi cuerpo, entregado a muerte en favor de ustedes. Hagan esto en memoria de mí. 20 Lo mismo hizo con la copa después de la cena, diciendo: —Esta copa es la nueva alianza confirmada con mi sangre, la cual es derramada en favor de ustedes.
Jesús se reunió con los discípulos según podemos entender de los versículos anteriores, en otros capítulos de la biblia no se habla de incluir a más gente, es decir que se encontraban con él las personas más cercanas. El propósito para quienes estaban en la mesa era informarles lo que habría de ocurrir pronto pero también hacerles recordar después a ellos y a nosotros que su sacrificio tenía proposito y no se trataba de un evento del azar.
Con los siglos son muchos quienes estudian la biblia y se complican entre conclusiones acerca de si Jesús podría haber hecho de otra manera si bien conocía su presente y futuro ante los hechos de la crucifixión. La respuesta en corto es NO, todo creyente que ha estudiado en lo mínimo las escrituras llega a comprender que la vida de Jesús estaba profetizada, así como su muerte, resurrección y pronto regreso, la narración de los eventos que quedó escrita tiene la intención de hacernos conscientes de que todo ocurrió según el plan de Dios.
Podemos llegar a considerar que el método por parte de Dios para restablecer la comunión con la humanidad por medio de Jesús es radical pero esta decisión no es nuestra y por otro lado era necesario que se estableciera un pago ante la humanidad caída en pecado (Romanos 6:23), ahora veamos como este memorial nos acerca a Cristo, veamos el siguiente versículo:
Mateo 26:30 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
30 Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.
1 - Sabemos que Jesús cantaba.
El libro de Mateo en el capítulo veintiseis nos narra los eventos de esa noche y nos permite conocer tres aspectos de Jesús, el primero lo encontramos en el versículo treinta, Jesús cantaba al menos para la ocasión y probablemente serían salmos para dar gracias; detengámonos a pensar en que él conocía que las siguientes horas serian extremadamente complicadas y de sufrimiento.
La Pascua judía se centra en la celebración del cruce de este pueblo por el mar rojo y las dificultades superadas al abandonar el país de Egipto de aquella época. Pero en esa noche que Jesús y sus discípulos se encontraban reunidos él se encontraría agradecido por los sufrimientos que estaba por experimentar en su cruce del camino hacia la cruz, bien expresado queda en el siguiente versículo:
1 Corintios 1:18 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
Por mantenerse firme Jesús en su decisión la salvación estaría al alcance de todo el mundo y esto a través de los años para muchos sigue siendo una locura incomprensible.
2 - Sabemos que Jesús se entristecía y angustiaba.
Los minutos seguían pasando en aquella noche y los discípulos no comprendían quizá lo emocional que se encontraba Jesús, él estaba repasando en su mente la visión de los clavos, las espinas y todo aquello que sería su fin. Veamos los siguientes versículos:
Mateo 26:36-38 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. 37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. 38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
Jesús sufrió y se angustió voluntariamente hasta el final, no hay nada que no estuviera dispuesto hacer para que nos reconciliáramos con el Padre
3 - Sabemos que Jesús hizo todo por nosotros.
Las palabras “hágase tu voluntad” que aparecen a continuación en el versículo cuarenta y dos nos revelan un acto de obediencia a un plan muy superior a los sufrimientos que tendría que pasar Jesús. Mucha gente incluyendo a creyentes ante las situaciones de cambio donde se experimentan dificultades sin pensarlo mucho salen huyendo de responsabilidades, abandonan a la familia, los hijos, el trabajo, la escuela e incluso el país. Veamos el siguiente versículo:
Mateo 26:42 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
42 Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
Aceptar lo que Dios pone en sus planes como la enfermedad o incluso la muerte requiere de tiempo de oración, la voluntad de Dios es perfecta pero en ocasiones dolorosa e incomprensible para nosotros.
En esta próxima semana santa oramos que cada uno de nosotros logremos experimentar la cercanía suficiente que nos permita comprender la obediencia de Jesús y que en nuestras situaciones de angustia nazca desde dentro de nosotros un canto de alabanza que reconozca su voluntad.
Juan 4:34 Dios Habla Hoy (DHH)
34 Pero Jesús les dijo: —Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y terminar su trabajo.
Lucas 22:14-20 Dios Habla Hoy (DHH)
14 Cuando llegó la hora, Jesús y los apóstoles se sentaron a la mesa. 15 Jesús les dijo: —¡Cuánto he querido celebrar con ustedes esta cena de Pascua antes de mi muerte! 16 Porque les digo que no la celebraré de nuevo hasta que se cumpla en el reino de Dios. 17 Entonces tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, dijo: —Tomen esto y repártanlo entre ustedes; 18 porque les digo que no volveré a beber del producto de la vid, hasta que venga el reino de Dios. 19 Después tomó el pan en sus manos y, habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo: —Esto es mi cuerpo, entregado a muerte en favor de ustedes. Hagan esto en memoria de mí. 20 Lo mismo hizo con la copa después de la cena, diciendo: —Esta copa es la nueva alianza confirmada con mi sangre, la cual es derramada en favor de ustedes.
Jesús se reunió con los discípulos según podemos entender de los versículos anteriores, en otros capítulos de la biblia no se habla de incluir a más gente, es decir que se encontraban con él las personas más cercanas. El propósito para quienes estaban en la mesa era informarles lo que habría de ocurrir pronto pero también hacerles recordar después a ellos y a nosotros que su sacrificio tenía proposito y no se trataba de un evento del azar.
Con los siglos son muchos quienes estudian la biblia y se complican entre conclusiones acerca de si Jesús podría haber hecho de otra manera si bien conocía su presente y futuro ante los hechos de la crucifixión. La respuesta en corto es NO, todo creyente que ha estudiado en lo mínimo las escrituras llega a comprender que la vida de Jesús estaba profetizada, así como su muerte, resurrección y pronto regreso, la narración de los eventos que quedó escrita tiene la intención de hacernos conscientes de que todo ocurrió según el plan de Dios.
Podemos llegar a considerar que el método por parte de Dios para restablecer la comunión con la humanidad por medio de Jesús es radical pero esta decisión no es nuestra y por otro lado era necesario que se estableciera un pago ante la humanidad caída en pecado (Romanos 6:23), ahora veamos como este memorial nos acerca a Cristo, veamos el siguiente versículo:
Mateo 26:30 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
30 Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.
1 - Sabemos que Jesús cantaba.
El libro de Mateo en el capítulo veintiseis nos narra los eventos de esa noche y nos permite conocer tres aspectos de Jesús, el primero lo encontramos en el versículo treinta, Jesús cantaba al menos para la ocasión y probablemente serían salmos para dar gracias; detengámonos a pensar en que él conocía que las siguientes horas serian extremadamente complicadas y de sufrimiento.
La Pascua judía se centra en la celebración del cruce de este pueblo por el mar rojo y las dificultades superadas al abandonar el país de Egipto de aquella época. Pero en esa noche que Jesús y sus discípulos se encontraban reunidos él se encontraría agradecido por los sufrimientos que estaba por experimentar en su cruce del camino hacia la cruz, bien expresado queda en el siguiente versículo:
1 Corintios 1:18 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
Por mantenerse firme Jesús en su decisión la salvación estaría al alcance de todo el mundo y esto a través de los años para muchos sigue siendo una locura incomprensible.
2 - Sabemos que Jesús se entristecía y angustiaba.
Los minutos seguían pasando en aquella noche y los discípulos no comprendían quizá lo emocional que se encontraba Jesús, él estaba repasando en su mente la visión de los clavos, las espinas y todo aquello que sería su fin. Veamos los siguientes versículos:
Mateo 26:36-38 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. 37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. 38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
Jesús sufrió y se angustió voluntariamente hasta el final, no hay nada que no estuviera dispuesto hacer para que nos reconciliáramos con el Padre
3 - Sabemos que Jesús hizo todo por nosotros.
Las palabras “hágase tu voluntad” que aparecen a continuación en el versículo cuarenta y dos nos revelan un acto de obediencia a un plan muy superior a los sufrimientos que tendría que pasar Jesús. Mucha gente incluyendo a creyentes ante las situaciones de cambio donde se experimentan dificultades sin pensarlo mucho salen huyendo de responsabilidades, abandonan a la familia, los hijos, el trabajo, la escuela e incluso el país. Veamos el siguiente versículo:
Mateo 26:42 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
42 Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
Aceptar lo que Dios pone en sus planes como la enfermedad o incluso la muerte requiere de tiempo de oración, la voluntad de Dios es perfecta pero en ocasiones dolorosa e incomprensible para nosotros.
En esta próxima semana santa oramos que cada uno de nosotros logremos experimentar la cercanía suficiente que nos permita comprender la obediencia de Jesús y que en nuestras situaciones de angustia nazca desde dentro de nosotros un canto de alabanza que reconozca su voluntad.
Juan 4:34 Dios Habla Hoy (DHH)
34 Pero Jesús les dijo: —Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y terminar su trabajo.
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