El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos, notas predicación
domingo, 21 de enero de 2024
El tema del día de hoy es acerca de la semana santa y tres aspectos que necesitamos recordar, ya que faltan algunas semanas estamos a tiempo de prepararnos en lo personal. Cuando un evento es repetitivo en nuestras vidas llega a ocurrir en ocasiones que nos termina siendo indiferente, pocas personas se detienen a maravillarse día con día de ver salir el sol pues esto es algo que ocurre cada veinticuatro horas y así mismo ocurren varios aspectos en nuestra vida que se vuelven regulares y por lo tanto les dejamos de dar la debida importancia.
En nuestra vida espiritual ocurre de manera similar cuando algunos eventos son continuos, es decir que ya no les apreciamos de igual manera a la primera ocasión. Tenemos creyentes que al pasar de los años van perdiendo el entusiasmo por asistir a la congregación, ¿en qué otras cosas ya no nos sentimos motivados?
Mateo 26:18 Traducción en lenguaje actual (TLA)
18 Jesús les respondió: —Vayan a la ciudad, busquen al amigo que ustedes ya conocen, y denle este mensaje: “El Maestro dice: yo sé que pronto moriré; por eso quiero celebrar la Pascua en tu casa, con mis discípulos.”
Vemos en el versículo anterior que Jesús les anuncia por anticipado a los discípulos que habría de morir, incluso antes les habla que será crucificado (Mateo 26:2). Los discípulos que durante 3 años acompañaron a Jesús se habían acostumbrado a estar con él y no sabemos hasta qué punto estarían convencidos de que su muerte realmente estaba muy cerca.
“Pensemos en que el aspecto de Jesús era sano y además sanaba enfermos, multiplicaba la comida e invitaba el vino”, cuando por alguna razón visitamos un hospital y vemos enfermos podemos pensar que algunos realmente están graves y quizá mueran pero “Jesús era un buen amigo que estaba por encima de cualquier mal”. Dicho de otra manera son muchos quienes creen que ninguna mala situación ocurrirá en sus vidas y que gozan plenamente del favor de Dios pero sin ningún sustento, aunque conocemos que de Jesús estaba profetizado desde su nacimiento hasta su muerte. ¿Entonces por qué los discípulos no se mostraban inquietos ante las palabras de Jesús?
Desconocemos qué tan profundo llegaron las palabras de Jesús a los discípulos o si realmente querían ignorarlas pero él sabía que con el tiempo las entenderían. Aun en la actualidad cuando hablamos del cielo o el infierno entre los creyentes que se congregan cada semana hay quienes lo ven como algo muy lejano o ajeno pero de la misma manera confiamos que ocurra. Veamos los siguientes versículos:
Mateo 26:26-29 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; 28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. 29 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
1 - El cuerpo
Vemos en el versículo veintiséis “Tomad, comed; esto es mi cuerpo” a lo cual ninguno de los presentes cuestionó el tipo de enseñanza que se estaba realizando, nosotros hoy la comprendemos. Jesús mostraba la fragilidad del cuerpo mortal que decidió tomar para soportar el dolor de la cruz (Lucas 22:19)
2 - La Sangre
Vemos en el versículo veintisiete y veintiocho “Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” nuevamente los presentes no mostraron incomodidad por la afirmación que hacía Jesús probablemente entendían que todo esto era un simbolismo pero no lograban profundizar en el significado pleno, recordemos que todo este evento ocurrió antes de la crucifixión de Jesús y por lo mismo lo entenderían hasta después (1 Pedro 1:18-19, Romanos 5:9).
3 - Su regreso
Vemos en el versículo veintinueve “hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre”, Jesús estaba anunciando su regreso. Pensar en el presente y los problemas de mantenerse en la fe en tiempos tan complicados nos debería hacer reflexionar en la promesa de su regreso dándonos la oportunidad de hacer los cambios necesarios en nuestra vida para reunirnos con él, muchos cambios internos ocurrirían en aquellos días en cada uno de los discípulos para ahora esperar el regreso del Cristo.
Oramos por prepararnos para la semana santa con anticipación y esto nos permitirá hacer cambios en nuestra mente y espíritu llevándonos a recibirla con renuevo.
Mateo 9:17 La Palabra (BLP)
17 Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque los odres se revientan, se derrama el vino y se pierden los odres. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos, para que ambas cosas se conserven.
En nuestra vida espiritual ocurre de manera similar cuando algunos eventos son continuos, es decir que ya no les apreciamos de igual manera a la primera ocasión. Tenemos creyentes que al pasar de los años van perdiendo el entusiasmo por asistir a la congregación, ¿en qué otras cosas ya no nos sentimos motivados?
- Leer y estudiar la biblia.
- Ayudar al necesitado.
- Servir en la iglesia.
- Compartir la palabra.
Mateo 26:18 Traducción en lenguaje actual (TLA)
18 Jesús les respondió: —Vayan a la ciudad, busquen al amigo que ustedes ya conocen, y denle este mensaje: “El Maestro dice: yo sé que pronto moriré; por eso quiero celebrar la Pascua en tu casa, con mis discípulos.”
Vemos en el versículo anterior que Jesús les anuncia por anticipado a los discípulos que habría de morir, incluso antes les habla que será crucificado (Mateo 26:2). Los discípulos que durante 3 años acompañaron a Jesús se habían acostumbrado a estar con él y no sabemos hasta qué punto estarían convencidos de que su muerte realmente estaba muy cerca.
“Pensemos en que el aspecto de Jesús era sano y además sanaba enfermos, multiplicaba la comida e invitaba el vino”, cuando por alguna razón visitamos un hospital y vemos enfermos podemos pensar que algunos realmente están graves y quizá mueran pero “Jesús era un buen amigo que estaba por encima de cualquier mal”. Dicho de otra manera son muchos quienes creen que ninguna mala situación ocurrirá en sus vidas y que gozan plenamente del favor de Dios pero sin ningún sustento, aunque conocemos que de Jesús estaba profetizado desde su nacimiento hasta su muerte. ¿Entonces por qué los discípulos no se mostraban inquietos ante las palabras de Jesús?
Desconocemos qué tan profundo llegaron las palabras de Jesús a los discípulos o si realmente querían ignorarlas pero él sabía que con el tiempo las entenderían. Aun en la actualidad cuando hablamos del cielo o el infierno entre los creyentes que se congregan cada semana hay quienes lo ven como algo muy lejano o ajeno pero de la misma manera confiamos que ocurra. Veamos los siguientes versículos:
Mateo 26:26-29 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; 28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. 29 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
1 - El cuerpo
Vemos en el versículo veintiséis “Tomad, comed; esto es mi cuerpo” a lo cual ninguno de los presentes cuestionó el tipo de enseñanza que se estaba realizando, nosotros hoy la comprendemos. Jesús mostraba la fragilidad del cuerpo mortal que decidió tomar para soportar el dolor de la cruz (Lucas 22:19)
2 - La Sangre
Vemos en el versículo veintisiete y veintiocho “Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” nuevamente los presentes no mostraron incomodidad por la afirmación que hacía Jesús probablemente entendían que todo esto era un simbolismo pero no lograban profundizar en el significado pleno, recordemos que todo este evento ocurrió antes de la crucifixión de Jesús y por lo mismo lo entenderían hasta después (1 Pedro 1:18-19, Romanos 5:9).
3 - Su regreso
Vemos en el versículo veintinueve “hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre”, Jesús estaba anunciando su regreso. Pensar en el presente y los problemas de mantenerse en la fe en tiempos tan complicados nos debería hacer reflexionar en la promesa de su regreso dándonos la oportunidad de hacer los cambios necesarios en nuestra vida para reunirnos con él, muchos cambios internos ocurrirían en aquellos días en cada uno de los discípulos para ahora esperar el regreso del Cristo.
Oramos por prepararnos para la semana santa con anticipación y esto nos permitirá hacer cambios en nuestra mente y espíritu llevándonos a recibirla con renuevo.
Mateo 9:17 La Palabra (BLP)
17 Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque los odres se revientan, se derrama el vino y se pierden los odres. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos, para que ambas cosas se conserven.
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