El que levanta mi cabeza, notas predicación.
domingo, 2 de julio de 2023
Hoy hablaremos del poder de la oración, los siglos pasan y la gente continúa con los mismos problemas de base como lo son la inseguridad social, violencia familiar, enfermedades y estamos seguros que usted pensará en otros tantos más pero la cuestión aquí es el cómo enfrentamos estas situaciones cuando NO son ocasionales.
Dentro de las posibilidades humanas los problemas de interacción solemos enfrentarlos por el lado jurídico y las enfermedades acudiendo a la medicina. Pero en ocasiones aun haciendo lo debido para solucionar nuestros problemas estos se alargan por días y quizá llegando a transcurrir muchos años entonces el desgaste emocional se hace presente, nos agota al punto de nublar nuestro juicio para la toma de decisiones. ¿Se ha sentido así? Entonces este mensaje es para usted.
1 - La oración de David
En la biblia el salmo tres nos habla de David el mismo que en una ocasión combatió con el gigante Goliat (1 Samuel 17) y que pensaríamos estaría muy curtido ante los desafíos de la vida. Alguien llegó a comentar que para este David todos los problemas desde ese entonces le resultaban pequeños pero debo decirle que no es así al recordarle que después pasó mucho tiempo huyendo del rey Saúl (1 Samuel 19). De la misma manera podemos decir que en el pasado quizá usted haya salido victorioso de grandes desafíos pero en la actualidad podría estar experimentando una situación a la que simplemente no le encuentra salida y siente que su vida peligra. Veamos los siguientes versículos:
Salmos 3:1-3 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
1 ¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí. 2 Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios. Selah 3 Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
Aunque no entraremos en detalles, el salmo tres se desarrolló en una época donde uno de los hijos del ahora rey David llamado Absalón pretendía usurpar el poder. Expresado de otra manera, deseaba traicionar a su padre para evitar que el trono pasara al futuro rey Salomón. Los problemas de las herencias familiares habrá escuchado que pueden resultar complejos, aquí no estaban peleando los terrenos de la abuela, estaban en confrontación por un reino.
David se encontraba consternado por las acciones de su hijo Absalón en los versículos anteriores podemos observar una fotografía de su corazón dolido. Piense que estas palabras fueron escritas como parte de la oración que hacía a Dios nuestro padre. Están quienes opinan que ante un hijo desobediente un padre puede hacer dos cosas: confrontarlo o callar. En este momento David no se quedó callado mas buscó a Dios al no saber qué hacer con Absalón.
Dentro de las posibilidades humanas los problemas de interacción solemos enfrentarlos por el lado jurídico y las enfermedades acudiendo a la medicina. Pero en ocasiones aun haciendo lo debido para solucionar nuestros problemas estos se alargan por días y quizá llegando a transcurrir muchos años entonces el desgaste emocional se hace presente, nos agota al punto de nublar nuestro juicio para la toma de decisiones. ¿Se ha sentido así? Entonces este mensaje es para usted.
1 - La oración de David
En la biblia el salmo tres nos habla de David el mismo que en una ocasión combatió con el gigante Goliat (1 Samuel 17) y que pensaríamos estaría muy curtido ante los desafíos de la vida. Alguien llegó a comentar que para este David todos los problemas desde ese entonces le resultaban pequeños pero debo decirle que no es así al recordarle que después pasó mucho tiempo huyendo del rey Saúl (1 Samuel 19). De la misma manera podemos decir que en el pasado quizá usted haya salido victorioso de grandes desafíos pero en la actualidad podría estar experimentando una situación a la que simplemente no le encuentra salida y siente que su vida peligra. Veamos los siguientes versículos:
Salmos 3:1-3 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
1 ¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí. 2 Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios. Selah 3 Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
Aunque no entraremos en detalles, el salmo tres se desarrolló en una época donde uno de los hijos del ahora rey David llamado Absalón pretendía usurpar el poder. Expresado de otra manera, deseaba traicionar a su padre para evitar que el trono pasara al futuro rey Salomón. Los problemas de las herencias familiares habrá escuchado que pueden resultar complejos, aquí no estaban peleando los terrenos de la abuela, estaban en confrontación por un reino.
David se encontraba consternado por las acciones de su hijo Absalón en los versículos anteriores podemos observar una fotografía de su corazón dolido. Piense que estas palabras fueron escritas como parte de la oración que hacía a Dios nuestro padre. Están quienes opinan que ante un hijo desobediente un padre puede hacer dos cosas: confrontarlo o callar. En este momento David no se quedó callado mas buscó a Dios al no saber qué hacer con Absalón.
2 - La oración de hoy
Muchos padres hoy en día ante el pecado de sus hijos solo saben estar callados y los continúan observando por muchos años destruir sus vidas. Aun entre creyentes nos encontramos a padres que conociendo el pecado de sus hijos voltean en otra dirección y niegan sus acciones, esto lo vemos de continuo en iglesias con hijos de pastores o servidores. Quizá podrían corregir el rumbo, primero la voluntad de Dios deberían orar por sus hijos sin importar que tan grande sea el problema pero la cuestión es que los creyentes han abandonado la oración al menospreciarla a pesar de ser el elemento más poderoso para que Dios intervenga y el mundo NO continúe su dominio sobre nuestros hijos.
Usted pensará que estamos exagerando, pero piense ¿qué es más exitoso en la iglesia, convocar a una reunión de alabanza o a una de oración? Por la misma razón las convocatorias se terminan haciendo simultáneas.
David se expresó en algún momento “Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios”. Los que llama hoy sus amigos: líderes en la iglesia, compañeros de escuela o trabajo ¿cree que se expresan así de usted o lo sabe? En cierto punto ellos no pueden ver la mano de Dios en tu vida que te ayuda y no es necesario, lo que necesitamos en momentos de tristeza, angustia y soledad es conocer cómo anda nuestra relación con Dios. David de continuo buscaba a Dios y esto es lo que lo sostenía “Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.”. Veamos el siguiente versículo:
Salmos 3:4 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
4 Con mi voz clamé a Jehová, Y él me respondió desde su monte santo.
Algunos buscan ante los problemas graves la ayuda humana inmediata de la cual no siempre recibimos la respuesta, el creyente primero clama a Dios por su ayuda y él nos responde cómo vendrá esta (Mateo 21:22). Veamos los siguientes versículos para responder cuál es el poder de la oración.
Salmos 3:5-8 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
5 Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba. 6 No temeré a diez millares de gente, Que pusieren sitio contra mí. 7 Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío; Porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; Los dientes de los perversos quebrantaste. 8 La salvación es de Jehová; Sobre tu pueblo sea tu bendición.
En el versículo cinco podemos ver el resultado de que David orara y confiara en que Dios le escuchaba “Yo me acosté y dormí, Y desperté,” Muchos creyentes no consiguen dormir ante las múltiples preocupaciones, pero quienes confían en el poder de la oración y quien la escucha (Dios) pueden descansar sin temor.
Así como David confió su vida y confesó sus temores a Dios nosotros podemos confiar que el mismo Dios nos escuchara y cumplirá su voluntad. Él puede traer sanidad y prosperidad a nuestras vidas pero si nuestras acciones a lo largo de la vida no son correctas debemos preguntarnos si la voluntad de Dios es que experimentemos las consecuencias. Oremos a Dios confiando y hagamos todo lo que nos corresponde entonces podremos estar en paz.
Salmos 3:3 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
3 Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
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