Yo soy el primero, notas predicación.
domingo, 16 de julio de 2023
La semana pasada el tema fue acerca de la oración que nos acerca a Dios, y hoy estaremos tratando acerca de la oración que nos transforma. Analizaremos el salmo seis como lectura central, en esa época el rey David reflexionaba sobre los distintos pecados a lo largo de su vida. Hoy en día la gente a esto le llama reflexionar sobre errores del pasado, pero cuando acudimos a la presencia de Dios se establece una clara diferencia entre las palabras pecado y error.
Es importante en el estudio de la biblia que logremos identificarnos con las vivencias narradas de distintos personajes tanto para no llegar a cometer los mismos pecados como para buscar a Dios en los aspectos más positivos de los hombres de fe. En la biblia no encontramos hombres perfectos ni aun los llamados santos, cada uno tuvo sus luchas interiores, entonces tengamos cuidado de no idealizarlos y al igual que en tiempos presentes solo podemos depositar nuestra confianza en Jesús hijo de Dios (1 Timoteo 2:5, Juan 14:6). Veamos los siguientes versículos:
Salmos 6:1-2 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
1 Jehová, no me reprendas en tu enojo, Ni me castigues con tu ira. 2 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.
En los versículos anteriores vemos el inicio de una oración que entregó David a Dios y en medio de pocas palabras se asoman muchas emociones. En el versículo uno reconoce que hay motivos para que Dios esté molesto contra él: “Jehová, no me reprendas en tu enojo, Ni me castigues con tu ira”, se reconocía a sí mismo como pecador. La humanidad a través de los siglos ha buscado excusas para esconder o disimular distintos pecados al punto de normalizarlos con modas y cultura, pero comprender lo que ofende a Dios y aceptar que le hemos fallado nos permite más fácilmente acercarnos a Él.
Están quienes ni siquiera yendo a dormir logran olvidar sus culpas. Sin embargo, lo más sencillo al terminar el día es voltear a otro lado y pasar página diciéndonos a nosotros mismos que las circunstancias son las que nos obligan a pecar. El que dice para sí mismo que nunca ha pecado miente completamente conforme a las escrituras. Veamos el siguiente versículo:
Romanos 3:10 Dios Habla Hoy (DHH)
10 pues las Escrituras dicen: «¡No hay ni uno solo que sea justo!
Para muchas personas que empiezan a conocer de las escrituras, el versículo anterior resulta difícil de digerir pues en ocasiones la gente vive con una justicia propia que no le permite ver sus fallas, únicamente las de otras personas. Lo mismo ocurre con quienes llevan muchos años conociendo o estudiando el evangelio que en algún momento llegan a pensar que todo se encuentra bien con ellos pues bastará con el arrepentimiento en cada “falla”.
Llegados a este punto como cristianos reconocemos que la salvación no se pierde y si alguien se perdiese es porque no era salvo desde un principio. Veamos el siguiente versículo:
Juan 15:6 Dios Habla Hoy (DHH)
6 El que no permanece unido a mí, será echado fuera y se secará como las ramas que se recogen y se queman en el fuego.
En el versículo anterior u otros tantos alguien podría concluir entonces algo distinto a lo que afirmamos y siendo que este no es el tema principal que estamos tratando no queremos dejar de reconocer que hay versículos que por sí solos podrían interpretarse de esa manera, pero para poder continuar es necesario entender que el arrepentimiento genuino es el que Dios observa así sea que alguien peque y se arrepienta setenta veces siete (Mateo 18:21-22).
Obviamente lo anterior solo Dios lo podrá juzgar pero en medida que nosotros reconozcamos un arrepentimiento genuino en los “fallos” de nuestros hermanos deberíamos actuar igual.
En el salmo seis versículo dos “Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.” podríamos hablar que son los efectos del pecado la enfermedad espiritual y la agonía, ¿Cuándo fue la última vez que clamaste así a Dios debido a tu estado interior? Si usted me dice que nunca ha experimentado culpa, pena o remordimiento por alguna de sus acciones quizá este mensaje no es para usted en este momento pero lo invitamos a meditar en los siguientes versículos:
Salmos 6:6-7 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
6 Me he consumido a fuerza de gemir; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Riego mi cama con mis lágrimas. 7 Mis ojos están gastados de sufrir; Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.
Podemos ver en los versículos anteriores que David realmente la estaba pasando mal, no solo lloraba todas la noches perdiendo el descanso, también sus preocupaciones eran evidentes por todo el mal que había hecho a otras personas. En la biblia llegamos a encontrar las vidas de algunos personajes como algo muy complicadas. Este David buscaba de todo corazón agradar a Dios pero aunque no es el tema de nuestro estudio él también llevó una vida llena de pecados y con esto NO afirmamos que nosotros deberíamos vivir así mas sí comprender que al contrario necesitamos simplificar nuestra relación con Dios buscando su misericordia cada día y quizá pidiéndole que nos haga saber que estamos pecando para detenernos antes de fallarle. Veamos el siguiente versículo:
Salmos 119:9 Dios Habla Hoy (DHH)
9 ¿Cómo podrá el joven llevar una vida limpia? ¡Viviendo de acuerdo con tu palabra!
Son muchos los ancianos que antes de morir se llenan de miedos y remordimientos por todo lo que pudieron evitar hacer en la juventud, pero en su momento no les interesó, la fiesta era más importante, los vicios y el desenfreno. ¿Habrá algo bueno que hayamos hecho hasta el día de hoy por lo cual Dios nos tenga misericordia? (Romanos 9:16, Tito 3:5, Santiago 2:13).
1 Timoteo 1:15 Dios Habla Hoy (DHH)
15 Esto es muy cierto, y todos deben creerlo: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
Es importante en el estudio de la biblia que logremos identificarnos con las vivencias narradas de distintos personajes tanto para no llegar a cometer los mismos pecados como para buscar a Dios en los aspectos más positivos de los hombres de fe. En la biblia no encontramos hombres perfectos ni aun los llamados santos, cada uno tuvo sus luchas interiores, entonces tengamos cuidado de no idealizarlos y al igual que en tiempos presentes solo podemos depositar nuestra confianza en Jesús hijo de Dios (1 Timoteo 2:5, Juan 14:6). Veamos los siguientes versículos:
Salmos 6:1-2 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
1 Jehová, no me reprendas en tu enojo, Ni me castigues con tu ira. 2 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.
En los versículos anteriores vemos el inicio de una oración que entregó David a Dios y en medio de pocas palabras se asoman muchas emociones. En el versículo uno reconoce que hay motivos para que Dios esté molesto contra él: “Jehová, no me reprendas en tu enojo, Ni me castigues con tu ira”, se reconocía a sí mismo como pecador. La humanidad a través de los siglos ha buscado excusas para esconder o disimular distintos pecados al punto de normalizarlos con modas y cultura, pero comprender lo que ofende a Dios y aceptar que le hemos fallado nos permite más fácilmente acercarnos a Él.
Están quienes ni siquiera yendo a dormir logran olvidar sus culpas. Sin embargo, lo más sencillo al terminar el día es voltear a otro lado y pasar página diciéndonos a nosotros mismos que las circunstancias son las que nos obligan a pecar. El que dice para sí mismo que nunca ha pecado miente completamente conforme a las escrituras. Veamos el siguiente versículo:
Romanos 3:10 Dios Habla Hoy (DHH)
10 pues las Escrituras dicen: «¡No hay ni uno solo que sea justo!
Para muchas personas que empiezan a conocer de las escrituras, el versículo anterior resulta difícil de digerir pues en ocasiones la gente vive con una justicia propia que no le permite ver sus fallas, únicamente las de otras personas. Lo mismo ocurre con quienes llevan muchos años conociendo o estudiando el evangelio que en algún momento llegan a pensar que todo se encuentra bien con ellos pues bastará con el arrepentimiento en cada “falla”.
Llegados a este punto como cristianos reconocemos que la salvación no se pierde y si alguien se perdiese es porque no era salvo desde un principio. Veamos el siguiente versículo:
Juan 15:6 Dios Habla Hoy (DHH)
6 El que no permanece unido a mí, será echado fuera y se secará como las ramas que se recogen y se queman en el fuego.
En el versículo anterior u otros tantos alguien podría concluir entonces algo distinto a lo que afirmamos y siendo que este no es el tema principal que estamos tratando no queremos dejar de reconocer que hay versículos que por sí solos podrían interpretarse de esa manera, pero para poder continuar es necesario entender que el arrepentimiento genuino es el que Dios observa así sea que alguien peque y se arrepienta setenta veces siete (Mateo 18:21-22).
Obviamente lo anterior solo Dios lo podrá juzgar pero en medida que nosotros reconozcamos un arrepentimiento genuino en los “fallos” de nuestros hermanos deberíamos actuar igual.
En el salmo seis versículo dos “Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.” podríamos hablar que son los efectos del pecado la enfermedad espiritual y la agonía, ¿Cuándo fue la última vez que clamaste así a Dios debido a tu estado interior? Si usted me dice que nunca ha experimentado culpa, pena o remordimiento por alguna de sus acciones quizá este mensaje no es para usted en este momento pero lo invitamos a meditar en los siguientes versículos:
Salmos 6:6-7 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
6 Me he consumido a fuerza de gemir; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Riego mi cama con mis lágrimas. 7 Mis ojos están gastados de sufrir; Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.
Podemos ver en los versículos anteriores que David realmente la estaba pasando mal, no solo lloraba todas la noches perdiendo el descanso, también sus preocupaciones eran evidentes por todo el mal que había hecho a otras personas. En la biblia llegamos a encontrar las vidas de algunos personajes como algo muy complicadas. Este David buscaba de todo corazón agradar a Dios pero aunque no es el tema de nuestro estudio él también llevó una vida llena de pecados y con esto NO afirmamos que nosotros deberíamos vivir así mas sí comprender que al contrario necesitamos simplificar nuestra relación con Dios buscando su misericordia cada día y quizá pidiéndole que nos haga saber que estamos pecando para detenernos antes de fallarle. Veamos el siguiente versículo:
Salmos 119:9 Dios Habla Hoy (DHH)
9 ¿Cómo podrá el joven llevar una vida limpia? ¡Viviendo de acuerdo con tu palabra!
Son muchos los ancianos que antes de morir se llenan de miedos y remordimientos por todo lo que pudieron evitar hacer en la juventud, pero en su momento no les interesó, la fiesta era más importante, los vicios y el desenfreno. ¿Habrá algo bueno que hayamos hecho hasta el día de hoy por lo cual Dios nos tenga misericordia? (Romanos 9:16, Tito 3:5, Santiago 2:13).
1 Timoteo 1:15 Dios Habla Hoy (DHH)
15 Esto es muy cierto, y todos deben creerlo: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
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