Salvar lo que se había perdido, notas predicación

domingo, 2 de octubre de 2022


Hace algunos días, atendiendo a la situación de un enfermo, su familia me preguntó acerca de la postura del creyente con respecto a si en el “cielo” nos encontraremos con nuestros familiares y seres queridos. No son pocos quienes asumen que así tiene que ser pero hablemos de lo que enseña la biblia. Veamos el siguiente versículo:
 
Juan 14:2 Palabra de Dios para Todos (PDT)
2 Hay muchos lugares en la casa de mi Padre. Si no fuera así, se lo diría. Voy a prepararles un lugar,

 
En el anterior versículo nos encontramos con Jesús platicando con los discípulos acerca de su partida al cielo, un espacio con muchos lugares, en el mismo se señala que es Jesús quien prepara este lugar. Por tanto de aquí ya podemos asumir que el cielo es un lugar real y que está preparado para quienes tienen una relación personal con Él.
 
El cielo es un lugar al que todo creyente puede acceder, con respecto al tema de la familia y seres queridos veamos los siguientes versículos:
 
Mateo 12:47-50 Nueva Biblia Viva (NBV)
47 Cuando alguien le avisó a Jesús que su familia estaba fuera y quería hablarle, 48 él preguntó: ―¿Quién es mi madre?, ¿quiénes son mis hermanos? 49 Y señalando a sus discípulos, dijo: ―Aquí tienen a mi madre y a mis hermanos. 50 ¡El que obedece a mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre!

 
Ahora vemos en los versículos anteriores a quienes considera Jesús su familia “ ¡El que obedece a mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre!”. Lo invitamos a pensar de manera práctica entonces en base a Juan 14:2 y Mateo 12:47-50 ¿A quiénes les prepara Jesús un lugar en la casa del Padre? La respuesta es que no hay lugar para desconocidos en el cielo y sobre eso también tenemos una cita, veamos el siguiente versículo:
 
Mateo 7:22-23 Nueva Traducción Viviente (NTV)
22 El día del juicio, muchos me dirán: “¡Señor, Señor! Profetizamos en tu nombre, expulsamos demonios en tu nombre e hicimos muchos milagros en tu nombre”. 23 Pero yo les responderé: “Nunca los conocí. Aléjense de mí, ustedes, que violan las leyes de Dios”.

 
En base al versículo anterior reflexionemos con respecto a quienes se hacen llamar creyentes y asumen ser parte de la familia de Dios. En lo personal a nosotros nos resultaría en muchos casos imposible saber en quiénes realmente se encuentra el espíritu santo  (2 corintios 3:17, Juan 14:16, 1 corintios 3:16). A las iglesias acude gente que de alguna manera creen que prestar sus servicios allí los lleva a tener una relación con Dios pero así no funciona.
 
En la iglesia actual está la moda de quienes se hacen llamar profetas, exorcistas y sanadores, incluso quienes exigen ser llamados apóstoles, todos estos en distintas denominaciones. Como creyentes nos puede resultar confuso  ―o quizá no ― el saber si sus acciones proceden de una buena intención pero para Dios no lo es. Veamos lo que dice los siguientes versículos:
 
Jeremías 17:9-10 Dios Habla Hoy (DHH)
9 »Nada hay tan engañoso y perverso como el corazón humano. ¿Quién es capaz de comprenderlo? 10 Yo, el Señor, que investigo el corazón y conozco a fondo los sentimientos; que doy a cada cual lo que se merece, de acuerdo con sus acciones.»

 
Acabamos de leer que es Dios quien investiga el corazón y conoce a fondo los sentimientos del hombre por tanto está solo en Él saber sobre la verdadera naturaleza de nuestras intenciones. Con esto queremos decir que hay quienes creen estar en una buena relación con Dios haciendo su obra pero Él un día les responderá:
 
Mateo 7:23b Nueva Traducción Viviente (NTV)
“Nunca los conocí. Aléjense de mí, ustedes, que violan las leyes de Dios”.

 
Esto es algo muy triste cuando surge del auto engaño como resultado de practicar religión y no el hacer una relación con Dios. Queremos pensar positivamente que todos nos reencontraremos en el cielo y allí nos gozaremos en la eternidad pero es mucho lo que desconocemos de aquello y de la vida actual también. Lo que sabemos es que hay quienes violan las leyes de Dios y serán apartados, porque nadie les ha predicado y enseñado la sana doctrina.
 
¿Serán acaso nuestros familiares apartados aun cuando acudían con nosotros a la iglesia? Respondamos esto claramente afirmando lo que sabemos:

  • No todos nos volveremos a ver en el cielo. (Juan 3:16)
  • La salvacion es individual (2 Corintios 5:10, Gálatas 6: 7-8, Romanos 14:12)
  • Muchos se pierden por que nadie les predica (Romanos 10:13-15)
 
Por tanto podemos concluir que en el cielo nos reuniremos quiénes somos familia en el nombre de Cristo. Y si deseamos de todo corazón ver a alguien allá como nuestros padres, hermanos, hijos, pareja y extienda esta lista a quien usted le desee la salvación, ―si aún está en vida― ahora es el momento de hablarles de Cristo, no tarde en predicarle porque quizá sea la última oportunidad y hoy Dios llame a alguno a su presencia.
 
Lucas 19:10 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
 

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