Bendito sea Dios, notas predicación

domingo, 8 de mayo de 2022


Distintas y muy variadas cualidades son aquellas que podemos mencionar de una madre y la mayoría de los hijos llegan a tener un amor preferencial por esta. No son pocos los sacrificios que están dispuestas a hacer por ver a un hijo levantarse y lograr sus metas. El “material” de que están fabricadas puede llegar a ser indestructible cuando hablamos de compasión y entrega. Quizá este aspecto en las mujeres de llegar a dar vida a otros seres les permite entender más claramente algunos misterios del alma que pueden resultarnos más complicados a los hombres.
 
En las mujeres se dice que hay una predisposición a la sensibilidad pero también a entender las necesidades de otras personas. Esto no lo podemos comprobar pero creo que la mayoría estamos de acuerdo.
 
Hoy hablaremos de manera breve de una mujer que quedó registrada en la biblia (2 Reyes 4:8-37) cuyo nombre no se menciona, solo  se dice que es de la región de Sunem y que era una mujer importante, tampoco nos dice porqué lo era. En la actualidad ¿qué convierte a una persona en notable? Aquí menciono algunas cosas que me han contestado recientemente: su trabajo, su posición social, su dinero, sus estudios. Pero con el tiempo nada de esto nos llevaremos en la venida de nuestro Señor y hasta ese entonces en la historia de la humanidad podría quedar solo nuestro nombre  o foto en algún libro. Veamos el siguiente versículo:
 
2 Reyes 4:8 Dios Habla Hoy (DHH)
8 Un día en que Eliseo pasó por Sunem, una mujer importante que allí vivía lo invitó con mucha insistencia a que pasara a comer. Y cada vez que Eliseo pasaba por allí, se quedaba a comer.

 
En la narrativa del versículo anterior y subsecuentes nos encontramos al profeta Eliseo que establece una relación de amistad con la familia de esta mujer. Al parecer con frecuencia visitaba esta zona a tal punto que en aquel hogar se construyó una habitación amueblada para recibirle a insistencia de esta mujer. También le reconoce como un hombre de Dios lo cual nos dice que estaba atenta a los detalles. Veamos el siguiente versículo:
 
2 Reyes 4:9 Dios Habla Hoy (DHH)
9 Entonces ella le dijo a su marido: —Mira, yo sé que este hombre que cada vez que pasa nos visita, es un santo profeta de Dios.

 
A decir del versículo anterior podemos mencionar la importancia de andar por la vida en caminos rectos. Hoy encontramos mucha gente que habla muy elocuentemente a tal nivel que puede ser inspiracional pero son pocos los que sostienen con los hechos del día a día que lo que hablan es cierto.
 
Al respecto de la mujer podemos mencionar su interés de socorrer a Eliseo a quien consideró en una necesidad pero que también tendría un buen testimonio de vida. Esto último que mencionamos es de remarcar porque aunque esté en nosotros el ofrecer ayuda a otras personas es necesario establecer un “filtro” de quienes la han de recibir. Muchas mujeres tienen la facilidad de detectar la mentira o sospechar la falsedad debido a que sus experiencias de vida son distintas a las de los hombres.
 
Eliseo en algún punto quería pagar la hospitalidad de la familia de esta mujer (2 Reyes 4:13) siendo que él podía hablar con personas muy importantes para pedir favores; pero la respuesta de ella fue “Yo estoy bien aquí entre mi propia gente”, haciendo referencia a no necesitar nada. En el transcurso de la historia nos encontramos que Eliseo concluye por  profetizarle un hijo en el periodo de un año. En el antiguo testamento nos llegamos a encontrar historias que nos pueden resultar extrañas sobre todo las relacionadas con profetas a quienes Dios les revelaba su voluntad (Nahúm 1), los sueños de las personas (Daniel 2) y necesidad (Salmos 139:1-6).
 
Le nació un hijo a la mujer después de un tiempo como fue profetizado (2 Reyes 4:17) y en la lectura no vemos que ella no lo quisiera, Dios conocía el deseo que ella tenía y se lo concedió. Pero su hijo pasados unos años un día murió de un dolor de cabeza en las rodillas de su madre (2 Reyes 4:20). Pensemos por un momento sobre el dolor que podría experimentar esta mujer que no pidió un hijo pero que Dios se lo concedió sabiendo su deseo interior y ahora centrémonos en los siguientes dos versículos (2 Reyes 4:23, 2 Reyes 4:26).
 
2 Reyes 4:23 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
23 Él dijo: ¿Para qué vas a verle hoy? No es nueva luna, ni día de reposo. Y ella respondió: Paz.
 
2 Reyes 4:26 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
26 Te ruego que vayas ahora corriendo a recibirla, y le digas: ¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido, y a tu hijo? Y ella dijo: Bien.

 
En el versículo veintitrés el esposo le pregunta “¿Para qué vas a verle hoy?” refiriéndose al profeta Eliseo, ahora que había muerto su hijo y ella le responde que tenga “Paz”. En el versículo veintiséis el profeta Eliseo al verla que se aproximaba por el camino manda a que le pregunten rápidamente cómo se encuentra sin él estar enterado de lo acontecido pero la mujer sin ningún conflicto interno responde “Bien”.
 
Nos encontramos con una mujer que en la biblia queda registrado el nivel de control que tendría sobre sus emociones y por otro lado la confianza en que la voluntad de Dios prevalecerá pero también casi al final llegamos a leer el aspecto humano, leamos el siguiente versículo:
 
2 Reyes 4:28 Dios Habla Hoy (DHH)
28 Entonces ella le dijo: —Señor, ¿acaso le pedí a usted tener un hijo? ¿No le pedí a usted que no me engañara?

 
La queja en algún momento se tenía que asomar, pero realizó este viaje con la fe de que Dios recibiría la oración del profeta Eliseo y sería Dios quien decidiría si su hijo debería permanecer muerto. En los tiempos del antiguo testamento la gente acudía a los profetas a pedir consejo e intercesión ante Dios, hoy en día nuestro único intercesor es Jesucristo (1 Juan 2:1).
 
Por tanto aquella mujer acudió al profeta según la costumbre del antiguo testamento para orar y pedir la voluntad de Dios. En esta lectura podemos aprender lo necesario que resulta tener nuestra fe y convicciones en orden. Aunque brevemente se presenta una queja por parte de la mujer esta es más en un sentido de petición pero no de una exigencia. La oración sirve para desahogarnos, Dios la escucha pero es necesario comprender que él hará su voluntad en todo momento.
 
Efectivamente su hijo de la mujer volvió a la vida (2 Reyes 4:37) y toda madre o padre nunca debe dejar de orar por sus hijos en medio de cualquier situación por más que parezca imposible, Dios ha contestado muchas oraciones de madres dolidas y quizá la tuya sea contestada. Aquí nos vemos la siguiente semana, hasta pronto.
 
Salmos 66:20 Dios Habla Hoy (DHH)
20 ¡Bendito sea Dios, que no rechazó mi oración ni me negó su amor!

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