Decir que eres fiel a Dios, notas predicación

domingo, 7 de noviembre de 2021


Hace muchos años la gente solía darle un valor agregado a todo aquello que pronunciaba. La “palabra” de una persona tenía una gran importancia de igual manera que si se hiciera una promesa. Uno pensaría que eran personas más serias pero también sabían bromear, es decir que podían separar los asuntos que requerían de profundidad de los que eran superficiales.

En tiempos más remotos, digamos bíblicos, la carencia de contratos legales era lo normal. La gente hacía promesas de la venta de una tierra u otro tipo de negocios con tan solo decir “yo te lo vendí y tú me lo compraste”, en ocasiones incluso en ausencia de testigos y esto no implicaba ningún tipo de problema porque la gente respetaba los acuerdos orales como parte de un concepto de “honor” entre personas y familias.

Mientras que seguimos estudiando la vida de Moisés, el tener esto presente nos ayuda a comprender el tipo de relación que guardaban los hombres de aquellos tiempos y Dios mismo cuando emitía alguna promesa o señalaba que estaba por hacer algo. Veamos los siguientes versículos:

Éxodo 19: 3-4 (RVR1960)
3 Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: 4 Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.

 
En estos versículos Dios les recordaba que quien les liberó de ser esclavos era Él y no Moisés. La gente olvida fácilmente de dónde provienen las bendiciones, en ocasiones al cabo de unos cuantos días. Pasan por situaciones complicadas de vida donde le piden a Dios por un trabajo o salud pero al poco tiempo de que lo obtienen hablan con soberbia, dicen ser ellos y sus esfuerzos que les han dado resultado. Entre quienes se denominan creyentes está ocurriendo de la misma manera, llegando a afirmar que sus estudios y horas extra en el trabajo son lo que les permite avanzar en la vida y como consecuencia esta forma de pensamiento se está enseñando en nuestras iglesias.
 
Nos encontramos con ministerios “exitosos” formados por gente preparada y profesionista en lo secular pero que carecen del temor de Dios necesario para servir y discernir lo que es mundano. Es necesario que en las iglesias la gente se encuentre preparada en áreas seculares pero que en la misma medida conozcan las escrituras porque de otra manera terminarán dando entrada a las fuertes ideologías que en estos tiempos están haciéndose pasar por la verdad. Veamos el siguiente versículo:
 
2 Timoteo 4:4 Palabra de Dios para Todos (PDT)
4 La gente dejará de escuchar la verdad y comenzará a dejarse guiar por historias falsas.

 
En el tiempo de los apóstoles ya se tenía el problema de introducir ideologías ajenas al propósito de Dios y actualmente esto ocurre con frecuencia. Nos encontramos con falsos pastores, profetas, ungidos, apóstoles, sacerdotes –y la lista puede seguir– que cambian o distorsionan las escrituras de la biblia con el propósito de ganar adeptos, seguidores, donaciones, propiedades, etc. Que manipulan a través de todo tipo de engaños y “revelaciones”. Con respecto a esto último debemos decir que toda revelación es dada por las escrituras y no hay nueva revelación fuera de estas.
 
A continuación haremos algunas preguntas para que las medite de manera personal y continuar con nuestro tema principal:
  • ¿Por qué en los ministerios llegamos a escuchar embusteros?
  • ¿Conocieron a Dios alguna vez?
  • ¿Nunca fueron cristianos?
  • ¿Quién los puso en el ministerio Dios o un hombre?
  • ¿Acaso heredaron el ministerio?
Todo hombre que tenga una relación personal con Dios necesita constantemente recordar la perspectiva bíblica de quién es en su presencia para no llegar a “perder el piso”. Veamos los siguientes versículos:
 
Éxodo 19:5-6 (RVR1960)
5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. 6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.

 
Las bendiciones de Dios están relacionadas con la obediencia. Hay quienes aparentan éxito en lo secular o en las iglesias pero usted necesita observar todo a través de las escrituras y juzgar de dónde proviene aquello que llaman bendición, quizá se trate de una maldición o auto-engaño. El diablo tiene a mucha gente engañada en las iglesias haciéndoles creer que con cantar y reunirse semanalmente están viviendo en santidad. Una iglesia viva exhorta a la evangelización y discipulado mientras que todas las demás actividades están dirigidas a lo mismo, no somos un lugar de entretenimiento.
 
Ahora regresemos al punto donde la gente da su palabra o hace juramentos ya mencionamos en un principio como lo entendía la gente de antaño, leamos el siguiente versículo:
 
Éxodo 19:8 (RVR1960)
8 Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo.

 
A través de muchos años de exponer la palabra de Dios en distintas iglesias he presenciado personas que han aceptado el evangelio y transformado sus vidas, que han llegado a entender que su futuro está ligado a la obediencia bien comprendida de las escrituras. Observe que en el versículo anterior dice “Todo lo que Jehová ha dicho, haremos” pero en la biblia existen otros pasajes que si leemos de manera aislada la interpretación puede llegar a ser un desastre –cosa muy usada por los detractores–.
 
Por tanto insistimos en que a todo quien se dice creyente no le es suficiente congregarse a escuchar cantos y predicaciones de historias que nunca ha leído en su propia biblia. Porque terminan siendo estas personas las que dicen hacer todo lo que Dios manda.
 
En los tiempos de Moisés, la gente le hizo promesas a Dios como lo leímos en el versículo anterior pero sabemos a través del capítulo 32 de Éxodo que al pasar el tiempo no cumplieron (Adoraron a un becerro de oro). Entonces podemos decir que no han cambiado mucho las formas a través de los siglos pues hoy en día la gente sigue prometiendo cosas y haciendo incluso pactos con Dios pero lo olvidan en cuanto se presenta la oportunidad de hacer lo malo.
 
Santiago 2:20 Traducción en lenguaje actual (TLA)
20 No seas tonto. Debes aceptar que de nada te sirve decir que eres fiel a Dios y confiar en él, si no haces lo bueno.

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