Desde allí buscarás al Señor tu Dios, notas predicación

domingo, 14 de noviembre de 2021


Estamos a poco más de un mes de concluir el año. Para algunos ha sido bueno y han encontrado oportunidades, crecido en muchos aspectos y hablan de que Dios les ha mostrado su bondad. También tenemos a quienes no les ha ido muy bien y están esperando una “señal divina” para entender cómo continuar. Para el creyente cualquier situación que esté viviendo sea buena o mala necesita ser motivo para tomar fuerzas y continuar preparándose para la promesa: “el Rey ya viene” (Apocalipsis 22:12).

El día de hoy queremos reflexionar acerca de cómo Dios siempre está esperando que nosotros le busquemos. En medio de una vida que puede estar llena de subidas y bajadas, resulta fácil decir que nos bendice cuando todo va bien con los resultados de lo que hacemos cotidianamente pero en nuestro interior ocurre algo distinto e incluso puede surgir queja cuando los problemas se asoman a la vuelta de la esquina. Veamos el siguiente versículo:

Deuteronomio 4:29 Palabra de Dios para Todos (PDT)
29 Desde allí buscarás al SEÑOR tu Dios y lo encontrarás si lo buscas de todo corazón y con todo tu ser.

 
“Desde allí”, así comienza el versículo anterior, ¿cuál es el contexto al que puede aplicar en este día? El libro de Deuteronomio, a grandes rasgos, narra cómo el pueblo hebreo fue preparado para entrar a la “tierra prometida”. Durante el Éxodo muchos dudaron del poder de Dios a pesar de los milagros continuos y a la vista. Por lo que Moisés la pasó muy mal en aquellos años tratando de convencer a su pueblo de depender absolutamente de Dios, pasó toda una generación de esto hasta que llegó otra donde sería cumplida la promesa de recibir la “tierra prometida”. A lo largo del capítulo 4 nos encontramos los siguientes puntos:
  • Moisés exhorta a la obediencia de la palabra (Deuteronomio 4:1 (RVR) )
  • La experiencia de Israel (Jacob) en Horeb (Deuteronomio 4:9 (RVR) ) - Recordar de dónde vienen.
  • Advertencia contra la idolatría (Deuteronomio 4:15 (RVR) )
Estos puntos refieren a que los hebreos entrarían en convivencia con otros pueblos mas no deberían perder su identidad. En la actualidad, el creyente necesita agarrarse de la palabra, no olvidar su experiencia personal con Dios y cuidarse de no adoptar las creencias y prácticas de una sociedad globalizada. “Desde allí” es un llamado a buscar al Señor en la situación que nos encontremos y nos dice que lo encontraremos si lo buscamos de todo corazón y con todo nuestro ser. Lo cual nos dice que también habrá otros que no lo encontrarán.
 
Muchos pueden ser los motivos por los cuales alguien que se dice creyente al final no encuentre al Señor pero lo podemos resumir a no buscarlo con sinceridad. Pues ante Dios nuestro ego, buenas ideas o talentos no significan nada, lo que quiere de nosotros es aquello que nadie más puede ver o saber de nosotros, es decir, nuestras intenciones. Hoy en día la gente habla, viste ropa y se preocupa por todo lo que otros pueden criticar y observar. Incluso en nuestras iglesias es probable que haya “hermanos de la fe” que están más preocupados por cómo cierran los ojos y levantan las manos (en hacer una pose muy espiritual pues quizás alguien esté tomando fotos) que realmente por la enseñanza.
 
Por otro lado están quienes fuera de las paredes de la iglesia se llaman creyentes más por una moda o porque simpatizan con algunas ideas del cristianismo pero solo obedecen porciones de la palabra que les favorecen. Pero aún hay esperanza, veamos el siguiente versículo:
 
Jeremías 29:13 Dios Habla Hoy (DHH)
13 Me buscarán y me encontrarán, porque me buscarán de todo corazón.

 
Reiteradamente podemos ver a lo largo de las escrituras que Dios busca de nosotros la entrega total y si esta ocurre sin importar en qué lugar o situación nos encontremos, la salvación se producirá, porque solo la fe sincera nos hará salvos.
 
Efesios 2:8 Palabra de Dios para Todos (PDT)
8 Ustedes fueron salvos gracias a la generosidad de Dios porque tuvieron fe. No se salvaron a sí mismos, su salvación fue un regalo de Dios.


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