No te asustes, notas predicación
domingo, 9 de mayo de 2021
En al antiguo testamento aparece un hombre llamado Abraham, al cual se conoce como el padre de la nación de Israel. Y, a su vez, los países árabes lo conocen también como su padre. Es decir, Abraham es el origen de grandes naciones que hasta nuestros días permanecen y lo identifican como alguien sumamente importante, cuyo nombre no será olvidado.
Por otro lado, tenemos que alrededor de su vida existieron dos mujeres que también son muy importantes: Sara y Agar. De Sara conocemos que la promesa de Dios de darle descendencia a Abraham sería por medio de ella. Y, de Agar conocemos, de manera general, que también le dio descendencia. Pero como resultado de la voluntad de Sara y Abraham; al percibirse a ellos mismos ya ancianos y creyendo que Dios no cumpliría su promesa (Genesis 15, 16).
Por otro lado, tenemos que alrededor de su vida existieron dos mujeres que también son muy importantes: Sara y Agar. De Sara conocemos que la promesa de Dios de darle descendencia a Abraham sería por medio de ella. Y, de Agar conocemos, de manera general, que también le dio descendencia. Pero como resultado de la voluntad de Sara y Abraham; al percibirse a ellos mismos ya ancianos y creyendo que Dios no cumpliría su promesa (Genesis 15, 16).
Hoy nos centraremos en algunos aspectos que conocemos de Agar a través de la biblia. Veamos los siguientes versículos:
Génesis 16 Biblia del Jubileo (JBS)
Y Sarai, mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una esclava egipcia, que se llamaba Agar.
Génesis 21:9-10 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
9 Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac. 10 Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo.
Génesis 21:14 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba.
Agar era una esclava de Sara la esposa de Abraham. Siendo esta su condición, estaba sujeta a la voluntad de su ama. Pero, por una situación de la vida, su ama no había tenido hijos y entonces se le ocurrió entregarla a su esposo para llegar a tener descendencia por medio de ella. Si bien esto no parece correcto, en aquella época se llegaba a tener como una práctica. Sin embargo, Dios ya había dado una promesa a Abraham de darle descendencia a través de Sara. Por tanto, lo que vemos es una intervención por parte de Sara y Abraham al no poder esperar a que se cumpliese la promesa de Dios. Estamos también hablando de una situación de pecado.
Cuando nosotros en la vida llegamos a actuar anteponiendo nuestra voluntad sobre la palabra de Dios, los resultados no serán nunca los ideales. Y, aunque Dios puede perdonar cualquier pecado cuando hay arrepentimiento de nuestra parte, las consecuencias en la mayoría de los casos permanecerán. Pudiendo hacer que nuestra vida se complique en gran manera, sin necesidad de ello.
Sara tenía la percepción de que Agar la veía con desprecio cuando quedo embarazada (Genesis 16:5). En algún sentido, Agar no se podía negar a la voluntad de su ama e hizo lo que se le mandó. Y así podríamos estar hablando que fue víctima de las malas decisiones de sus amos. La biblia no nos habla que Agar haya escalado de privilegios al quedar embarazada de Abraham. Pero seguramente también el trato de otros esclavos hacia ella habría cambiado. Durante algún tiempo la decisión humana tomada por Sara y Abraham pareciese que la beneficiaría. Pero, con el paso del tiempo, las cosas cambiaron y era de esperarse.
Todas nuestras acciones fuera de la voluntad de Dios aparentan funcionar por un tiempo, pero podemos terminar hiriendo a personas que no tienen la culpa de nuestros caprichos y este es el caso de Agar. Cuando vemos esta parte de la biblia, conocemos una parte muy humana de Abraham. Él y su casa creían en Dios, oraban y buscaban obedecerlo, pero también pecaban. Él no era perfecto. Desde el primer momento cuando Sara le hizo la propuesta de tener sexo con su esclava, él debió anteponer la promesa de Dios, hacer lo correcto y esperar a que se cumpliera. Pero no ocurrió así. Y, durante años, esa decisión provocó conflictos y rivalidades en su casa. Su esposa y la sierva al caminar en los pasillos de la casa cruzarían miradas con una electricidad entre ellas.
En medio de esta situación expulsaron a Agar y su hijo de la casa de Abraham. Bien pudiendo ser muy distinto su final les fue dado “pan y un odre de agua”. Vaya sorpresa que un hombre de Dios maltratara así a la madre de uno de sus hijos y al mismo hijo al correrlos y dejarlos sin protección. En aquella época Abraham era un hombre rico pero aquí vemos una tremenda falla como padre.
Podemos aprender de esta historia que aun los hombres más entregados a Dios pueden y van a fallar en algún momento de sus vidas. Quizá en algún momento a ti te han lastimado en alguna iglesia y terminas huyendo en el desierto. Aunque confesamos a Dios como nuestro salvador, no siempre actuamos como debemos. Pero esto no debe ser un acto voluntario o una disculpa. Agar había sido lastimada por un hombre que debía cuidar de ella y su hijo. También nosotros en ocasiones seremos lastimados por quienes nos deberían mas bien proteger y orar por nosotros.
Entonces, ¿Qué fue lo que ocurrió con Agar y su hijo? Veamos el siguiente versículo:
Génesis 21:17 Palabra de Dios para Todos (PDT)
Pero Dios escuchó la voz del niño, y el ángel de Dios bajó desde el cielo. Él le dijo: «Agar, ¿qué te pasa? No te asustes, Dios ha escuchado el llanto del niño.
En el libro de Genesis capitulo 21 se nos narra que Agar anduvo errante por el desierto con su hijo. Y, en el versículo 16, nos dice: “Como no quería verlo morir, se apartó de él y fue a sentarse, no muy lejos de allí. Mientras estaba sentada, se echó a llorar.” Traducción al lenguaje actual (TLA).
Toda madre:
- Ora por sus hijos.
- Cuida de ellos en su enfermedad.
- Se compadece de ellos.
- Les esconde su sufrimiento.
Sabemos a través de Genesis 21:19 que Agar y su hijo no murieron pues Dios proveyó del agua que necesitaban para sobrevivir. Hoy en día Cristo es el agua viva para quienes han sufrido injusticias en la vida, para quienes se sientan morir por dentro como por caminar sedientos por un desierto. Hay sedientos a quienes llevar el agua viva que es Cristo, palabras de consuelo pero también de exhortación a no actuar fuera de la voluntad de Dios. Pues, en ocasiones, las dificultades de nuestra vida son puestas por terceras personas.
Pero, muchas veces, al insistir en hacer nuestra voluntad, nosotros mismos nos metemos a nosotros y nuestros seres queridos a desiertos a los que Dios no nos envió.
Proverbios 5:22 Nueva Biblia Viva (NBV)
Al malvado lo tienen atrapado sus propios pecados, son cuerdas que lo atan y retienen.
Proverbios 5:22 Nueva Biblia Viva (NBV)
Al malvado lo tienen atrapado sus propios pecados, son cuerdas que lo atan y retienen.
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