Hay una batalla que se realiza todos los días y es con nosotros mismos, resultado de no conocernos profundamente, de engañarnos, de auto compadecernos, de ser condescendientes con muchas formas de pecado. Pero la vida cristiana nos abre la puerta a romper con toda mentira y forma de maldad que haya encontrado lugar en nuestro ser.

Cuando damos lugar a Cristo en nuestras vidas, pasamos a ser parte del “ejército de Dios”. Y es entonces que muchas de las experiencias de la vida ya no las encontramos agradables. Pues, a nuestro “General”, tales conductas no le son aceptables. Es precisamente en ese momento cuando tomamos conciencia de que luchamos contra un enemigo que aparenta ser invencible y con el que antes no teníamos el deseo de luchar. Veamos el siguiente versículo:

Efesios 6:12 Dios Habla Hoy (DHH)
Porque no estamos luchando contra poderes humanos, sino contra malignas fuerzas espirituales del cielo, las cuales tienen mando, autoridad y dominio sobre el mundo de tinieblas que nos rodea.

En el libro de Efesios se nos dice que la lucha no esta limitada contra nosotros mismos sino en realidad nuestra lucha es contra malignas fuerzas espirituales y es necesario entender entonces que hay algo más allá de nuestra capacidad visual o de nuestro razonamiento, algo que influye en la maldad que se manifiesta en este mundo.

Si lucháramos con un perro, león o quizá un oso, tendríamos posibilidad con nuestra agilidad, pensamiento y fuerza humana, de salir victoriosos. Es decir, hay quien aún en el mar, ha logrado vencer tiburones, quizá con algo de suerte. Pero en las cuestiones del alma, en el mundo espiritual también podemos llegar a ser victoriosos así lo entendemos en el siguiente versículo:

Efesios 6:13 Dios Habla Hoy (DHH)
Por eso, tomen toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan resistir en el día malo y, después de haberse preparado bien, mantenerse firmes.

Aquí nos habla que tendremos en algún momento un día malo:
·    ¿Se estará refiriendo a ocasiones en las que seremos tentados para pecar?
·    ¿Será que seremos zarandeados? (Lc 22:31)
·    ¿Acaso negaremos el nombre de Cristo? (Mt. 26.69-70; Mr. 14.66-68; Lc. 22.55-57)

Enseguida, se insiste en que estemos bien preparados, después de vestir la armadura que Dios nos ha dado. En lo cotidiano, nos llegamos a encontrar con gente que se declara creyente y asisten a alguna iglesia con regularidad, pensando que esto es suficiente para agradar a Dios y “vencer todo ataque del diablo”. Pero esto es solo media verdad (y las verdades a medias son mentiras). Si analizamos la comparación que se hace del creyente con un soldado, podemos llegar a entender que no es literal, pero que se nos quiere señalar algo muy importante. Para entenderlo veamos en que consiste la armadura que Dios nos da para luchar contra lo que sea:

PRIMERA PARTE DE LA ARMADURA:
Efesios 6:14 Dios Habla Hoy (DHH)
Así que manténganse firmes, revestidos de la verdad y protegidos por la rectitud.

La mentira es uno de los problemas que no debe encontrar lugar en la iglesia ni el creyente. Nuestro enemigo siempre usará “medias verdades”.

 

Vivir una doble vida (vida falsa) solo nos puede llevar a la derrota. Mientras que, actuar con rectitud nos permitirá nunca tener nada de que avergonzarnos y nada que esconder. La verdad de la que nos revestimos es Cristo mismo “Juan 14:6 Reina-Valera 1960 (RVR1960) Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” No predicamos nada distinto a Cristo en nuestra vida ni en su iglesia.

Efesios 6:15 Dios Habla Hoy (DHH)
Estén siempre listos para salir a anunciar el mensaje de la paz.

El enemigo de Cristo y de nosotros finge buscar la paz imponiendo su propia justicia y no la de Dios. La paz que debemos anunciar es con el ejemplo (Santiago 5:10, 1 Timoteo 4:12). No podemos vivir en contienda constante contra quien no piensa igual que nosotros. Mas dando ejemplo de vida recta y en paz, habrá quien quiera escuchar de ese Cristo que predicamos.

SEGUNDA PARTE DE LA ARMADURA:
Efesios 6:16 Dios Habla Hoy (DHH)
Sobre todo, que su fe sea el escudo que los libre de las flechas encendidas del maligno.

¿A qué se refiere aquí el escudo de la fe? Una de las interpretaciones más conservadoras es que nosotros depositamos nuestra confianza en Cristo. Y, que en ocasiones, vendrá alguien con ánimos no de edificar, mas de contender y hacernos dudar. En cierto modo, la tendencia del mundo y su cultura está en contra de todos los principios cristianos, pero nosotros debemos mantenernos firmes, a través de conocer el mensaje de las escrituras, en nuestra decisión de obedecer a Cristo. Veamos el siguiente versículo:

Romanos 10:17 Dios Habla Hoy (DHH)
Así pues, la fe nace al oír el mensaje, y el mensaje viene de la palabra de Cristo.

La fe nace por recibir el mensaje de Cristo pero hay aun entre los creyentes quienes solo conocen superficialmente su mensaje. Cuando muy jóvenes hablan de conocer todas las historias de la biblia, pero con los años se hace notar el poco entendimiento que de ellas tienen, así como la prontitud de las iglesias en ponerlos en cargos para los que nunca se entrenaron. Como mal soldado, las flechas encendidas se convierten en chismes y escándalos, por no vivir conforme el mensaje de Cristo.

TERCERA PARTE DE LA ARMADURA
Efesios 6:17 Dios Habla Hoy (DHH)
Que la salvación sea el casco que proteja su cabeza, y que la palabra de Dios sea la espada que les da el Espíritu Santo.

El versículo anterior bien se podría parafrasear como: “la salvación proteja el poco entendimiento que tenemos en ocasiones ”. Con esta interpretación queremos hacer énfasis en que hay creyentes que llegan a tropezar por no poner atención a los pensamientos que permiten florecer en su mente. La expresión dice: “no debemos permitir a los pájaros hacer nido en nuestra cabeza”.

“La palabra de Dios sea la espada” el significado aquí es bastante profundo. Este instrumento es tanto de defensa como de ataque. El verdadero discípulo de Cristo ha de traer consigo “bien afilada la palabra”. Es necesario que todo soldado de Cristo se entrene estudiando y predicando el evangelio, las dos cosas juntas y al mismo tiempo.

Conclusión:
El propósito de las partes de la armadura es vestirlas todas juntas para estar mejor protegido mientras nos encontremos en esta vida y enfrentemos los problemas que conlleva. Como cristianos seremos probados, pero no podemos permitirnos fallar en la fe. Necesitamos reconocer la necesidad de capacitarnos como soldados de Cristo y dejar de vernos al espejo tan solo como ovejas.