Dedicarme a barrer tu templo, notas predicación

domingo, 29 de noviembre de 2020


Los tiempos de cambios llegan a nuestras vidas lo deseemos o no, el mundo se transforma y nosotros también deberemos hacerlo. Hoy en día la gente, al no saber enfrentar las situaciones que se le presentan, va tomando acciones que les beneficien. Pero, en muchas ocasiones, entran en conflicto la ética o la moral. Entre hacer lo bueno lo malo y lo que les conviene, optan hacer como la mayoría de la gente hace.

Vivir como la mayoría de la gente solo puede traer un resultado, y no ha sido bueno para nada en los últimos siglos. El mundo está «loco y en decadencia». Lamentablemente a los creyentes también los esta absorbiendo esta forma de vivir como parte de su adaptación. Nos esforzamos en copiar muchos aspectos del comportamiento de la gente que nos rodea para ser aceptados, sin tener en cuenta que, en ocasiones, no tienen ellos temor de Dios en lo que hablan y hacen. Por lo que te hago tres preguntas:
  • ¿Qué opinan tu familia y seres cercanos de tu comportamiento cotidiano?
  • ¿Los problemas que enfrentas día con día te han llevado a vivir como uno más de la colmena?
  • ¿Qué opina Dios?
Si en este punto te sientes incomodado por que te reconoces como una persona «tranza, mezquina o de doble moral» , debo decirte que es debido a que en cierta medida el comportamiento humano en el mundo nos empuja en esta dirección todos los días. Pero nosotros debemos resistirnos, el humano quiere ignorar a Dios para ser «libre en sus acciones y decisiones». Pero en ti, como creyente, espero que aún exista el deseo de hacer lo correcto. Iniciemos con un día.

Hoy te invitamos a pensar qué pasaría si todo un día tus pensamientos fueran dirigidos a Dios. Veamos el siguiente versículo:

Salmos 84:10 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Prefiero pasar un día en tu templo que estar mil días lejos de él; prefiero dedicarme a barrer tu templo que convivir con los malvados.


«Prefiero pasar un día en tu templo» es así como inicia este versículo. Los templos son un lugar donde acudimos a buscar la paz, el descanso para el alma y consejo espiritual. Pero la presencia de Dios no se restringe a sus muros y bóvedas, o sus altares y atrios. Buscar la presencia de Dios es adecuado pero no debemos restringir su poder a este espacio porque al salir a la calle seria sencillo experimentar una sensación de lejanía y abandono. Así es como lo experimentan una gran cantidad de creyentes alrededor del mundo cuando acuden a los templos a lavar sus culpas durante una hora de sermón y cantos para luego regresar toda la semana a los gritos, borracheras y desenfrene. Porque para ellos la presencia de Dios en la práctica solo está en templo, pero fuera de este no tiene nada que ver con sus vidas.

En tu familia quizá la costumbre de acudir a un templo se ha convertido en una tradición que les permite convivir. En Japón las generaciones de jóvenes acuden a los templos sin importar la religión que practiquen. En gran medida por guardar la tradición de sus ancestros. Pues, para su cultura, la tradición es algo sumamente importante en la forma de hacer y convivir en la sociedad a pesar de que no necesariamente crean en lo que implica la tradición. Quizá sea lo mismo contigo.

«que estar mil días lejos de él» es la siguiente parte del versículo que acabamos de leer. La forma sencilla de explicarlo, con relación a nuestros tiempos, podría ser el caso donde dos personas se encuentran reunidas en la misma habitación pero separadas por la «tecnología de las redes sociales». Esposos que no se dirigen la palabra durante un largo tiempo porque están totalmente inmersos en Internet o con la televisión. Hijos ajenos a las instrucciones de los padres por estar distraídos con la tecnología. ¿Conoces algún caso así?.

  • Tenemos gente acudiendo a los templos que no les importa estar allí. Contando los minutos para salir a divertirse, sintiendo que el día dura poco y la vida se les escapa. Pero debemos preguntarnos en qué hemos fallado pues no deseamos de manera natural estar en la presencia de Dios. El versículo leído no va tan profundamente como para explicarnos la razón. Sin embargo, al continuar leyendo, nos encontramos las palabras «prefiero dedicarme a barrer tu templo» y podemos entender que hay un propósito en estar allí.
  • Cuando no encontramos un propósito en nuestras acciones es fácil perder el interés. Y, se tiene que decir que, para muchos de los que vistan los templos y pierden el interés el motivo es que no le encuentran utilidad. No hay algo que capte su atención, «ir a no hacer nada es aburrido». Entonces una posible solución es darle una escoba y ponerlo a barrer. Es decir, darle un propósito, una razón para estar allí y no en otro lado.

Pero como ya hemos discutido anteriormente, la presencia de Dios no se limita al templo. Y, tampoco nuestro interés debe estar sujeto a «ser los encargados de la escoba» por un día. El interés de Dios no es que seamos transformados durante un rato del sermón, sino que salgamos transformados para cada unos de nuestros días. Permítame explicar un poco más. A través de los años, nos hemos percatado de gente que llora amargamente en cada sermón y prometen hacer cambios en su vida, pero en la semana golpean a su pareja, no aportan al cuidado de sus hijos o los olvidan en el parque, son malos trabajadores, roban en cada oportunidad que se les presenta aun los centavos de la propina de otra mesa, se roban el internet, se roban la electricidad, inserte aquí lo que usted ha visto. Y a pesar de ello, al terminar la semana vuelven al templo nuevamente «arrepentidos a tomar la escoba», mientras que simplemente no ha habido ningún cambio en ellos.

Quienes toman la «escoba en el templo» han de barrer toda la suciedad de su mente, de su alma, de su espíritu. Pues esa mente la llevarán de regreso a casa de sus padres y, con ella, han de enseñar a sus hijos y a quien se pueda correctamente. Espero explicarme en esta analogía. Necesitamos comprender que vamos al templo a escuchar, o bien leemos nosotros mismos, en las escrituras lo que hemos de hacer todos los días y no solo un día.

Vamos a una conclusión, leamos el siguiente versículo:

Romanos 12:2 Dios Habla Hoy (DHH)
No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.


Cuando nuestro propósito en la vida y acciones no están centradas en Dios, esto nos hace vivir de manera torcida como el mundo en la actualidad.

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