El entendimiento de los que ya son de Cristo, notas predicación.

domingo, 6 de diciembre de 2020


Nos aproximamos a fin de año, uno que quedará marcado para muchos en sus mentes y corazones debido a los distintos problemas que han surgido, como el desempleo generalizado, enfermedad y, en no pocos casos, el fallecimiento de personas cercanas. Quizá algunas personas miran al futuro esperando que este año termine pronto como la oportunidad de un nuevo comienzo. Lo cual, hasta cierto punto, está bien. Pero, en lo que esos días llegan, ¿qué será de nuestro presente?
Sí te digo que en quince días tendrás comida, eso no te quita el hambre que tienes hoy. Así mismo, hay preocupaciones que te tienen atado en el presente que, tal vez, en un año sigan ahí o ya se hayan resuelto. Pero, por el momento, la realidad ya te está arrebatando latidos del corazón. Por tanto, ¿cómo podemos enfrentar y vivir el día de hoy? De eso hablaremos brevemente en esta reflexión, veamos el siguiente versículo:
      
Filipenses 4:6 Traducción en lenguaje actual (TLA)
No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos.


El apóstol Pablo escribió estas y otras palabras en una época complicada de su vida, mientras se encontraba en la cárcel. Según sea tu relación y dependencia de Dios, las situaciones del acontecer diario pueden ser afrontadas con una perspectiva distinta a lo que la gente en su mayoría nombraría como una tragedia. En aquel tiempo el apóstol Pablo tendría aproximadamente treinta años de cristiano y no era un experto. Pero, llegó a comprender cómo relacionarse con Dios y esto lo llevó a tener una visión profunda de los aspectos cotidianos de la vida.

Para algunos la vida será problemática a lo largo de muchos años. Para otros quizá la situación mundial actual los ha llevado a experimentar por primera vez ansiedad. Y, en algunos otros individuos, es probable que, viviendo en su isla paradisiaca, teniendo un juguito de piña en la mano y un sombrero de paja, no experimenten ningún problema y se cuestionen si realmente existe alguna crisis. Así es la vida que nos enfrenta a distintas realidades. Pero me atrevo a decir que, aunque no hayamos en algún momento experimentado todas estas situaciones mencionadas, cada momento de la vida nos traerá distintas preocupaciones. Desde sí tendremos algo para comer hoy, hasta de qué color pintaremos este mes nuestra mansión.

Pobres y ricos tienen distintas cosas de que preocuparse y entre estas habrá cosas que consideremos más superficiales. El apóstol Pablo escribe «No se preocupen por nada.» Y, es complicado no preocuparse cuando tienes un niño de brazos llorando por hambre (solo por poner un ejemplo). Pero, al continuar leyendo el versículo, nos damos cuenta que en realidad sí tenemos que hacer algo distinto a preocuparnos, y es ocuparnos en la dirección correcta. Nos dice: «Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten». La mente humana se puede llegar a confundir y desesperar ante las situaciones complicadas y, por lo mismo, tomar decisiones apresuradas y, posiblemente, torpes.

Cuando depositamos nuestras preocupaciones en la oración y le pedimos a Dios lo que necesitamos esto nos permitirá tener un respiro, nos «dará oxígeno» en medio de situaciones donde nos sentimos asfixiados. Porque procederemos no con resignación, pero sí con las fuerzas que están a nuestro alcance, actuaremos en medida de lo que podemos hacer en el momento y pondremos nuestro futuro en las manos de Dios.

Esta vida tiene poco de justo y tenemos que llegar a comprender desde la perspectiva de Dios cómo vivir con todas las situaciones ya sean de tristeza o, también, de alegría. Veamos el siguiente versículo: 

Filipenses 4:7 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo.


Vemos en el anterior versículo que Dios nos puede dar la «paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender»
esto es totalmente un cambio de perspectiva ante las situaciones más complicadas de la vida. Todos conocemos gente que ante la muerte de un familiar o un hijo su vida se despedaza y se sumergen en una depresión que puede, en ocasiones, durar muchos años, hasta separar totalmente a la familia. Otras situaciones tristes que rompen a la familia son las adicciones. Piensa, ¿cuál sería la situación que te robaría en lo personal la paz? Y, te diré que, si te preocupas ahora en formar una relación profunda con Dios, nada absolutamente te podrá robar la tranquilidad. Porque Dios «protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo.»
Entonces si hay algo que robe tu paz en este momento es debido a que aún no has aprendido a orar y pedir a Dios todo lo que necesitas. Quizá estés pensando en este momento que es muy complicado llegar a este punto por tu situación actual. ¿Habrá alguna forma de acercarse poco a poco a esto que hemos hablado el día de hoy? La respuesta es sí. Necesitamos comprender que nuestros pensamientos continuos, lo que hablamos y lo que vemos forman nuestro carácter y, en ocasiones, incluso nuestra forma de respuesta. Veamos el siguiente versículo a manera de la dirección a tomar y conclusión:

Filipenses 4:8 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Finalmente, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; piensen en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser alabado.


Poner los pensamientos en las cosas verdaderas como lo son el respeto, las cosas justas y buenas, todo esto en tu forma de vivir y actuar te pondrá mas cerca de Dios y quizá si en este momento estas pasando dificultades este en Dios darte la «paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender». No desespere, el tiempo de Dios en su vida llegará pronto.




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