Jesús nuestro medico, notas predicación

domingo, 4 de octubre de 2020


Para el creyente que a aceptado que Jesus murió en una cruz a cambio de pagar un precio por la salvación de su alma en la eternidad, cada día debería ser una oportunidad para festejar y reconciliarse con la vida, en cada momento debería estar tratando de dar lo mejor de si mismo y estar lleno de energía y felicidad de tal modo que le fuera imposible contenerla, asemejando en cierta media a un desahuciado que le han dado la mejor noticia sin esperarla, ayer estaba enfermo e iba a morir pero hoy se encuentra mejor y vivirá muchos años en plena sanidad.
Tratando de ser descriptivo en el párrafo anterior quizá nosotros seamos ese desahuciado que después de salir de una dificultad médica o espiritual nos olvidamos a los pocos días de cual fue nuestra situación, de años atrapados en la melancolía y las preocupaciones. Por supuesto que no en todos los casos ocurre de la misma manera, pero recuerdo el caso de un conocido que después de padecer del hígado por muchos años a causa del alcohol, un día mejoro súbitamente. Tenía meses de haber abandonado la bebida y ahora prometía no volver a tomar ni una gota más. Esta promesa la pudo mantener por algún tiempo, pero le gustaba la fiesta y sus «amigos» no se abstendrían de probar este elixir, por lo que, eventualmente recayó. Algunos dirían que fue un momento de debilidad, pero el lector que haya tenido un caso similar en su familia podrá comprender el dolor que puede causar el que una persona que se dice reformada de un mal hábito vuelva al mismo. Citaré en este momento un pasaje de la biblia para poder entender el contexto al que nos dirigimos:


Santiago 1:22-25 Traducción en lenguaje actual (TLA)
¡Obedezcan el mensaje de Dios! Si lo escuchan, pero no lo obedecen, se engañan a ustedes mismos y les pasará lo mismo que a quien se mira en un espejo: tan pronto como se va, se olvida de cómo era. 25 Por el contrario, si ustedes ponen toda su atención en la palabra de Dios, y la obedecen siempre, serán felices en todo lo que hagan. Porque la palabra de Dios es perfecta y los libera del pecado.


En el libro de Santiago se nos dice «¡Obedezcan el mensaje de Dios! Si lo escuchan, pero no lo obedecen, se engañan a ustedes mismos » Llevemos este texto a un ejemplo médico: «¡Obedezcan el diagnostico de su médico! Si lo escuchan, pero no lo obedecen, se engañan a ustedes mismos ». Mucha gente, acudiendo al médico, le prometen no volver a practicar aquello que los enfermó gravemente; lo prometen por su vida y hasta la de sus hijos. Pero esa promesa dura muy poco. NO queremos decir que la intención no existiera, pero en la experiencia, nos encontramos con actitudes reflejadas por expresiones tan arraigadas en el sentir popular como:

  • «de algo me he de morir»
  • «¿que tanto es tantito? »
  • «no pasa nada»
  • «hay que disfrutar que estamos de fiesta»
  • «acercame... el omeprazol»


¿Con cuál de estas frases se identifica? ¿Puede proponer alguna que yo haya omitido?

Este versículo de Santiago continua diciendo « y les pasará lo mismo que a quien se mira en un espejo: tan pronto como se va, se olvida de cómo era.» El enfermo se olvida de los dolores que le causaba la enfermedad, las horas de sueño que el dolor le arrebataba, todos los problemas y preocupaciones que hizo pasar a su familia. Dejar en el pasado un «pecado» es lo mejor, pero no podemos dejar de recordar la condición en que nos encontrábamos; no podemos olvidar que hubo «médico» que nos diagnosticó, recetó y sanó, no podemos permitirnos olvidar que nos salvó para que vivamos bien.
Pero continuemos con esta paráfrasis del versículo «Por el contrario, si ustedes ponen toda su atención en la receta del médico, y lo obedecen siempre, serán felices en todo lo que hagan. Porque la palabra de su médico es perfecta y los libera de la enfermedad.» En este escrito no estamos discutiendo si hay médicos buenos o malos, vamos a confiar que los practicantes de la medicina buscan siempre ayudar a quienes lo necesitan, resultado de una profesión llena de nobleza. Nuestro Dios, desde su aspecto mas noble, nos exhorta por un lado a NO engañarnos de nunca haber estado enfermos y en peligro de la muerte eterna, por otro lado nos dice que debemos continuar con la receta que nos hará de continuo estar sanos. Todo médico después de darte una receta te dirá por lo general «haz ejercicio y come sanamente», quizá incluso adapte tu dieta un poco, según la necesidad del enfermo.

Entonces, ¿cómo es la relación de nosotros con nuestro Dios-médico?. Leamos el siguiente versículo:


Juan 3:3 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Jesús le dijo: —Te aseguro que si una persona no nace de nuevo no podrá ver el reino de Dios.


Nos encontramos en este pasaje de la biblia que Jesus habla de la necesidad de hacer cambios profundos en nuestra forma de pensar y actuar, para poder vivir una vida diferente. Pero en la realidad de la mayoría de los hombres existe una tendencia a la resistencia, los cambios nos incomodan, creemos que podemos seguir viviendo como si nada hubiese pasado en nuestras vidas y pretendemos olvidar el pasado y sus consecuencias.

Más aún, nos hacemos los desentendidos de situaciones que comprendemos perfectamente, Nicodemo le respondió en una ocasión a Jesus:

Juan 3:4 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?


En ocasiones rayamos en lo absurdo y podemos ver en este versículo a un enfermo que no quiere renacer en su forma de pensar y actuar. Diríamos no seas como Nicodemo. Entonces, lo que debemos hacer es entender que Jesus sabe la situación a futuro que resultará de nuestras decisiones en el presente, veamos el versículo 12:

Juan 3:12 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?


En este punto a nuestros lectores esperamos no les tengan que acontecer situaciones malas en la vida para reconocer que hay un mundo celestial que nos espera. Siendo prácticos, Jesús nos predicó con elementos al alcance de nuestro entendimiento, y hemos pretendido explicar con relación a la profesión médica lo que Jesús quiere que entendamos en nuestros tiempos actuales.

Pero vamos a una conclusión de nuestro resumen semanal: Con los años la gente cada vez encuentra mas difícil creer en la palabra de Jesús, es decir si no le creen a los médicos cuando les dicen que se laven las manos, coman sanamente y hagan ejercicio, ¿por qué le creeríamos a Jesús cuando nos habla de la vida eterna? Veamos el siguiente versículo.

Juan 3:15 Traducción en lenguaje actual (TLA)
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.


Deberíamos creer en estas palabras cuando vemos que los síntomas de nuestra forma de vivir, manifiestan enfermedades como excesos, contiendas, envidias, homicidios y una larga lista de situaciones a las que parece que nos hemos acostumbrado, pero solamente manifiestan lo terriblemente enferma que se encuentra la humanidad.

Por tanto hoy es el día que Jesús te quiere hacer sano. ¿Estás dispuesto a sanar? Sigue su palabra como la del mejor médico que te quiere ver sano y te pide que practiques la mejor receta, que incluye el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad, la fe, la mansedumbre y la templanza.

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