Te busco a ti, notas predicación

domingo, 25 de agosto de 2024


El tema del día de hoy es acerca de la insatisfacción en la vida a pesar del esfuerzo. Todos los días el humano inicia su jornada de actividades y, aunque algunos viven viendo pasar el tiempo con indiferencia, en la mayoría de la gente existe el deseo de realizar actividades que le regresen satisfacción. Los niños desean ser el mejor de la clase escolar, gimnasia o fútbol, el adolecente sueña quizá con ser popular entre sus amigos, el adulto pone sus ojos en viajar, tener dinero o formar una familia.
 
Aunque seguro que usted ha tenido muchas otras aspiraciones, le pregunto, ¿Qué ocurre en el momento que ha logrado satisfacerlas? Es probable que algunas de estas actividades usted las haya abandonado después por no significar más un reto. Una vez obtenido aquello que representaba un anhelo la “magia” o deseo  se termina y usted ha continuado la búsqueda por algo más que le llene de ilusiones.
 
Lo anteriormente descrito le termina ocurriendo a la mayoría de la gente y esto lo describen como una insatisfacción; ahora le aburre lo que alguna vez le apasionó y comienza una sed que no encuentra con qué saciar. ¿Le es en algún aspecto familiar lo que describimos?. A esto se le conoce como sed espiritual y por más que usted se esfuerce realizando actividades que ocupen su mente, sus músculos o su vanidad, después de un tiempo la sed de insatisfacción reaparece y se llega a presentar de manera similar al deseo urgente de probar una gota de agua al caminar en un día acalorado.
 
Ir por la vida con insatisfacción en lo que hacemos y cómo vivimos nos lleva cotidianamente a malas experiencias y a sentirnos vacíos lo cual nos puede conducir a excesos. En la biblia podemos encontrar distintos casos de gente sedienta,, en el libro de Juan 4:1-40 se narra la historia del encuentro de Jesús con una mujer de la tierra de Samaria que fue por agua a un pozo, ella había estado casada cinco veces (Juan 4:18) y por alguna razón sus relaciones fallaron pero seguía en búsqueda del amor, esa cantidad de matrimonios es un número grande incluso en nuestros días, y con la última persona que se encontraba la mujer viviendo era en unión libre, nosotros no la juzgamos y desconocemos los motivos de su situación pero es muy probable que en su corazón y mente se encontrará muy lastimada y esto Jesús lo sabría al conocerla. Veamos el siguiente versículo:
 
Juan 4:10 Dios Habla Hoy (DHH)
10 Jesús le contestó: —Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva.

 
Jesús le ofrece el agua viva a una mujer que reconoce como sedienta (sin amor, sin paz), usted mismo puede estar en este momento experimentando algún tipo de sed que ha tratado de satisfacer sin éxito y solo le ha llenado más de inquietud cada mañana. Pero hoy es el día en que usted puede quedar satisfecho; si puede reconocer la sed que lo ha traído hasta aquí, permita que sea el Espíritu Santo quien se encargue de quitar toda duda y temor que le ha arrebatado la felicidad y paz. Reconozca que sea mucho o poco lo que ha logrado en la vida, nada de esto será suficiente si Dios no hace un cambio en usted. Veamos los siguientes versículos:
 
Juan 7:37-38 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

 
En otra parte de la biblia podemos leer lo anterior donde Jesús se refiere otra vez al agua viva como resultado de venir a Él, en ambas referencias Él es el origen de saciar nuestra sed. Puede estar seguro usted que al momento de entregar su vida a Dios todas aquellas cosas que le preocupan y tienen algún valor pasarán a segundo plano (Filipenses 3:8), invertimos mucho de nuestra vida preocupándonos por construir y preparar cosas que al final de nuestro tiempo no llevaremos a la eternidad, no perdamos de vista esta verdad y con esto no queremos decir que entonces no se ocupe de llevar el pan a su casa y familia. Venga a Jesús y sacie su sed.
 
Salmos 42:1 Dios Habla Hoy (DHH)
1 Como ciervo sediento en busca de un río, así, Dios mío, te busco a ti.
 
 

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