Recompensa a los que lo buscan, notas predicación
domingo, 4 de agosto de 2024
El tema del día de hoy es acerca de la importancia de permanecer pacientes. Nuestra actualidad y desenvolvimiento cotidiano seguramente nos ha hecho preguntarnos si podríamos en ocasiones acelerar las bendiciones que nos llegan por parte de Dios y esto toma más importancia cuando vemos cómo los “malignos” parecen prosperar a paso firme.
Aunque no estamos tratando el tema de la envidia está claro que también los creyentes llegan a envidiar en distintas formas las experiencias que están teniendo muchos no creyentes que no necesariamente son “malignos” pero que se centran en el hedonismo que puede ofrecer nuestra realidad. En todo lo brevemente descrito es fácil terminar siendo engañados por nuestro deseo interior, ¿Qué es lo que usted más anhela en este momento? ¿Es pecaminoso su deseo?
Salmos 37:1-2 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
1 No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. 2 Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la hierba verde se secarán.
A causa de ver a no creyentes prosperar hay quienes se llegan a enojar mas logran mantener el control de sus emociones, pero cuando quienes prosperan simplemente son “malignos” y no observamos un inmediato juicio de Dios y al contrario vemos que aparentemente les va mejor, hay algunos creyentes que desean en su interior poder hacer de igual manera.
Esto puede llegar a afectar incluso a toda una congregación por ejemplo con el engaño de que Dios nos quiere ver prósperos a todos en lo financiero y que aquellos con dificultades económicas se encuentran en algún tipo de pecado (algunos citan la incredulidad como justificación). Sin importar en dónde se haya originado esta idea sabemos que el tamaño de la cartera no es directamente proporcional a nuestra entrega a Dios (Lucas 21:1-5). Desgraciadamente esto no evita que miembros de iglesias quieran competir entre sí y por supuesto buscar la aprobación de su pastor que si acaso no le está llegando la prosperidad que predica se podrá “ayudar” de las carteras de quienes él “ayuda” (con simples palabras disfrazadas a modo con el evangelio).
Buscar nuestro desarrollo personal es algo muy bueno mientras estemos respetando el anhelo de Dios en nuestras vidas. La falta de paciencia en hacer lo correcto y esperar sus tiempos para prosperar nos puede hacer pecar llevándonos a tomar decisiones que solo le corresponden a Él. Nuestro esfuerzo es importante pero mayor necesita ser nuestra fe (Romanos 1:17).
La paciencia es resultado de nuestra fe, en esta vida nos encontramos esperando el regreso de nuestro Señor por varios siglos y también ocupándonos en algo mientras predicamos su palabra (Salmos 37:7, Filipenses 4:6-8)
Hebreos 11:6 Dios Habla Hoy (DHH)
6 Pero no es posible agradar a Dios sin tener fe, porque para acercarse a Dios, uno tiene que creer que existe y que recompensa a los que lo buscan.
Aunque no estamos tratando el tema de la envidia está claro que también los creyentes llegan a envidiar en distintas formas las experiencias que están teniendo muchos no creyentes que no necesariamente son “malignos” pero que se centran en el hedonismo que puede ofrecer nuestra realidad. En todo lo brevemente descrito es fácil terminar siendo engañados por nuestro deseo interior, ¿Qué es lo que usted más anhela en este momento? ¿Es pecaminoso su deseo?
- Tener una familia.
- Una mansión.
- Un auto de lujo.
- Reconocimiento.
- Una carrera exitosa.
Salmos 37:1-2 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
1 No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. 2 Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la hierba verde se secarán.
A causa de ver a no creyentes prosperar hay quienes se llegan a enojar mas logran mantener el control de sus emociones, pero cuando quienes prosperan simplemente son “malignos” y no observamos un inmediato juicio de Dios y al contrario vemos que aparentemente les va mejor, hay algunos creyentes que desean en su interior poder hacer de igual manera.
Esto puede llegar a afectar incluso a toda una congregación por ejemplo con el engaño de que Dios nos quiere ver prósperos a todos en lo financiero y que aquellos con dificultades económicas se encuentran en algún tipo de pecado (algunos citan la incredulidad como justificación). Sin importar en dónde se haya originado esta idea sabemos que el tamaño de la cartera no es directamente proporcional a nuestra entrega a Dios (Lucas 21:1-5). Desgraciadamente esto no evita que miembros de iglesias quieran competir entre sí y por supuesto buscar la aprobación de su pastor que si acaso no le está llegando la prosperidad que predica se podrá “ayudar” de las carteras de quienes él “ayuda” (con simples palabras disfrazadas a modo con el evangelio).
Buscar nuestro desarrollo personal es algo muy bueno mientras estemos respetando el anhelo de Dios en nuestras vidas. La falta de paciencia en hacer lo correcto y esperar sus tiempos para prosperar nos puede hacer pecar llevándonos a tomar decisiones que solo le corresponden a Él. Nuestro esfuerzo es importante pero mayor necesita ser nuestra fe (Romanos 1:17).
La paciencia es resultado de nuestra fe, en esta vida nos encontramos esperando el regreso de nuestro Señor por varios siglos y también ocupándonos en algo mientras predicamos su palabra (Salmos 37:7, Filipenses 4:6-8)
Hebreos 11:6 Dios Habla Hoy (DHH)
6 Pero no es posible agradar a Dios sin tener fe, porque para acercarse a Dios, uno tiene que creer que existe y que recompensa a los que lo buscan.
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