El que tiene al Hijo, notas predicación

domingo, 3 de diciembre de 2023


El tema del día de hoy es acerca del valor de la esperanza en el creyente. Todos desde niños hasta muy adultos tenemos deseos que se van transformando así como vamos madurando, el infante sueña con una bicicleta o algún juguete que le proporcione diversión y con el pasar de los años terminará deseando un carro. Es lógico pensar que las necesidades cambian de acuerdo a la etapa de vida que estemos viviendo y lo que fue esencial deja de serlo.
 
También con los años las expectativas de lo que podemos conseguir van variando de acuerdo a nuestra realidad social y económica por lo cual terminaremos deseando obtener cosas que de niños no nos despertaron interés. Nuestro desarrollo emocional de alguna manera está relacionado con lo que podemos y lo que deseamos obtener. ¿Usted ha obtenido siempre todo lo que desea?
 
El creyente y el que no lo es no difieren mucho de sus deseos, ambos desean casa, viajes, una bonita familia, un buen trabajo y más cosas pero no necesariamente debería ocurrir en dicho orden y también habrán cosas que no son comunes. Lo anterior es importante porque la motivación de vida es también distinta: uno despierta cada día pensando en la vida futura y el reino de Dios, el otro despierta pensando en la vida futura y en ocasiones pensando en el tiempo que se le está acabando.
 
Entonces si observamos a ambos desde una perspectiva crítica con el paso de los años y viéramos logros y metas similares en el interior de ambos casos ocurren cosas distintas, la fe nos hace ver los acontecimientos a nivel personal con una interpretación distinta. Están quienes obtienen riquezas a través de su esfuerzo humano y quienes reconocen que Dios les ha provisto de lo necesario con un propósito mayor.
 
La esperanza del creyente gira en la idea de que todo logro debe servir para compartir el evangelio y hablar de acontecimientos que pueden ser criticados de locura. Veamos los siguientes versículos:
 
1 Corintios 2:9-10 Palabra de Dios para Todos (PDT)
9 Pero, así está escrito: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado y nadie ha imaginado lo que Dios tiene preparado para aquellos que lo aman». 10 Pero Dios nos ha mostrado eso por medio del Espíritu porque el Espíritu lo sabe todo, incluso los secretos más profundos de Dios.

 
Como acabamos de leer esta es la temática que puede interpretarse como locura: “Ningún ojo ha visto” es la esperanza del creyente en el “cielo” el cual no puede ser comparado, también leemos en el mismo texto “ningún oído a escuchado” es la esperanza en el “cielo” que no puede ser descrito, y añade  el mismo versículo “nadie ha imaginado” es la esperanza en el “cielo” que se puede entender como algo maravilloso para lo cual no hay mente humana que lo pueda conceptualizar.
 
Aun para el momento en que estamos explicando este tema resultaría complicado hacer entender humanamente a un NO creyente el concepto de la esperanza desde nuestra perspectiva y nuestro consejo es dejar que sea Dios mismo quien se encargue de convencer a quien tenga un deseo de adoptar nuestra esperanza.
 
Por tanto como creyentes necesitamos considerar que los logros y metas que podemos perseguir en esta vida necesitan tener el propósito de que se predique el evangelio o simplemente aceptar que de no ser así nuestros deseos en esta vida pasajera nos consumirán hasta extinguirnos. El Espíritu Santo nos habla hoy desafiandonos a conocer los secretos del reino de Dios y hoy le pregunta si en usted aún existe la esperanza por conocer los secretos del cielo que le desea revelar.
 
1 Juan 5:12 Palabra de Dios para Todos (PDT)
12 El que tiene al Hijo tiene esa vida, pero el que no tiene al Hijo de Dios, no la tiene.
 

 

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