Pertenecen a la luz, notas predicación
domingo, 28 de mayo de 2023
En general la gente pocas veces mide sus palabras y el alcance de las mismas. Una palabra amable puede cambiar totalmente la semana de una persona pero también una palabra hiriente puede llevar a consecuencias fatales. Hoy hablaremos de cómo daña el mal uso de nuestras palabras y conducta a nuestros hermanos en la fe.
1 - Cuidar el interior y la apariencia.
El mal uso del lenguaje señala en la mayoría de los casos la dirección en la que caminamos y la forma en que nos observan (prejuicio). Hay quienes con facilidad y fluidez hacen uso de groserías e insultos como si se tratase de un concurso por conocer quién sabe más expresiones vulgares sin ruborizarse. Si bien hemos escuchado decir que hay a quienes no les importa lo que opinen otras personas de sí mismos, para el creyente hay al menos una opinión externa que debería importar. La realidad es que el trato que recibimos está fuertemente influenciado por cómo nos vemos y lo que recuerdan que hablamos. ¿Le parece superficial? Pensemos entonces esto desde una perspectiva bíblica. Veamos el siguiente versículo:
Romanos 12:1 Dios Habla Hoy (DHH)
1 Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer.
El versículo anterior está claramente dirigido a la comunidad creyente y el apóstol Pablo no está hablando de los tiempos finales. Cuando él habló estas palabras fue para referirse a la forma en que nos relacionamos cada día con Dios pero en cierta forma también a nuestro quehacer diario. El creyente no solo lo debe ser y mostrar los días que acude a la iglesia pues Dios habita más allá de estas paredes y de un solo día a la semana. Siendo más claros, el apóstol dice “ofrenda viva, santa y agradable a Dios” lo cual debe manifestarse en cada respiro que procuramos a diario.
Todos podemos llegar a experimentar un mal día o quizá varios seguidos, pero entre el pueblo que se dice creyente (Efesios 2:10, 1 Pedro 2:9) y el que se congrega cada semana hemos podido observar el poco cuidado que se tiene a frenar la lengua y los hijos menos conscientes replican la forma en que hablan sus padres. Después de haber sido llamados por Dios el proceso de la santificación NO está concluido, hasta que caminemos con Él debemos procurar dominar toda palabra de ocio y conducta que NO agrade a Dios. ¿Crees que a Dios le interesa la forma en que hablas y actúas fuera de la iglesia?
2 - Cuidar lo que Dios ve.
En parte de nuestra naturaleza humana está el deseo de individualidad, tener una opinión, ser diferentes, ser originales, en los primeros años de vida nuestro ejemplo a seguir fueron nuestros padres y personas cercanas por lo mismo ahora es muy importante cuidar los aspectos de conducta frente a nuestros hijos y jóvenes. ¿Recuerda haber admirado de joven la apariencia de algún artista? Esto se debe a la búsqueda de identidad, pensemos cuánto de nuestra cultura popular se opone a través de modas en ropa y canciones a este deseo y agreguemos la fuerte influencia contra valores sanos. Veamos los siguientes versículos:
1 Corintios 6:19-20 Traducción en lenguaje actual (TLA)
19 El cuerpo de ustedes es como un templo, y en ese templo vive el Espíritu Santo que Dios les ha dado. Ustedes no son sus propios dueños. 20 Cuando Dios los salvó, en realidad los compró, y el precio que pagó por ustedes fue muy alto. Por eso deben dedicar su cuerpo a honrar y agradar a Dios.
Vemos en los versículos anteriores fuertes declaraciones en la biblia donde se compara a nuestro cuerpo con un templo donde vive el Espíritu Santo. Este aspecto los hijos lo llegarán a aprender de usted en cuanto a su conducta. “Ustedes no son sus propios dueños”, por tanto daremos cuentas del cuidado personal en lo que hablamos y hacemos (Eclesiastés 12:14), si usted realmente pone en primer lugar a Dios es muy probable que así lo hagan también sus hijos, “dedicar su cuerpo a honrar y agradar a Dios” aquí adquiere un significado moral en cuanto a las conductas.
Pero vayamos un poco más lejos pensando que existen comportamientos simples y cotidianos que desagradan a Dios y que la gente poco reflexiona como pecado. Mientras que Dios creó el universo con su palabra (Génesis 1:1) el hombre con su uso descuidado lo destruye. Veamos el siguiente versículo:
Santiago 3:5 Traducción en lenguaje actual (TLA)
5 Y lo mismo pasa con nuestra lengua. Es una de las partes más pequeñas de nuestro cuerpo, pero es capaz de hacer grandes cosas. ¡Es una llama pequeña que puede incendiar todo un bosque!
Vemos en el versículo anterior el señalamiento “incendiar todo un bosque”, y así se siente cuando alguien no sabe frenar las palabras que salen de su boca, en el mismo capítulo encontramos lo siguiente:
Santiago 3:9-10 Traducción en lenguaje actual(TLA)
9-10 Con nuestra lengua podemos bendecir o maldecir. Con ella alabamos a nuestro Dios y Padre, y también insultamos a nuestros semejantes, que Dios hizo parecidos a él mismo. Hermanos, ¡esto no debe ser así!
Entonces vemos a Santiago hablar de la conducta de los miembros de una iglesia que no es perfecta y reprenderlos. Quizá hasta este momento aún no tengas claro porque es necesario cuidar la forma en que hablamos sobre todo si has crecido en una familia donde lo cotidiano es la agresión pasiva y las ofensas dicen que no son con la intención de dañar más bien para convivir pero te invitamos a reflexionar si así a sido todo el tiempo. Las conductas autodestructivas suelen ser de apariencia inocente, como las relaciones de pareja que comienzan con pequeños pellizcos, empujones y al pasar de los años escalan en heridas fuertes.
Nadie tiene el derecho de herir física o verbalmente y entre los creyentes estas conductas son inadmisibles.
Efesios 5:8 Dios Habla Hoy (DHH)
8 Ustedes antes vivían en la oscuridad, pero ahora, por estar unidos al Señor, viven en la luz. Pórtense como quienes pertenecen a la luz,
1 - Cuidar el interior y la apariencia.
El mal uso del lenguaje señala en la mayoría de los casos la dirección en la que caminamos y la forma en que nos observan (prejuicio). Hay quienes con facilidad y fluidez hacen uso de groserías e insultos como si se tratase de un concurso por conocer quién sabe más expresiones vulgares sin ruborizarse. Si bien hemos escuchado decir que hay a quienes no les importa lo que opinen otras personas de sí mismos, para el creyente hay al menos una opinión externa que debería importar. La realidad es que el trato que recibimos está fuertemente influenciado por cómo nos vemos y lo que recuerdan que hablamos. ¿Le parece superficial? Pensemos entonces esto desde una perspectiva bíblica. Veamos el siguiente versículo:
Romanos 12:1 Dios Habla Hoy (DHH)
1 Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer.
El versículo anterior está claramente dirigido a la comunidad creyente y el apóstol Pablo no está hablando de los tiempos finales. Cuando él habló estas palabras fue para referirse a la forma en que nos relacionamos cada día con Dios pero en cierta forma también a nuestro quehacer diario. El creyente no solo lo debe ser y mostrar los días que acude a la iglesia pues Dios habita más allá de estas paredes y de un solo día a la semana. Siendo más claros, el apóstol dice “ofrenda viva, santa y agradable a Dios” lo cual debe manifestarse en cada respiro que procuramos a diario.
Todos podemos llegar a experimentar un mal día o quizá varios seguidos, pero entre el pueblo que se dice creyente (Efesios 2:10, 1 Pedro 2:9) y el que se congrega cada semana hemos podido observar el poco cuidado que se tiene a frenar la lengua y los hijos menos conscientes replican la forma en que hablan sus padres. Después de haber sido llamados por Dios el proceso de la santificación NO está concluido, hasta que caminemos con Él debemos procurar dominar toda palabra de ocio y conducta que NO agrade a Dios. ¿Crees que a Dios le interesa la forma en que hablas y actúas fuera de la iglesia?
2 - Cuidar lo que Dios ve.
En parte de nuestra naturaleza humana está el deseo de individualidad, tener una opinión, ser diferentes, ser originales, en los primeros años de vida nuestro ejemplo a seguir fueron nuestros padres y personas cercanas por lo mismo ahora es muy importante cuidar los aspectos de conducta frente a nuestros hijos y jóvenes. ¿Recuerda haber admirado de joven la apariencia de algún artista? Esto se debe a la búsqueda de identidad, pensemos cuánto de nuestra cultura popular se opone a través de modas en ropa y canciones a este deseo y agreguemos la fuerte influencia contra valores sanos. Veamos los siguientes versículos:
1 Corintios 6:19-20 Traducción en lenguaje actual (TLA)
19 El cuerpo de ustedes es como un templo, y en ese templo vive el Espíritu Santo que Dios les ha dado. Ustedes no son sus propios dueños. 20 Cuando Dios los salvó, en realidad los compró, y el precio que pagó por ustedes fue muy alto. Por eso deben dedicar su cuerpo a honrar y agradar a Dios.
Vemos en los versículos anteriores fuertes declaraciones en la biblia donde se compara a nuestro cuerpo con un templo donde vive el Espíritu Santo. Este aspecto los hijos lo llegarán a aprender de usted en cuanto a su conducta. “Ustedes no son sus propios dueños”, por tanto daremos cuentas del cuidado personal en lo que hablamos y hacemos (Eclesiastés 12:14), si usted realmente pone en primer lugar a Dios es muy probable que así lo hagan también sus hijos, “dedicar su cuerpo a honrar y agradar a Dios” aquí adquiere un significado moral en cuanto a las conductas.
Pero vayamos un poco más lejos pensando que existen comportamientos simples y cotidianos que desagradan a Dios y que la gente poco reflexiona como pecado. Mientras que Dios creó el universo con su palabra (Génesis 1:1) el hombre con su uso descuidado lo destruye. Veamos el siguiente versículo:
Santiago 3:5 Traducción en lenguaje actual (TLA)
5 Y lo mismo pasa con nuestra lengua. Es una de las partes más pequeñas de nuestro cuerpo, pero es capaz de hacer grandes cosas. ¡Es una llama pequeña que puede incendiar todo un bosque!
Vemos en el versículo anterior el señalamiento “incendiar todo un bosque”, y así se siente cuando alguien no sabe frenar las palabras que salen de su boca, en el mismo capítulo encontramos lo siguiente:
Santiago 3:9-10 Traducción en lenguaje actual(TLA)
9-10 Con nuestra lengua podemos bendecir o maldecir. Con ella alabamos a nuestro Dios y Padre, y también insultamos a nuestros semejantes, que Dios hizo parecidos a él mismo. Hermanos, ¡esto no debe ser así!
Entonces vemos a Santiago hablar de la conducta de los miembros de una iglesia que no es perfecta y reprenderlos. Quizá hasta este momento aún no tengas claro porque es necesario cuidar la forma en que hablamos sobre todo si has crecido en una familia donde lo cotidiano es la agresión pasiva y las ofensas dicen que no son con la intención de dañar más bien para convivir pero te invitamos a reflexionar si así a sido todo el tiempo. Las conductas autodestructivas suelen ser de apariencia inocente, como las relaciones de pareja que comienzan con pequeños pellizcos, empujones y al pasar de los años escalan en heridas fuertes.
Nadie tiene el derecho de herir física o verbalmente y entre los creyentes estas conductas son inadmisibles.
Efesios 5:8 Dios Habla Hoy (DHH)
8 Ustedes antes vivían en la oscuridad, pero ahora, por estar unidos al Señor, viven en la luz. Pórtense como quienes pertenecen a la luz,
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