Así alumbre vuestra luz, notas predicación.
domingo, 21 de mayo de 2023
La semana pasada estuvimos hablando de cómo reconocer si los ministerios de la iglesia trabajan conforme a la palabra, un tema complicado cuando vemos con el pasar de los años como las doctrinas del mundo se filtran en ella y cauterizan la conciencia (1 Timoteo 4:2,7) de quienes un día se comprometieron a servir al Señor. Hemos señalado también en otro momento el problema que surge con personas que se hacen llamar apóstoles y profetas que frecuentemente sin sustento bíblico realizan “acrobacias” para engañar a congregaciones sedientas de ver manifestarse al Espíritu Santo (cazadores de milagros).
¿Cómo ha llegado a ocurrir todo lo anterior? De manera muy pronta podemos decir que los cristianos de épocas anteriores cuidaban más profundamente la sana doctrina (Hechos 17:11) y también a quienes les prestaban el púlpito o espacio para predicar (1 Timoteo 3:1-13). Pero a lo que nos enfrentamos en nuestros días son a familias que gobiernan las iglesias sin importar la santidad y también quienes deseando mantener un número de “seguidores” terminan convirtiendo la casa del Señor en un “circo”, mercado o reunión social, pero nuevamente la santidad está ausente.
Entonces es momento de preguntarnos ¿Cuál es el tema que trataremos en esta ocasión? Hablaremos de aquellos quienes teniendo un deseo sano por predicar la palabra no esperan pelear, heredar o ganarse un lugar en la iglesia (evangelistas y misioneros). Veamos el siguiente versículo:
Romanos 12:2 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Los problemas dentro de las congregaciones no dejarán de surgir y en su momento continuaremos hablando de estos temas pero por ahora nos enfocaremos en un grupo reducido de individuos que llegan a surgir y que son una bendición cuando hablamos de expandir el evangelio. Citando el versículo anterior, “la renovación de vuestro entendimiento” son palabras que a pocos llegan a tocar tan profundamente como para comprender que la máxima voluntad que Dios tiene para la humanidad es que seamos salvos (1 Juan 2:2).
1 - Hombres que cuidan almas para la iglesia.
Dentro de las iglesias que tienen muchos años operando son algunos los que dicen querer servir y atender a quienes se congregan pero pasará quizá mucho tiempo antes de encontrar a un creyente que tenga el deseo de salir a iniciar una obra misionera. Desde un punto de vista práctico, muchos pastores desean ser apoyados por varios años activamente en la congregación por los más entusiastas y fieles asistentes pero fallan en descubrir y formar a quienes puedan continuar la obra.
Entonces si el llamado a servir a Dios es genuino por uno de esos asistentes podría llegar a ocurrir, si el puesto no está reservado para ser heredado a un familiar, que se convierta en el siguiente pastor. Esto no es malo pero Dios probablemente tenía otro plan. ¿Cómo sabemos esto? Porque lo que ocurre a continuación es un cambio radical en las doctrinas rompiendo la continuidad de lo que se venía haciendo y esto no se debe a ideas frescas, la realidad es que se estaría construyendo una iglesia sobre otra. ¿Puede comprender el fallo en esto? ¿Cómo se evita que ocurra? Una posible respuesta es enviando a los entusiastas a iniciar una “misión” y de esta manera no romper la relación con estos pero logrando apoyo mutuo.
Generalizaremos las ideas por cuestión de tiempo: vivimos una época donde las megaiglesias son un lujo NO necesario, caras de mantener y sostener, algunas operan con personal contratado a empresas de NO creyentes y cuando se observa esto es debido a que ya están presentes varias fallas que usted puede intuir. La iglesia no puede ser más grande que la gente que la puede sostener y pastorear. Lo mismo ocurre con iglesias a menor escala donde “siervos” se asignan salarios sin hacer lo suficiente pero reclamando derechos como asalariados, no evangelizan, no ganan almas, no se permiten observaciones, no sueltan las finanzas (2 Tesalonicenses 3:10), debilitando una posible obra misionera.
Perdemos muchos años y recursos construyendo edificios que con el tiempo nos resultará complicado mantener llenos. Seamos claros, las iglesias son necesarias y Dios desea que nos congreguemos, el punto aquí es cuando los dirigentes se olvidan que el propósito es llevar el evangelio a donde no ha llegado y algunos acumulan riquezas y esconden propiedades. Veamos el siguiente versículo:
Hechos 13:47 Dios Habla Hoy (DHH)
47 Porque así nos mandó el Señor, diciendo: “Te he puesto como luz de las naciones, para que lleves mi salvación hasta las partes más lejanas de la tierra.”
2 - Hombres que ganan almas para la iglesia.
Entonces nos encontramos con aquellos hombres que se convierten en misioneros (Marcos 16:15, Mateo 5:15-16, Romanos 10:17). ¿Qué es lo que te convierte en misionero? En pocas palabras el deseo profundo de evangelizar y alcanzar almas más allá de lo que logra la iglesia local. Aunque la lista de características podría ser muy extensa a continuación pondremos las que consideramos inmediatamente relevantes:
En esta ocasión no estamos haciendo diferencia entre evangelista y misionero debido a que son muy cercanos los términos en cuanto a la práctica fuera de los muros de la iglesia, ambos al acercarse a la gente entienden que no están en un paseo del cual se pueden retirar inmediatamente cuando las cosas cambien. El trabajo del misionero es llevar el mensaje tanto sea posible para establecer los cimientos de una futura iglesia local así le lleve toda su vida (en caso de conseguirlo) antes ir a otro sitio y hacer lo mismo. El evangelista visita las misiones conectándolas, predicando el evangelio y puede quedarse tanto tiempo como sea necesario.
Mateo 5:16 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
¿Cómo ha llegado a ocurrir todo lo anterior? De manera muy pronta podemos decir que los cristianos de épocas anteriores cuidaban más profundamente la sana doctrina (Hechos 17:11) y también a quienes les prestaban el púlpito o espacio para predicar (1 Timoteo 3:1-13). Pero a lo que nos enfrentamos en nuestros días son a familias que gobiernan las iglesias sin importar la santidad y también quienes deseando mantener un número de “seguidores” terminan convirtiendo la casa del Señor en un “circo”, mercado o reunión social, pero nuevamente la santidad está ausente.
Entonces es momento de preguntarnos ¿Cuál es el tema que trataremos en esta ocasión? Hablaremos de aquellos quienes teniendo un deseo sano por predicar la palabra no esperan pelear, heredar o ganarse un lugar en la iglesia (evangelistas y misioneros). Veamos el siguiente versículo:
Romanos 12:2 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Los problemas dentro de las congregaciones no dejarán de surgir y en su momento continuaremos hablando de estos temas pero por ahora nos enfocaremos en un grupo reducido de individuos que llegan a surgir y que son una bendición cuando hablamos de expandir el evangelio. Citando el versículo anterior, “la renovación de vuestro entendimiento” son palabras que a pocos llegan a tocar tan profundamente como para comprender que la máxima voluntad que Dios tiene para la humanidad es que seamos salvos (1 Juan 2:2).
1 - Hombres que cuidan almas para la iglesia.
Dentro de las iglesias que tienen muchos años operando son algunos los que dicen querer servir y atender a quienes se congregan pero pasará quizá mucho tiempo antes de encontrar a un creyente que tenga el deseo de salir a iniciar una obra misionera. Desde un punto de vista práctico, muchos pastores desean ser apoyados por varios años activamente en la congregación por los más entusiastas y fieles asistentes pero fallan en descubrir y formar a quienes puedan continuar la obra.
Entonces si el llamado a servir a Dios es genuino por uno de esos asistentes podría llegar a ocurrir, si el puesto no está reservado para ser heredado a un familiar, que se convierta en el siguiente pastor. Esto no es malo pero Dios probablemente tenía otro plan. ¿Cómo sabemos esto? Porque lo que ocurre a continuación es un cambio radical en las doctrinas rompiendo la continuidad de lo que se venía haciendo y esto no se debe a ideas frescas, la realidad es que se estaría construyendo una iglesia sobre otra. ¿Puede comprender el fallo en esto? ¿Cómo se evita que ocurra? Una posible respuesta es enviando a los entusiastas a iniciar una “misión” y de esta manera no romper la relación con estos pero logrando apoyo mutuo.
Generalizaremos las ideas por cuestión de tiempo: vivimos una época donde las megaiglesias son un lujo NO necesario, caras de mantener y sostener, algunas operan con personal contratado a empresas de NO creyentes y cuando se observa esto es debido a que ya están presentes varias fallas que usted puede intuir. La iglesia no puede ser más grande que la gente que la puede sostener y pastorear. Lo mismo ocurre con iglesias a menor escala donde “siervos” se asignan salarios sin hacer lo suficiente pero reclamando derechos como asalariados, no evangelizan, no ganan almas, no se permiten observaciones, no sueltan las finanzas (2 Tesalonicenses 3:10), debilitando una posible obra misionera.
Perdemos muchos años y recursos construyendo edificios que con el tiempo nos resultará complicado mantener llenos. Seamos claros, las iglesias son necesarias y Dios desea que nos congreguemos, el punto aquí es cuando los dirigentes se olvidan que el propósito es llevar el evangelio a donde no ha llegado y algunos acumulan riquezas y esconden propiedades. Veamos el siguiente versículo:
Hechos 13:47 Dios Habla Hoy (DHH)
47 Porque así nos mandó el Señor, diciendo: “Te he puesto como luz de las naciones, para que lleves mi salvación hasta las partes más lejanas de la tierra.”
2 - Hombres que ganan almas para la iglesia.
Entonces nos encontramos con aquellos hombres que se convierten en misioneros (Marcos 16:15, Mateo 5:15-16, Romanos 10:17). ¿Qué es lo que te convierte en misionero? En pocas palabras el deseo profundo de evangelizar y alcanzar almas más allá de lo que logra la iglesia local. Aunque la lista de características podría ser muy extensa a continuación pondremos las que consideramos inmediatamente relevantes:
- Reconocen la necesidad de la salvación (Romanos 10:13)
- Reconocen la necesidad de llevar la palabra (Romanos 10:14)
- Reconocen la necesidad de ser enviados (Romanos 10:15)
En esta ocasión no estamos haciendo diferencia entre evangelista y misionero debido a que son muy cercanos los términos en cuanto a la práctica fuera de los muros de la iglesia, ambos al acercarse a la gente entienden que no están en un paseo del cual se pueden retirar inmediatamente cuando las cosas cambien. El trabajo del misionero es llevar el mensaje tanto sea posible para establecer los cimientos de una futura iglesia local así le lleve toda su vida (en caso de conseguirlo) antes ir a otro sitio y hacer lo mismo. El evangelista visita las misiones conectándolas, predicando el evangelio y puede quedarse tanto tiempo como sea necesario.
Mateo 5:16 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Buscar un tema
Entradas populares
-
El tema del día de hoy es acerca de lo que es ser padre. El amor, el compromiso y la responsabilidad son aspectos que van más allá de los ge...
-
Hoy en día, mucha de la gente pasa tiempo pensando cómo agradar a otras personas: la familia, los amigos o la pareja. Y esto puede llegar a ...
Archivo historico
-
►
2024
(52)
- ► septiembre (5)
-
►
2022
(52)
- ► septiembre (4)
-
►
2021
(52)
- ► septiembre (4)