¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!, notas predicación

domingo, 11 de septiembre de 2022


Entramos al mes de septiembre y aunque técnicamente aún falta para que termine el año para algunas personas los siguientes días transcurren muy pronto. A nivel mundial estamos en el periodo más concurrido de festejos, el comercio entrará en un maratón “furico” por ver cuánto más pueden vender en comparación con el año pasado. Sin darnos cuenta, pronto estaremos en diciembre y luego comenzando un nuevo año.
 
La situación mundial ha sido particularmente complicada a nivel social y económico pues en todos lados se escucha hablar de recesión. Es de entenderse que las familias están preocupadas por que no falte el pan en la mesa y quizás por darse algún gusto personal (un regalo, unas vacaciones, la salud). Entonces antes de que termine este año necesitamos preguntarnos:
  • ¿Qué esperábamos al principio?
  • ¿Qué nos ha faltado?
  • ¿Hacia dónde nos dirigimos al final de este?
Ya han transcurrido algunos meses desde enero y podemos hablar de éxitos y fracasos alcanzados en este periodo tomado como una reflexión de lo que aún podemos llegar a hacer. Algunos creyentes hablan de que Dios los ha acompañado todo este tiempo, pero cuando pedimos que testifiquen concretamente ¿cuál fue el plan de Dios en ellos para este tiempo? Son pocos los que saben expresarlo y terminan hablando de promesas y propósitos personales en los que claramente Dios no era parte del plan. 

Dios quiere escucharnos.

En el libro de Deuteronomio podemos ver uno de los planes de Dios sobre el pueblo hebreo y el resultado de una generación que NO le creyó, viviendo sus días como mejor les parecía, en ocasiones acordándose de su verdadera identidad. Por una parte nos encontramos gente alistándose para entrar a la tierra prometida para lo cual tuvieron que esperar cuarenta años (Números 14:26-45) y por otro a quienes dudaron de Dios aunque se decían creyentes, guardando rituales, congregándose y cantándole, no fueron tomados en cuenta para lo verdaderamente importante que estaba por llegar (no entraron a la tierra prometida). Ahora pasemos a los siguiente veamos los versículos:
 
Deuteronomio 4:27-29 Traducción en lenguaje actual (TLA)
27 »Sólo a unos cuantos Dios les permitirá vivir en otros países. 28 Allí adorarán ídolos de madera y de piedra, estatuas que no pueden ver ni oír, ni comer o respirar, porque el hombre mismo los ha hecho. 29 Sin embargo, si ustedes son sinceros, y de corazón le piden a Dios que los perdone, aun en esos países Dios los perdonará.

 
Hoy en día muchos de los creyentes que así mismos se reconocen  —sin ser hebreos— como pueblo de Dios por haber aceptado la sangre de Cristo como nuevo pacto (Jeremías 31:31, Hebreos 8:8, Gálatas 3:14-16, Hebreos 9:15, Hebreos 10:4 , Lucas 22:20) se encuentran viviendo sus días, el presente año sin rumbo, sin interés, sin enfoque distraídos en los “ídolos modernos”. Para quien se encuentra así son estas palabras “Sin embargo, si ustedes son sinceros, y de corazón le piden a Dios que los perdone” “Dios los perdonará.”.

El perdón para el que se reconoce a sí mismo como creyente y lleva una vida sin propósito requiere de sinceridad y esta no ocurre haciendo una dramatización llorando en la iglesia cuando todos lo ven, o poniéndose cilicio y polvo (Job 16:15). Pida a Dios que le perdone y haga frutos de arrepentimiento (Mateo 3:8-10) es decir actívese a cambiar.

En las iglesias actuales se llegan a congregar muchas personas auto engañadas de vivir distinto sin comprender el significado del siguiente versículo:
 
Lucas 22:20 Traducción en lenguaje actual (TLA)
20 Cuando terminaron de cenar, Jesús tomó otra copa con vino y dijo: «Este vino es mi sangre, derramada en favor de ustedes. Con ella, Dios hace con ustedes un nuevo pacto.


Y aunque el significado del pacto da para otra predicación, podemos decir que un pacto es una forma de contrato donde hay derechos y obligaciones a cumplir por ambas partes pero el creyente moderno solo quiere reclamar sus derechos. 

Dios quiere ayudarnos.

A manera de ejemplo quizá en alguna de nuestras iglesias hemos escuchado decir a alguien a principio de año que “irá a las naciones a predicar de Cristo” pero transcurre el año gastando todos sus ingresos en fiestas y cosas que considera necesarias pero no en ahorrar para el boleto de pasaje que lo impulsa a otras naciones, está esperando que alguien lo patrocine o que la iglesia le pague viáticos —hotel, avión y lo que se acumule —. De esta manera son muchos los que abusan de las ofrendas de miembros de la iglesia convirtiéndose en clase turista y su “llamado de Dios” se termina hasta donde el presupuesto del patrocinador aguante (así también muchos dirigentes de iglesias).
 
El ejemplo anterior resulta una fuerte crítica pero tratamos de ejemplificar claramente una clase social fraudulenta que vive de las iglesias abusando de los creyentes que creen que esto es apoyar a la expansión del evangelio. Toda organización necesita rendir cuentas claras y minuciosas de sus gastos de tal manera que el dador siempre esté alegre y no llegue a desconfiar (2 Tesalonicenses 3:10). Así lo vemos en el siguiente versículo:
 
2 Tesalonicenses 3:9-11 Dios Habla Hoy (DHH)
9 Y ciertamente teníamos el derecho de pedirles a ustedes que nos ayudaran, pero trabajamos para darles el ejemplo que ustedes deben seguir. 10 Cuando estuvimos con ustedes, les dimos esta regla: El que no quiera trabajar, que tampoco coma. 11 Pero hemos sabido que algunos de ustedes llevan una conducta indisciplinada, muy ocupados en no hacer nada.

 
Entonces volvamos al tema principal donde podemos estar auto engañados con creer que tenemos un pacto con Dios por haber aceptado como es conocido “la sangre de Cristo” (Lucas 22:20) en nuestras vidas o confesado su nombre para salvación  (Romanos 10:10). Pero cuando se nos pregunta acerca del significado profundo sobre “en qué consiste el pacto“ entonces no sabemos qué contestar.
 
Nuestros jóvenes llegan a estar confundidos con el significado de ser creyentes y pasan sus mejores días sin predicar el evangelio pero en los mejores casos congregándose a cantar, convivir y realizar activismo. Las iglesias llegamos a ser culpables de no predicar conforme al corazón de Dios y ayudarles en el proceso de crecimiento y maduración para luego enviarles realmente a cumplir un propósito en Cristo en sus casas, trabajos, escuelas o incluso a las naciones. Vemos el siguiente versículo:
 
Jeremías 29:13 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
13 y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.

 
Oramos desde aquí para que antes de que termine este año comience a buscar a Dios con todo su corazón y a partir de este momento sea Él quien le revele a usted su verdadero propósito de vida decidiendo perseguirlo, corrigiendo y abandonando todo aquello que no suma a su plan. Dios quiere ayudarle con esto pero necesita ponerlo en primer lugar, usted como creyente necesita abandonar el estar congregándose a manera de juego o pasatiempo en la iglesia y tomárselo en serio.

1 Corintios 9:16 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
16 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!

Buscar un tema

Entradas populares

2 Corintios 4:7 (TLA)

Tenemos este tesoro en vasijas de barro para demostrar que este extraordinario poder que obra en nuestra vida no viene de nosotros, sino de Dios.

Redes sociales

Enlace para tu celular