En algún momento de la vida podemos llegar a pensar que hemos llegado al final de nuestra existencia o que nuestros problemas ya no tienen solución. Con el pasar de los años entre buenas o malas decisiones el mundo se torna más complejo; la familia, el trabajo, los estudios y otras cosas nos van empujando por caminos complicados donde a nuestro parecer no está muy claro el camino a seguir. ¿Se ha sentido agobiado hasta este extremo?. Entonces esta predicación es para usted. Veamos el siguiente versículo:
 
2 Corintios 4:18 Palabra de Dios para Todos (PDT)
18 A nosotros no nos interesa lo que se puede ver, sino lo que no se puede ver, porque lo que se puede ver, sólo dura poco tiempo. En cambio, lo que no se puede ver, dura para siempre.
 
Las palabras anteriores fueron escritas en la biblia para ilustrar al creyente en una manera distinta de ver la vida “porque lo que se puede ver, sólo dura poco tiempo”. Millones de creyentes todos los días se levantan absortos porque no saben cómo resolver sus mayores preocupaciones y esto no pasa por falta de oración ni tampoco tiene que ver con la falta de fe, simplemente se resume a que en ocasiones la realidad temporal que experimentamos es cruda y amarga a tal punto de cegarnos.
 
Cotidianamente se me pregunta ¿cómo puedo vencer la adversidad? Y la respuesta que en toda iglesia te responderán de cajón es — Pon tu mirada en Cristo —. Algo que para muchos creyentes no está claro el significado. El hambre, los problemas de alcoholismo, el pecado del mundo no desaparecen instantáneamente con abrir la biblia y es de mencionarse como segunda respuesta en nuestras iglesias a estos o cualquier otro problema.
 
El creyente tanto reciente como el de muchos años en la fe no logra poner su mirada en Cristo o encontrar las respuestas en la biblia, debido en parte a que en las cosas más simples no ha dependido en Jesús y en los problemas mayores no sabe cómo acercarse a él. Por otro lado, no puede encontrar respuestas en la biblia simplemente porque la lleva de accesorio a la iglesia, en casa nunca la abre para leer, no ha tenido el interés de aprender a estudiarla (no encuentra el índice después de cinco años de tenerla).
 
En el libro de los Hechos escrito por el apóstol Pablo en el capítulo uno lo encontramos relatando a Teofilo su preocupación entre otras tantas cosas de que todos los nuevos creyentes lograran comprender “todo lo que hizo Jesús y enseñó (Hechos 1:1)”. Cada uno de los miembros de una congregación encontrarán las respuestas que necesitan para sus problemas inmediatos (internos, “lo que no se puede ver”) en el momento que dejen de mirar a Jesús únicamente en la cruz y lo empiecen a visualizar como el Señor que ascendió después de dar órdenes a los apóstoles (Hechos 1:2) pero que también volverá (Hechos 1:11).
 
Debemos señalar que aunque históricamente fueron doce los apóstoles escogidos por Jesús quienes recibieron instrucciones por medio del Espíritu Santo (Hechos 1:2), todo quien dice haber aceptado a Cristo también recibe al Espíritu Santo (1 Corintios 6:19-20) y por tanto necesitamos llegar a comprender cuales son las instrucciones para nosotros. Veamos el siguiente versículo:
 
Salmos 143:10 Palabra de Dios para Todos (PDT)
10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me guíe por el buen camino.
 
El versículo anterior resulta un buen ejemplo de cómo podemos iniciar a orar todos los días y seguro que varios creyentes concordarán en que algunas de las situaciones que enfrentamos en la cotidianidad se resolverían sencillamente si tuviéramos presente a Dios antes de hablar o actuar.
 
La ascensión de Cristo narrada en el libro de los Hechos (Hechos 1:1-11) altamente sugerida para leer sin prisas en términos generales la podemos dividir en tres partes para entender el plan de Jesús el cual nos involucra.

• Jesús asciende al cielo a preparar un lugar para nosotros (Hechos 1:2, Juan 14:2).
• Jesús asciende al cielo para dar lugar al Espíritu Santo en nosotros (Hechos 1:5, Juan 14:17).
• Jesús asciende al cielo por un tiempo y “él mismo” volverá por nosotros (Hechos 1:11, Hebreos 9:27-28).
  

 

En los planes de Dios siempre estamos nosotros esto le puedo decir, veamos los siguientes versículos:
 
1 Pedro 5:9-10 Palabra de Dios para Todos (PDT)
9 Resistan al diablo y mantengan firmemente la fe. Sepan que sus hermanos en todo el mundo sufren igual que ustedes, 10 pero Dios, quien los llamó para compartir su gloria eterna en Cristo, les mostrará todo su generoso amor. Sufrirán por un tiempo, pero después Dios los sanará, los fortalecerá, los apoyará y evitará que caigan.
 
Oramos desde aquí para que Dios le traiga consuelo en medio de sus tribulaciones y usted encuentre la madurez para acercarse a Dios y ser parte de su plan. (Miqueas 6:8, Mateo 22:37-40, Efesios 5:15-20). ¿Está dispuesto a servir a Dios mientras esperamos el regreso de Jesús?