Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy, notas predicación

domingo, 5 de diciembre de 2021


En la historia de la humanidad existen diferentes momentos que se consideran particularmente difíciles, las guerras son ejemplo de ello pero aun en tiempos de relativa calma, todos llegamos a experimentar inquietudes con respecto al ahora y el mañana. Estamos estudiando el pasaje de Juan 14:1-6 el cual nos hace meditar que, aunque tengamos muchas angustias como creyentes a lo largo de la vida, al final alcanzaremos la paz (versículo 27) y hogar con Dios (versículo 2). Veamos los siguientes versículos:

Juan 14:1-4 Dios Habla Hoy (DHH)
1 «No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. 2 En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. 3 Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar. 4 Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy.»

 
Definamos la angustia de manera general como un estado de ánimo que en la mayoría de los humanos se presenta como la expectativa que nos permite tomar decisiones por anticipado. A esto lo nombramos comúnmente preocupación pero cuando la carga emocional crece por una percepción de amenaza entonces se convierte en angustia.
 
Muchos pueden ser los motivos por los cuales podemos llegar a perder la paz interior e incluso resulta muy complejo entenderlo pues varía de persona a persona. Algunos ejemplos pueden ser la falta de comida en nuestro plato, problemas de empleo, familiares o incluso situaciones no resueltas ante la muerte. En nuestra mente de manera individual todos libramos batallas en inquietudes las cuales pueden ser ocultas para nuestros cercanos pero que en lo secreto a nosotros nos producen angustia. Quizá el hijo desobediente sería un ejemplo de la voz interna que nos priva del descanso y esto usted lo consideraría algo válido pero cada persona tiene sus propias necesidades habiendo circunstancias que podemos llegar a pensar sencillas para nuestros hermanos en la fe que resultan en un abismo imposible de cruzar.
 
El pasaje de Juan citado anteriormente ocurre en un contexto previo a la muerte de Cristo y en este Jesús está preparando a sus discípulos para aquello que ocurriría y aun ellos no sabían, entendían o aceptaban. La palabra de Dios nos prepara para vivir situaciones del presente y también para que lleguemos a tener un futuro glorioso por tanto la angustia por sentimientos de inseguridad son algo que si volteamos más alto a ver el “cielo” podemos llegar a superar. Veamos el siguiente versículo:
 
Mateo 16:26 Dios Habla Hoy (DHH)
¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? ¿O cuánto podrá pagar el hombre por su vida?

 
Con nuestro esfuerzo humano podemos llegar a obtener mucho de lo que ofrece esta vida como lo son placeres, riquezas y aun algo de salud siendo que mitiguemos la angustia que se produce de no tener algunas otras cosas. Ahora reflexionemos que tanto la gente pobre como la rica atraviesa distintos estados de angustia y aunque cada quien sobrelleva sus inseguridades de distinta forma sabemos que nada de lo que hagamos de carácter material en esta vida lo podremos llevar a la próxima.
 
Existen situaciones en las que todos los días de nuestra vida necesitamos ocuparnos de manera continua y podemos llegar a tener el control. También hay las que no dependen de nuestra voluntad y esfuerzo. Pero hay algo más importante de lo que no nos estamos ocupando en este momento y que nos impactará por la eternidad. Veamos los siguientes versículos:
 
Juan 14:2-3 Dios Habla Hoy (DHH)
2 En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. 3 Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar.

 
La eternidad es un tema que la mayoría de los creyentes llegamos a percibir como un hecho que va a ocurrir. Sin embargo nuestras acciones diarias y angustias manifiestan el hecho de que lo percibimos como una situación muy lejana. La toma de decisiones que realizamos de manera continua con la familia, en el trabajo o la escuela va acompañada constantemente de desesperación por querer ganar “valores” que definitivamente no nos llevan a la casa que Jesús está preparando para nosotros y dice “Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo”. Porque está escrito le aseguro que esto ocurrirá.
 
Así como Jesús está preparando un lugar “para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar.” Yo pregunto, ¿qué estamos haciendo para prepararnos y ser dignos de estar con Él? . Veamos los siguientes versículos:
 
Lucas 12:22-26 Dios Habla Hoy (DHH)
22 Después dijo Jesús a sus discípulos: «Esto les digo: No se preocupen por lo que han de comer para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. 23 La vida vale más que la comida, y el cuerpo más que la ropa. 24 Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen granero ni troje; sin embargo, Dios les da de comer. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! 25 Y en todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? 26 Pues si no pueden hacer ni aun lo más pequeño, ¿por qué se preocupan por las demás cosas?

 
Aceptemos que Dios tiene el control de todo lo que ocurre en nuestra vida y enfoquemos nuestras fuerzas en el “cielo”. Si bien el creyente ya es salvo y lo tiene garantizado, piense en las personas que aún no han creído en el evangelio. Entre las muchas cosas que podemos señalar solo una nos preocupa para esta predicación y es la angustia acompañada de la desesperación porque para ellos solo existe el presente no creen que hay un cielo y tampoco un infierno. Veamos los siguientes versículos:
 
Juan 14:5-6 Dios Habla Hoy (DHH)
5 Tomás le dijo a Jesús: —Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino? 6 Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre.

 
Tomás era un discípulo creyente que no comprendió en el momento cuál es el camino para la eternidad el final de toda angustia y preocupación mas Jesús le contestó “Yo soy el camino”. Nuestro presente y futuro sólo puede estar en el camino que es Jesus, estemos preparados para su regreso.

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