Al hombre le toca hacer planes, notas predicación

domingo, 26 de diciembre de 2021


La época de navidad puede ser un momento lleno de emociones donde familiares y amigos se reúnen en la celebración del nacimiento de Jesús. Las fiestas que lo acompañan quizá girarán en un entorno espiritual con oración, una cena y cada país tendrá sus propias costumbres. ¿Pero la perspectiva bíblica aún está presente? Averigüémoslo contestando a nivel personal las siguientes preguntas:
  • ¿Con quién se reunió para pasar la navidad?
  • ¿El tema principal de la plática fue el nacimiento de Jesús?
  • ¿El alcohol, la comida y los regalos fueron protagónicos?
Con estas tres sencillas preguntas podemos saber si realmente hemos festejado la navidad o hemos desviado su significado. Quizá cuando éramos niños nos entusiasmaba esta época por alguno de los elementos de la última pregunta y se podría entender pero siendo adultos un pensamiento crítico nos necesita acompañar en nuestras acciones. La navidad puede ser para el creyente un momento adecuado para reencontrarse con nuestro salvador y dedicar un momento para compartir el mensaje de esperanza a los invitados a la festividad.

Hoy en día el significado de la navidad está extremadamente devaluado, de tal manera que apenas pasando un día la gente vuelve a los mismos pecados eso si es que procuró evitarlos durante la misma (la gula, avaricia, pereza, ira, envidia, soberbia, lujuria o todos juntos). Otra vez los familiares peleando los terrenos que dejó la abuela entre otras cosas.

¿Pero en realidad cómo debería ser nuestra espera de la navidad y qué debería ocurrir después de este día? Veamos los siguientes versículos:
 
Lucas 2:25-26 Dios Habla Hoy (DHH)
25 En aquel tiempo vivía en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón. Era un hombre justo y piadoso, que esperaba la restauración de Israel. El Espíritu Santo estaba con Simeón, 26 y le había hecho saber que no moriría sin ver antes al Mesías, a quien el Señor enviaría.

 
En estos versículos la biblia nos habla de un hombre que esperaba el nacimiento de Jesús, siendo que esto ya había sido profetizado nos encontramos que el mismo Espíritu Santo le reveló que conocería al Mesías antes de morir. Su nombre era Simeón y podemos pensar que él no sabía el día en que ocurría esto por tanto cada momento que él esperaba la llegada del Mesías procuraba vivir justa y piadosamente.
 
Al igual que Simeón, podríamos esperar con la misma actitud el retorno de Jesús pero esto no está pasando en muchos creyentes. Algunos decimos haber aceptado a Jesús en nuestras vidas, que el Espíritu Santo ya se encuentra en nosotros pero nuestra vida no refleja justicia ni piedad. Muchos son los pecados que practican los creyentes durante el año antes de la navidad y un día como el veinticuatro o el veinticinco no los detendrá.
 
Creyentes y no creyentes desconocemos cuántos días viviremos de manera natural pero para los segundos el tiempo para conocer a su salvador se está agotando mientras nadie les predica las “buenas nuevas”. El creyente tiene una obligación moral de compartir el evangelio a sus amigos y familiares no creyentes pero omite hacerlo aun después de estar en la misma “fiesta navideña” y aquí es donde deberíamos reflexionar si realmente ya ha recibido al Espíritu Santo en su vida.
 
Simeón deseaba la llegada del salvador aunque esto significara que su vida terrenal estaba pronto a concluir. Los cristianos del presente en ocasiones por la manera en que viven y sus acciones aparentan no desear que esto ocurra por temor al juicio eterno y no ser encontrados aptos pero aún hay tiempo y no debe desaprovechar las oportunidades que le da el presente. Nosotros a través de las escrituras conocemos el plan de Dios para nuestras vidas. Hoy es el momento de corregir el camino que nos guiará al encuentro con Jesús.

Proverbios 16:9 Dios Habla Hoy (DHH)
9 Al hombre le toca hacer planes, y al Señor dirigir sus pasos. 
 

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