La enorme diversidad de creencias y puntos de vista entre los humanos frecuentemente causa disputas. Y seguramente usted alguna vez haya sido contradicho o incluso agredido por expresar su sentir despreocupadamente. Pero aquel que al externar su opinión busca crear discusiones está actuando como un necio:

Proverbios 20:3 Dios Habla Hoy (DHH)
3 Es honra del hombre evitar discusiones, mas cualquier necio puede iniciarlas.

Para algunos la necedad no es un defecto sino una manifestación de firmeza, constancia y tenacidad. También, es muy común creer que el éxito es sinónimo de superar, dominar, vencer, o aventajar a otros; que ganar discusiones y hacer a otros quedar avergonzados son habilidades necesarias para triunfar en la vida. Pero permítanos decirle que para exaltar a alguien no es necesario denigrar a quienes lo rodean, que cada individuo es valioso por sí mismo y no en comparación con otros.

En el momento que entramos en el afán de la competencia, creyendo que desacreditar a nuestro prójimo nos validará a nosotros, comenzamos a generarle conflictos y maquinar en su contra. Lo que evidentemente no es una manifestación de amor, por lo que claramente no es agradable a Dios.

Mateo 22:37-39 Reina-Valera 1960 (RVR60)
37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Muchas personas se consideran a sí mismas como “buenas”. Incluso dentro de las iglesias, donde se supone que nos enseñan que solamente Dios es bueno, si usted pregunta quién es malo a pocos se les ocurrirá levantar la mano. Y el razonamiento detrás de esto es: “No mato, no robo, no le hago daño a nadie, por eso soy bueno”.

¡Ojalá el perjudicar a alguien siempre fuera algo tan fácil de identificar y evitar! Desgraciadamente hay muchas formas de causarle infortunio a las personas que no requieren de grandes esfuerzos o planes elaborados y que, quienes las practican, emplean varias veces al día.

Provocar desdicha a terceros viene en formas socialmente aceptadas como evidenciar errores o pecados, burlarse, divulgar información personal, dar falso testimonio, entre otras que, además, pueden darse en cuestión de segundos. Hoy queremos recordarle que también las enemistades, los pleitos, los celos, las contiendas y las envidias son desaprobados por Dios:

Gálatas 5:19-21 Biblia del Jubileo (JBS)
19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.

Si usted realmente ha aceptado el llamado de Cristo y nacido de nuevo, entonces necesita esforzarse todos los días para no caer en ninguna de estas costumbres. Un hijo de Dios no anda por la vida sintiendo celos o envidias y mucho menos iniciando pleitos y contiendas:

Mateo 5:9 Palabra de Dios para Todos (PDT)
9 Afortunados los que se esfuerzan por conseguir la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.