Por la bondad de Dios, notas predicación

domingo, 14 de marzo de 2021


Introducción.


Muchos de los aspectos de la moda actual reflejan la preocupación por el paso del tiempo. Cuando observamos en Internet, en las calles y mucho de nuestro alrededor, lo que vemos es publicidad acerca de cómo verse mejor en lo exterior o reflejar algo bueno de nosotros. La imagen o aspecto que proyectamos hacia otras personas se ha vuelto algo muy importante y son pocos los que no reconocen que les importa la opinión que otros tengan de ellos. Sabiendo eso, hay quienes construyen a través de su imagen social una carrera monetaria.

¿Quiénes viven preocupados por la imagen que proyectan?
  • Artistas.
  • Políticos.
  • Religiosos.
  • Filántropos.
  • ¿Quizá usted o yo?
Preocuparnos por nuestra imagen personal no es algo malo, si comprendemos que en cierto modo el humano tiende a hacer prejuicios en base al aspecto y forma de hablar de quienes conoce. Cuando usted acude a una entrevista de trabajo es muy probable que acuda de una manera más presentable de lo habitual y que trate de guardar un comportamiento moderado para no dejar una mala impresión. Pero, en estos tiempos que vivimos, nos llegamos a preocupar por impresionar incluso a personas que ni siquiera conocemos. Por lo que lo invitamos a pensar que la vida es muy corta, por más años que hayan vivido sus abuelos (así sean más de cien), para desperdiciarla en ello.

Por otro lado, dentro de nuestros esfuerzos podremos preservar una imagen joven y quizá incluso mentir a conocidos, pero al Dios eterno no lo podemos confundir ni sorprender. Más bien, vivimos engañándonos a nosotros mismos, en parte porque creemos ganarnos la vida actual, pero estamos perdiendo la vida futura (eterna).

¿Qué podemos hacer para ganar la vida futura, con qué agradaremos al Dios eterno? Veamos algunas prácticas populares en la actualidad:
  • Construimos un cuerpo atlético de gimnasio y comemos muy saludablemente. (Interés en nosotros mismos)
  • Ayudamos al desvalido y no atesoramos posesiones. (Interés en otras personas)
  • Asistimos puntualmente a la iglesia a cantar y orar. (Interés en la religión)
  • Nos capacitamos continuamente para sobresalir en nuestro trabajo. (Interés en la excelencia)
La vida eterna desde la perspectiva de la biblia.

Leamos los siguientes versículos:

Efesios 2:8-9 Dios Habla Hoy (DHH)
8 Pues por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un don de Dios. 9 No es el resultado de las propias acciones, de modo que nadie puede gloriarse de nada;


En la bondad de Dios está el querer darnos la salvación por medio de la fe. Nosotros podemos hacer muchas cosas excelentes en esta vida, incluso llegar a obtener el reconocimiento de la gente por nuestras acciones desinteresadas en la humanidad, pero sin fe no tenemos nada que hacer en la presencia de Dios. Sin importar cuánto nos esforcemos haciendo el bien y cuán bondadosos seamos, sin fe no tendremos absolutamente ningún pedazo del cielo.

Entonces, ahora sabemos que no podemos hacer nada con nuestras manos para obtener la vida eterna, por tanto ¿qué garantía existe de que la disfrutaremos, si no la puedo obtener por mi esfuerzo? Veamos el siguiente versículo:

Romanos 6:23 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.


Como acabamos de leer, la vida eterna está en Cristo Jesús, y esto ocurrió desde el momento en que compró nuestra vida eterna en la cruz, por medio de su muerte y resurrección. Si en algo podemos agradar a Dios es en poner nuestra fe en su hijo Cristo Jesús y es en ese momento donde seguro que captaremos su completa atención (por explicarlo de alguna manera). Veamos el siguiente versículo:

1 Juan 5:12 Traducción en lenguaje actual (TLA)
12 Si vivimos unidos al Hijo de Dios, tenemos vida eterna. Si no vivimos unidos al Hijo de Dios, no tenemos vida eterna.


Conclusión:
Es común que, durante el caminar en la vida cristiana, se llegue a tratar de ocultar las “arrugas”, pero se necesita tener cuidado con que “dar buen testimonio” se convierta en la motivación para tener cierto estilo de vida. El seguidor de Cristo es el que actúa bien por la convicción de que eso es lo correcto y el deseo de agradar a Dios. Necesitamos hacer un acto de conciencia donde podamos ver si realmente observamos a lo lejos o caminamos junto a Cristo. A la distancia es solo conocerle y seguir viviendo nuestra vida como bien nos parece, caminar junto a Cristo es moldear nuestra vida para que le sea agradable, es saber que podemos platicar con Él, que nos escucha y entiende en nuestras preocupaciones, que está atento, no a lo que tratamos de aparentar, sino a nuestro verdadero ser, pues él realmente nos conoce.

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