Aunque las diferentes corrientes del cristianismo tienen millones de seguidores alrededor del mundo, hay entre nosotros una gran crisis de fe. En redes sociales podemos ver la manifestación oral y escrita de personas que afirman creer en Dios y esperar en sus promesas. Sin embargo, esos discursos, en ocasiones, no están acompañados de una vida en consecuencia. Pues muy frecuentemente vemos que, quienes dicen haber entregado su vida a Cristo, se ajustan más a las modas que a los principios cristianos; que en su convivencia familiar, escolar o laboral no manifiestan amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre o templanza.
Y no estamos sugiriendo que dichas personas no crean en Dios, sino que, no han logrado poner su fe en él. Porque, quien ha decidido seguir a Jesucristo y creído en las promesas del todopoderoso, habrá de entrar en un proceso de reemplazar sus comportamientos para vivir de acuerdo a ello. Dejar de actuar de acuerdo a los estándares de este mundo, a lo que observamos en el momento y tener claro que nuestras decisiones de hoy tendrán consecuencias en la eternidad. Creerle a Dios es más que estar convencido de su existencia, poder y bondad. Tener fe en Dios implica tener plena confianza en que él cumplirá lo que ha dicho y, por lo tanto, obedecerle.

Hebreos 11:6 Nueva Traducción Viviente (NTV)
6 De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.

En este mundo hay muchos factores que pueden alejarnos de nuestro camino o, incluso, poner a prueba nuestras creencias. A lo largo de nuestra vida, seremos testigos de muchas situaciones que harán parecer más sencillo amoldarse al mundo que seguir a Dios. Parecerá que los pecadores prosperan más rápido y que la ley es incapaz de alcanzarlos; y, si estamos lo suficientemente influenciados por sus ideologías, hasta podríamos llegar a creer que llegaremos al paraíso comportándonos como ellos, siempre y cuando asistamos frecuentemente a una iglesia. Pero ahí está el engaño, en pensar que nuestra vida eterna será definida por lo que hacemos 1 hora a la semana y que el resto de nuestras actividades, no son tomadas en cuenta.
El día de hoy, queremos advertirles a nuestros lectores que la incredulidad podría estar escondida en nosotros, que la incredulidad se manifiesta como desobediencia. Pues, tanto cuando se nos ha dicho que cierto comportamiento nos traerá bendiciones y nosotros decidimos hacer lo contrario, así como cuando se nos advierte que otra forma de actuar acarreará consecuencias negativas y nos aferramos a conservar esos hábitos, claramente estamos poniendo en duda la sinceridad de Dios o bien, su soberanía. Y los mandamientos no los inventó Dios para agobiarnos, sino que son una guía para caminar hacia él, para poder vivir una eternidad a su lado. Ciertamente, cada vez que decidimos ir contra las instrucciones de nuestro Señor, nos estamos alejando de él.  

Hebreos 3:12 Palabra de Dios para Todos (PDT)
12 Tengan cuidado, hermanos, de que en ninguno de ustedes se esconda la maldad ni la falta de fe como para darle la espalda al Dios viviente.

Entonces, ¿cómo vive alguien que sí tiene fe? Si la incredulidad se manifiesta en la desobediencia, la fe se demuestra con obediencia. Pero, esta debe ser constante y no ocasional. No basta comportarse “correctamente” mientras estás en la iglesia, con otros cristianos o delante de tu jefe. Quien está convencido de la fidelidad de Dios, mantiene una conducta justa sin importar las personas o circunstancias que lo rodean, hace lo correcto así no haya testigos y, aún, cuando hay testigos con creencias contrarias. Pues, como podemos ver en el siguiente versículo:

Hebreos 11:1 Traducción en lenguaje actual (TLA)
11 Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no se pueda ver.

Dependiendo del contexto de cada lector, vivir en obediencia al Dios vivo puede ser bien visto o llegar a ser un constante conflicto con las personas de su comunidad. En cualquiera de estos casos, la clave para triunfar sobre la tentación es poner nuestros ojos en Jesús. Resistamos las pruebas sabiendo que, como esta vida, son pasajeras y que, más adelante, podremos disfrutar la recompensa. Actuemos desde ahora como si ya pudiéramos experimentar ese gozo que se nos ha prometido.

Hebreos 12:2 Dios Habla Hoy (DHH)
2 Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. Jesús soportó la cruz, sin hacer caso de lo vergonzoso de esa muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y se sentó a la derecha del trono de Dios.

Así mismo, cuando nos encontremos en medio de la adversidad, no dudemos, no nos detengamos a sentir lástima por nosotros mismos, no volvamos sobre nuestros pasos como quien no sabe qué hay al final del camino. Pues sabemos bien que cualquier circunstancia nos servirá para ser fortalecidos y perfeccionados, así como sabemos que habrá para nosotros una morada celestial si continuamos.

Romanos 8:28 Palabra de Dios para Todos (PDT)
28 Sabemos que Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman, los que han sido llamados por Dios de acuerdo a su propósito.

La vida en este mundo puede tener temporadas muy complicadas, pero si nos mantenemos firmes en nuestras convicciones, al final viviremos una vida plena eternamente. Necesitamos confiar en Jesucristo y permanecer en sus caminos a pesar de cualquier dificultad que esta vida pueda presentarnos para poder tener un futuro a su lado.

Apocalipsis 3:5 Traducción en lenguaje actual (TLA)
5 ’A los que triunfen sobre las dificultades y mantengan su confianza en mí, los vestiré con ropas blancas, y no borraré sus nombres del libro de la vida. Y los reconoceré delante de mi Padre y de los ángeles que le sirven.