Me haces vivir tranquilo, notas predicación
domingo, 14 de julio de 2024
El día de hoy hablaremos de la necesidad renovarse para no decaer, todos por lo general conocemos la palabra cansancio y la podemos interpretar por sus características: dificultad para dormir, agotamiento, falta de concentración, pérdida de interés por algo y aquí usted añade lo que usted experimenta pero lo que sí sabemos es que una vez que nos encontramos en cansancio profundo un fin de semana libre o varios días de vacaciones no resultarán suficientes e incluso pueden llevar a una mayor decadencia por la frustración y estrés de volver pronto a las actividades.
Debido a este tipo de cansancio llegamos a mal interpretar que las personas se encuentran enojadas o con las emociones muy explosivas todo el tiempo, claro está que hay quienes simplemente si lo están por otras razones pero estas no las analizaremos aquí. Entonces ¿podemos hacer algo para salir de esta situación? Trataremos de simplificar la respuesta para algo que en cada individuo podría resultar muy complejo.
La necesidad de renovarse desde el punto de vista del creyente está más relacionada con la palabra avivamiento, efectivamente también los creyentes se cansan, se malhumoran y sus emociones explotan sin control. Si usted acude con regularidad a la iglesia a todos sus problemas la respuesta “genérica” es “pongase a orar” y buscar qué es lo que haría Jesús, lo anterior es una respuesta correcta pero no siempre bien recibida debido al mismo cansancio mencionado, por falta de madurez espiritual o por no saber por dónde comenzar. Veamos los siguientes versículos:
Proverbios 2:6 Dios Habla Hoy (DHH)
6 Pues el Señor es quien da la sabiduría; la ciencia y el conocimiento brotan de sus labios.
1 Corintios 14:40 Dios Habla Hoy (DHH)
40 pero háganlo todo decentemente y con orden.
Tomemos como idea principal los anteriores versículos y meditemos lo siguiente, el dónde comenzar guarda relación con saberse organizar, nos sorprenderíamos de conocer el número de gente que con establecer organigramas y tiempos a tareas incluyendo breves descansos logran en un tiempo determinado recuperar el control de sus vidas emocionales. Aprender a planificar es llegar a entender cuales son nuestros límites, dónde delegar a alguien más y dónde somos incapaces de accionar, por tanto lo anterior requiere de meditar y dejar de improvisar nuestras acciones.
No son pocos los creyentes que adoptan el modelo de improvisación continua debido a que lo aprenden de sus iglesias que justifican su mala organización con depender completamente de la oración y la voluntad del Espíritu Santo, de esta manera también detectamos que esta se encuentra cansada al punto del agotamiento, se escucha hablar de vez en cuando de evangelización pero no son evangelistas e insisten quizá en “ministerios musicales” resultando en solo una distracción.
Hoy en día los jóvenes se distraen fácilmente con entretenimiento que no necesariamente los liberará del agotamiento espiritual que pesa aun más que el físico. Incluso las actividades de carácter espiritual pueden causar cansancio derivado de su continua ejecución sin renovación en lo profundo, es decir los predicadores se cansan de hacerlo de la misma manera, el que ora necesita descubrir “nuevas” formas de hablar con Dios y el músico necesita componer nuevas canciones.
En lo cotidiano podemos amar lo que hacemos pero si siempre lo hacemos de la misma manera eventualmente nos terminará cansando, entonces es necesario redescubrir (avivar) lo que ya sabemos hacer y aquí necesitamos hacer una pausa para esclarecer el no introducir doctrinas “innovadoras”, la iglesia de Cristo no cambia por que él es el mismo siempre.
Aprender a organizarnos desde lo simple hasta lo complejo no le quita gloria a Dios pues él nos diseñó con características para un propósito y es tenerle en cuenta a cada paso, realizar estrategias nos llevará a conocer exactamente en qué es en lo que necesitamos orar. En una sociedad donde abunda la inmoralidad, muchas formas de violencia y pecado se necesita de creyentes que no se cansen fácilmente o al menos que sepan descansar para continuar esta batalla de la fe (Salmo 4:8).
Si usted hasta ahora solo depende de su fe y la oración está desperdiciando el resto de potencial que Dios ha puesto en usted, y si usted solo pasa tiempo planificado y ejecutando sin orar usted no es un creyente.
Salmos 4:8 Palabra de Dios para Todos (PDT)
8 En completa paz me acuesto y me duermo, porque tú, Señor, me haces vivir tranquilo.
Debido a este tipo de cansancio llegamos a mal interpretar que las personas se encuentran enojadas o con las emociones muy explosivas todo el tiempo, claro está que hay quienes simplemente si lo están por otras razones pero estas no las analizaremos aquí. Entonces ¿podemos hacer algo para salir de esta situación? Trataremos de simplificar la respuesta para algo que en cada individuo podría resultar muy complejo.
La necesidad de renovarse desde el punto de vista del creyente está más relacionada con la palabra avivamiento, efectivamente también los creyentes se cansan, se malhumoran y sus emociones explotan sin control. Si usted acude con regularidad a la iglesia a todos sus problemas la respuesta “genérica” es “pongase a orar” y buscar qué es lo que haría Jesús, lo anterior es una respuesta correcta pero no siempre bien recibida debido al mismo cansancio mencionado, por falta de madurez espiritual o por no saber por dónde comenzar. Veamos los siguientes versículos:
Proverbios 2:6 Dios Habla Hoy (DHH)
6 Pues el Señor es quien da la sabiduría; la ciencia y el conocimiento brotan de sus labios.
1 Corintios 14:40 Dios Habla Hoy (DHH)
40 pero háganlo todo decentemente y con orden.
Tomemos como idea principal los anteriores versículos y meditemos lo siguiente, el dónde comenzar guarda relación con saberse organizar, nos sorprenderíamos de conocer el número de gente que con establecer organigramas y tiempos a tareas incluyendo breves descansos logran en un tiempo determinado recuperar el control de sus vidas emocionales. Aprender a planificar es llegar a entender cuales son nuestros límites, dónde delegar a alguien más y dónde somos incapaces de accionar, por tanto lo anterior requiere de meditar y dejar de improvisar nuestras acciones.
No son pocos los creyentes que adoptan el modelo de improvisación continua debido a que lo aprenden de sus iglesias que justifican su mala organización con depender completamente de la oración y la voluntad del Espíritu Santo, de esta manera también detectamos que esta se encuentra cansada al punto del agotamiento, se escucha hablar de vez en cuando de evangelización pero no son evangelistas e insisten quizá en “ministerios musicales” resultando en solo una distracción.
Hoy en día los jóvenes se distraen fácilmente con entretenimiento que no necesariamente los liberará del agotamiento espiritual que pesa aun más que el físico. Incluso las actividades de carácter espiritual pueden causar cansancio derivado de su continua ejecución sin renovación en lo profundo, es decir los predicadores se cansan de hacerlo de la misma manera, el que ora necesita descubrir “nuevas” formas de hablar con Dios y el músico necesita componer nuevas canciones.
En lo cotidiano podemos amar lo que hacemos pero si siempre lo hacemos de la misma manera eventualmente nos terminará cansando, entonces es necesario redescubrir (avivar) lo que ya sabemos hacer y aquí necesitamos hacer una pausa para esclarecer el no introducir doctrinas “innovadoras”, la iglesia de Cristo no cambia por que él es el mismo siempre.
Aprender a organizarnos desde lo simple hasta lo complejo no le quita gloria a Dios pues él nos diseñó con características para un propósito y es tenerle en cuenta a cada paso, realizar estrategias nos llevará a conocer exactamente en qué es en lo que necesitamos orar. En una sociedad donde abunda la inmoralidad, muchas formas de violencia y pecado se necesita de creyentes que no se cansen fácilmente o al menos que sepan descansar para continuar esta batalla de la fe (Salmo 4:8).
Si usted hasta ahora solo depende de su fe y la oración está desperdiciando el resto de potencial que Dios ha puesto en usted, y si usted solo pasa tiempo planificado y ejecutando sin orar usted no es un creyente.
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8 En completa paz me acuesto y me duermo, porque tú, Señor, me haces vivir tranquilo.
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