No creáis a todo espíritu, notas predicación
domingo, 19 de marzo de 2023
Cuando acudimos a la iglesia no faltan los creyentes que presentan un “testimonio de vida” lleno de éxitos en medio de luchas personales. Con el tiempo si los volvemos a escuchar y somos de buena memoria llegaremos a descubrir que algunos de quienes presentan dicho testimonio en cada ocasión lo dramatizan aun más y empiezan añadir o quitar elementos, perdiendo precisión en la narrativa y llevando a algunos nuevos creyentes observadores a NO fiarse más de aquellos que aparentan seguir su propio interés.
Siendo claros, en la convivencia con otros creyentes hay quienes presentan fantasías de sus vidas con el ánimo de impactar con mayor profundidad a sus oyentes pero Dios no necesita que le ayudemos para manifestar su poder y menos de esa manera. La mentira en cualquier presentación implica problemas, nos quita veracidad y confianza una vez descubierta y dentro de la iglesia no ayuda a nadie. Con facilidad la gente del mundo jura decir la verdad sosteniendo la mirada y al ser descubiertos son muchos quienes sonríen pues ya han alcanzado lo que se proponían y no miran atrás con arrepentimiento (Mateo 5:33-37).
Existen varios elementos espirituales que nos pueden ayudar a detectar a falsos creyentes que se pueden llegar a congregar con nosotros. La intención de esta predicación es que usted se observe no ser engañado y enseñe a sus hijos a discernir de falsas amistades. Preste atención.
En la biblia nos encontramos a un personaje llamado Nehemías el cual en una ocasión tuvo la inquietud de reconstruir los muros de Jerusalén que se encontraban derribados, aparentemente antes de él varios trataron de hacer lo mismo pero sin éxito. Sin embargo, Nehemías consiguió el favor del rey al desempeñarse como su copero y este decidió dejarle partir con el debido apoyo económico (Nehemías 2:1-8).
Un testimonio real puede lograr mover el corazón de no creyentes, Nehemías lo consiguió con el rey. En el lugar donde nos encontramos trabajando, estudiando, quizá solo conviviendo NO siempre estaremos en una posición de mando pero con el favor de Dios podemos influir positivamente en aquellas personas que aún no conocen de Cristo.
Nehemías deseaba reconstruir los muros de su ciudad, usted desea reconstruir su dañada familia, vida, o iglesia. Es bueno que se detenga a revisar qué lo llevó a esta situación, pero lo hecho ya está y necesita continuar adelante sin olvidar y dejando de lamentarse. Veamos los siguientes versículos:
Nehemías 1:4-5 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
4 Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. 5 Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos;
Podemos observar que su reacción ante la noticia de que su ciudad estaba gravemente dañada (Nehemías 1:1-3) fue de dolor. Nehemías se sentó a llorar e hizo duelo por algunos días, ayunó y oró siendo esto último lo que lo llevó a revisar las causas por las cuales ahora se encontraba así.
Usted puede llegar a conocer a su círculo de amistades dentro de la iglesia observando tres elementos:
Todos en algún punto tenemos fallos y esto es algo que debemos arreglar delante de Dios. Sin embargo, en ocasiones se hace evidente que la persona que se está congregando no pretende reconstruir su vida. Nuestra relación con Dios es difícil de observar por otras personas pero recuerde a sus hijos saber esperar y observar. Veamos los siguientes versículos:
Nehemías 1:6-7 Traducción en lenguaje actual (TLA)
6 Escúchame y atiende mi oración, pues soy tu servidor. Día y noche te he rogado por los israelitas, que también son tus servidores. Reconozco que todos hemos pecado contra ti. He pecado yo, y también mis antepasados. 7 Hemos actuado muy mal y no hemos obedecido los mandamientos que nos diste por medio de Moisés.
Podemos darnos cuenta en los versículos anteriores cómo Nehemías al orar fue muy claro en señalar el problema por el cual él sentía que su ciudad fue perjudicada. A los creyentes en la actualidad aun encontrándose orando en una habitación privada les cuesta trabajo confesar a Dios lo que en ocasiones es evidente que los tiene mal. No olvidemos lo que dice el siguiente versículo:
1 Juan 1:9 Traducción en lenguaje actual (TLA)
9 Pero si reconocemos ante Dios que hemos pecado, podemos estar seguros de que él, que es justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.
Cuando confesamos nuestros pecados delante de Dios el perdón derriba toda intención oculta de nuestra parte. Las personas llegamos a fallar continuamente pero la edificación de nuestro muro debería ser cada vez mayor, no podemos continuar siendo los mismos después de entrar en la presencia de Dios. Si un “creyente” se congrega cada semana y lo vemos fingir que llora, ayuna y ora pero que sabemos regresa a su casa a maltratar a la familia, al trabajo a robar y continuar con los vicios de siempre, no podemos decir que está en un proceso de cambio. Usted necesita perdonarlo pero salir de su vida inmediatamente (2 Timoteo 3:1-5), quizá con mucho tiempo de distancia realmente logre levantar un muro en su vida destrozada y sea el momento de que regresemos a apoyar.
Usted recibirá críticas cuando decida reedificar los muros de su vida (Nehemías 2:18-20), pero si ha estado en la presencia de Dios, los resultados se dejarán ver con el tiempo. Lo mismo ocurre con las personas que convivimos en la iglesia, podemos llegar a prejuzgar muy anticipadamente las intenciones pero no deje de observar los muros que edifican, lo que practican y hablan comúnmente (1 Samuel 16:7, Mateo 6:1, 1 Corintios 10:12)
1 Juan 4:1 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
4 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
Siendo claros, en la convivencia con otros creyentes hay quienes presentan fantasías de sus vidas con el ánimo de impactar con mayor profundidad a sus oyentes pero Dios no necesita que le ayudemos para manifestar su poder y menos de esa manera. La mentira en cualquier presentación implica problemas, nos quita veracidad y confianza una vez descubierta y dentro de la iglesia no ayuda a nadie. Con facilidad la gente del mundo jura decir la verdad sosteniendo la mirada y al ser descubiertos son muchos quienes sonríen pues ya han alcanzado lo que se proponían y no miran atrás con arrepentimiento (Mateo 5:33-37).
Existen varios elementos espirituales que nos pueden ayudar a detectar a falsos creyentes que se pueden llegar a congregar con nosotros. La intención de esta predicación es que usted se observe no ser engañado y enseñe a sus hijos a discernir de falsas amistades. Preste atención.
En la biblia nos encontramos a un personaje llamado Nehemías el cual en una ocasión tuvo la inquietud de reconstruir los muros de Jerusalén que se encontraban derribados, aparentemente antes de él varios trataron de hacer lo mismo pero sin éxito. Sin embargo, Nehemías consiguió el favor del rey al desempeñarse como su copero y este decidió dejarle partir con el debido apoyo económico (Nehemías 2:1-8).
Un testimonio real puede lograr mover el corazón de no creyentes, Nehemías lo consiguió con el rey. En el lugar donde nos encontramos trabajando, estudiando, quizá solo conviviendo NO siempre estaremos en una posición de mando pero con el favor de Dios podemos influir positivamente en aquellas personas que aún no conocen de Cristo.
Nehemías deseaba reconstruir los muros de su ciudad, usted desea reconstruir su dañada familia, vida, o iglesia. Es bueno que se detenga a revisar qué lo llevó a esta situación, pero lo hecho ya está y necesita continuar adelante sin olvidar y dejando de lamentarse. Veamos los siguientes versículos:
Nehemías 1:4-5 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
4 Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. 5 Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos;
Podemos observar que su reacción ante la noticia de que su ciudad estaba gravemente dañada (Nehemías 1:1-3) fue de dolor. Nehemías se sentó a llorar e hizo duelo por algunos días, ayunó y oró siendo esto último lo que lo llevó a revisar las causas por las cuales ahora se encontraba así.
Usted puede llegar a conocer a su círculo de amistades dentro de la iglesia observando tres elementos:
- Qué es lo que mueve sus emociones.
- Qué es lo que lo lleva a ayunar.
- Qué es lo que contienen las palabras de sus oraciones.
Todos en algún punto tenemos fallos y esto es algo que debemos arreglar delante de Dios. Sin embargo, en ocasiones se hace evidente que la persona que se está congregando no pretende reconstruir su vida. Nuestra relación con Dios es difícil de observar por otras personas pero recuerde a sus hijos saber esperar y observar. Veamos los siguientes versículos:
Nehemías 1:6-7 Traducción en lenguaje actual (TLA)
6 Escúchame y atiende mi oración, pues soy tu servidor. Día y noche te he rogado por los israelitas, que también son tus servidores. Reconozco que todos hemos pecado contra ti. He pecado yo, y también mis antepasados. 7 Hemos actuado muy mal y no hemos obedecido los mandamientos que nos diste por medio de Moisés.
Podemos darnos cuenta en los versículos anteriores cómo Nehemías al orar fue muy claro en señalar el problema por el cual él sentía que su ciudad fue perjudicada. A los creyentes en la actualidad aun encontrándose orando en una habitación privada les cuesta trabajo confesar a Dios lo que en ocasiones es evidente que los tiene mal. No olvidemos lo que dice el siguiente versículo:
1 Juan 1:9 Traducción en lenguaje actual (TLA)
9 Pero si reconocemos ante Dios que hemos pecado, podemos estar seguros de que él, que es justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.
Cuando confesamos nuestros pecados delante de Dios el perdón derriba toda intención oculta de nuestra parte. Las personas llegamos a fallar continuamente pero la edificación de nuestro muro debería ser cada vez mayor, no podemos continuar siendo los mismos después de entrar en la presencia de Dios. Si un “creyente” se congrega cada semana y lo vemos fingir que llora, ayuna y ora pero que sabemos regresa a su casa a maltratar a la familia, al trabajo a robar y continuar con los vicios de siempre, no podemos decir que está en un proceso de cambio. Usted necesita perdonarlo pero salir de su vida inmediatamente (2 Timoteo 3:1-5), quizá con mucho tiempo de distancia realmente logre levantar un muro en su vida destrozada y sea el momento de que regresemos a apoyar.
Usted recibirá críticas cuando decida reedificar los muros de su vida (Nehemías 2:18-20), pero si ha estado en la presencia de Dios, los resultados se dejarán ver con el tiempo. Lo mismo ocurre con las personas que convivimos en la iglesia, podemos llegar a prejuzgar muy anticipadamente las intenciones pero no deje de observar los muros que edifican, lo que practican y hablan comúnmente (1 Samuel 16:7, Mateo 6:1, 1 Corintios 10:12)
1 Juan 4:1 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
4 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
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