La semana anterior tratamos durante la predicación el tema de los creyentes que no se han sabido adaptar a los cambios en medio de dificultades de distinta naturaleza y esto los ha debilitado a tal punto de mantenerlos confundidos con respecto a la misión que Dios ha puesto en nosotros (Somos la sal de la tierra y la luz del mundo Mateo 5:13-16).
 
El creyente promedio asiste una vez a la semana al templo de manera regular y está conforme con guardar sentado quizá alrededor de una hora entre cantos, escuchar anuncios y una parte de la predicación, en caso de no salirse antes. Al terminar este tiempo de congregación llega a experimentar que su deber ha sido cumplido y lo que ocurra el resto del día o la semana es para disfrutar en todo lo posible su tiempo. Son pocos los que recuerdan al siguiente día el tema de la predicación por no mencionar el tema de la semana anterior.
 
Quizá estas palabras son muy fuertes o se consideren exageradas y usted no sea el caso de nuestro ejemplo pero reflexione si cada semana al salir del templo sale transformado por la palabra de Dios o solo informado de partes de la biblia que no lee pero que se ve muy hermosa en la entrada de su casa o en un cajón de su habitación.
 
Dicho todo esto podemos reconocer la razón por la cual muchos de los creyentes que se congregan desde hace varios años no logran vivir con el gozo y abundancia que se menciona en la palabra de Dios. Veamos los siguientes versículos:
 
1 Juan 1:3-4 Dios Habla Hoy (DHH)    
3 Les anunciamos, pues, lo que hemos visto y oído, para que ustedes estén unidos con nosotros, como nosotros estamos unidos con Dios el Padre y con su Hijo Jesucristo. 4 Escribimos estas cosas para que nuestra alegría sea completa.
 
Vemos en los versículos anteriores el propósito por el cual anunciamos el evangelio, mientras que algunos nos esforzamos por estar “unidos con Dios el Padre y con su Hijo Jesucristo” llegamos a observar con incomodidad cómo algunos de nuestros hermanos creyentes no han logrado continuar con este proceso y cómo los problemas relacionados con pecados se han llegado a normalizar en sus vidas.
 
Padres que por vergüenza ocultan los pecados de sus hijos, creyentes que son indiferentes al pecado de sus dirigentes y estos últimos volteando en otra dirección para no redargüir al hermano que ingresa frecuentes ofrendas pero que vive apartado de Dios. Veamos el siguiente versículo:
 
1 Juan 2:28 Dios Habla Hoy (DHH)
Ahora, hijitos, permanezcan unidos a Cristo, para que tengamos confianza cuando él aparezca y no sintamos vergüenza delante de él cuando venga.
 
En el versículo anterior podemos encontrar la invitación para que la iglesia permanezca unida a Cristo y esto es importante de señalar, porque el propósito de una congregación cristiana es precisamente Cristo y aunque puede sonar redundante pues no lo es. Cuando una congregación permite que distintos pecados escalen entre sus fieles y no se pone un alto definitivo entonces usted podrá distinguirla porque pasarán a ser más importantes las luces, las vestimentas, el edificio y todo aquello que “maquille” la decadencia interior.
Pero volvamos al tema, podremos engañar o estar coludidos con la familia, los miembros de la iglesia, o el pastor pero:

• ¿Tendremos la confianza cuando Cristo “aparezca y no sintamos vergüenza delante de él”?
• ¿Creemos que Cristo ya tardó y quizá no venga hoy? (Mateo 24:36)

Veamos el siguiente versículo:
Mateo 24:36 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre.
 
Con el versículo anterior lo queremos invitar como creyente consciente y responsable de su salvación a meditar en la forma en que está desarrollando su vida espiritual de continuo. Mientras que al mundo podemos ocultar o exhibir nuestros pecados o llegar a impresionar con riquezas, para nuestro Dios todo eso solo son miserias. Él está buscando en usted algo muy distinto, está esperando que decida entregarse completamente a sus caminos y quizá antes de que termine el día de hoy venga a su encuentro.
 
Amós 5:14 Dios Habla Hoy (DHH)
Busquen el bien y no el mal, y vivirán; así será verdad lo que ustedes dicen: que el Señor, el Dios todopoderoso, está con ustedes.